El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y otros referentes del Frente para la Victoria rechazaron que el oficialismo tenga la intención de impulsar una reforma constitucional para habilitar la re-reelección de Cristina Fernández de Kirchner. El funcionario sostuvo que cuando Máximo Kirchner desafió a la oposición a ganarle a la Presidenta en las urnas habló de “la vigencia de un proyecto político y su continuidad en el tiempo, que es distinto e independiente de quien efectivamente lo lidere”. “Lo que dijo Máximo Kirchner es una consideración de análisis político, (de que) si tanto temen a este proyecto, por qué no la dejan competir. Fue una consideración de esa naturaleza y no una estrategia desde el punto de vista de una eventual reforma constitucional. Hay que ponerlo en esa dimensión y en esa interpretación política”, definió Capitanich.

En el mismo sentido, el diputado Héctor Recalde agregó que “se buscó distorsionar el mensaje” del hijo de la Presidenta. “Es imposible la re-reelección, porque la oposición se negó a reformar este aspecto de la Constitución”, recordó el dirigente. Dicho esto, Recalde señaló que “según los guarismos de hoy, Cristina Kirchner tiene alrededor del 40 por ciento de aceptación, y ninguna figura de la oposición llega ni al 30 por ciento. Es decir que si hubiera habido esta reforma, que hoy no la reclamamos ni la pedimos, si se hubiera dado esa hipótesis, sería electa nuevamente”.

También, el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, coincidió desde Alemania –donde participa en una feria de autopartistas– en que “se forzó la interpretación” del discurso de Máximo Kirchner. Lejos, pero no fuera de la campaña, Scioli habló también de su candidatura presidencial y aseguró sentirse el “punto de encuentro de todo lo que es el peronismo y el oficialismo”.

Desde la oposición, el que agregó otra repercusión al discurso de Máximo Kirchner fue el titular de la UCR, Ernesto Sanz. El senador calificó de “bravuconada” al desafío de competir con las urnas con la Presidenta.

“Uno quisiera que el kirchnerismo, en lugar de esas bravuconadas, defina a su candidato: (Daniel) Scioli, Capitanich, (Florencio) Randazzo, (Sergio) Urribarri, (Axel) Kicillof, algún pibe de La Cámpora, el hijo de Cristina, el que quieran, y el año que viene lo plantan en el escenario, van a las elecciones, y allí vamos a competir como corresponde”, dijo Sanz.

En este sentido, añadió que “si es cierto que ellos forman parte de un proyecto exitoso, con cualquier candidato, con cualquier ministro, con cualquier funcionario pueden tranquilamente ir a las elecciones del año que viene. Como no lo tienen, como no les importa, como ya están decididos a dejar el poder, buscan estos argumentos para tratar de desviar la atención”.

También hubo menciones al tema en la campaña del FA-Unen. Acompañando a Hermes Binner en una recorrida por la ciudad de Buenos Aires, el aspirante por esa fuerza-espacio a la Jefatura de Gobierno local, Roy Cortina, aseguró que en la calle sienten “el fin del ciclo kirchnerista” en el que “no hay lugar para los sueños re-reeleccionistas de La Cámpora ni para candidatos que son una mala copia”.

El diputado del Frente para la Victoria Juan Cabandié replicó a la oposición que “el único motivo que tienen es la crítica” a la Presidenta. “La oposición no muestra su línea de gobierno, cuáles son sus líneas superadoras. Parece que el único motivo que tiene la oposición es la crítica a Cristina”, señaló. “De todas formas –se preguntó a continuación–, ¿alguien duda de que si Cristina tuviese la posibilidad ganaría? Yo creo que no lo duda nadie, porque hay una ponderación sobre lo que hizo, y la gente sabe que quien puede seguir liderando la profundización del cambio en Argentina es Cristina.”