Dom 28.09.2003

EL PAíS  › LOS ASUNTOS DEL GOBIERNO, URGENCIAS Y MEDIANO PLAZO

Cómo se ve el mundo desde el T-01

Los temas centrales que se expusieron en el viaje de Kirchner a Nueva York forman parte de una nueva agenda del Gobierno. Cuáles son los plazos para transformar en hechos las nuevas ideas que busca el Presidente. El FMI, la ONU, la OMC. La deuda privada. El futuro de las AFJP.

› Por Sergio Moreno

Página/12, en EE.UU.
Por Sergio Moreno, Desde Nueva York

Si algo quedó claro en la gira que culminó ayer con su regreso a Buenos Aires, es que Néstor Kirchner tiene una mirada del mundo diferente de la que pudo haber echado cualquier otro presidente desde la recuperación de la democracia a esta parte. Como si fuesen obsesiones, el Presidente machacó una y otra vez, cada vez que pudo en la gira, con la necesidad de crear una masa crítica para reformular los paradigmas de los organismos financieros y de comercio internacionales, regresar al multilateralismo en el seno de las Naciones Unidas y desarrollar nuevas ideas para un mundo nuevo y complejo. Habiendo dado la primera batalla entre sus pares de diversos países del mundo, Kirchner apuntó naturalmente a las primeras consecuencias que tendrá haber propuesto una quita de 75 por ciento en el valor de la deuda de los privados: la inminente división física y accionaria de bancos y AFJP y la reforma del sistema previsional pergeñado y ejecutado por Domingo Cavallo durante la primera perpetración del menemato.
Para el Presidente y su entorno el desarrollo del concepto de interrelación entre economía, justicia social, multilateralidad y terrorismo ha respondido directamente a la realidad. El círculo letal que cierran estas categorías fue expuesta por el patagónico en cuando foro de debate tuvo en Nueva York, cuya máxima expresión fue la Asamblea General de las Naciones Unidas. También lo hizo su mujer, Cristina Fernández de Kirchner, frente a la ex primera dama norteamericana y actual senadora Hillary Rodham Clinton.
Los conceptos, para el matrimonio Kirchner, deben ser funcionales a la política, y la política, según Cristina, “debe servir para mejorar la vida de la gente”. El multilateralismo se recompone en Naciones Unidas, consensuando las posiciones y refractando cualquier actitud unilateralista en un mundo donde Estados Unidos es la única superpotencia hegemónica. Para ello hace falta “masa crítica”, juntar voluntades –países, gobiernos– que coadyuven a ejecutar tal fin.
Una masa crítica similar hace falta para torcer el duro brazo de los países centrales, subvencionadores de su producción hasta el dumping. No alcanzó en Cancún, México, donde se discutió hasta el fracaso la reformulación del comercio global en pos de un intercambio más justo. Se intentará nuevamente, en octubre en Buenos Aires, con los países del G-20 plus (los más perjudicados con la actual relación de fuerzas, entre los que se encuentra la Argentina) y en noviembre en Ginebra.
La deuda y el Fondo Monetario van, en el esquema de pensamiento presidencial, de la mano hasta cierto punto. Por un lado, Kirchner quiere herir de muerte al organismo tal como está ahora. A pesar de haber logrado un acuerdo considerado como ventajoso en la Casa Rosada, el presidente argentino busca unir voluntades para replantear los paradigmas del organismo y, con ello, su praxis y valores. Fue por eso, por no haberlo entendido, que se distanció de Luiz Inácio Lula da Silva, presidente del Brasil, hasta que hicieron las paces esta semana en Nueva York. Es por eso que no deja de hablar con el chileno Ricardo Lagos y el mexicano Vicente Fox sobre el asunto. Es por eso que cuenta con un aliado circunstancial y poderosísimo como George W. Bush. Y se acerca a él hasta el punto de ser halagado, nominado como “el conquistador del Fondo” por el texano.
Kirchner sostiene que no hay mundo justo si hay impunidad. No puede ser impune el Fondo y su burocracia por haber paseado en andas a Carlos Menem, presentándolo como el estadista que hizo posible un milagro, cuando en realidad sumió en la pobreza y la exclusión a casi veinte millones deargentinos. No puede ser impune el FMI y sus gerentes por haber prestado al país en aquellas condiciones, generando una deuda que es una vez y media su PBI, “impagable”, como comienzan a decir en voz alta en la Casa Rosada, como se dijo ayer en el Tango-01.
La deuda, la gigantesca deuda argentina, ha menguado por decisión del Gobierno al decidir una quita del 75 por ciento en su valor. Especuladores e inversores privados se enojaron. Kirchner les respondió en varias oportunidades esta semana que acaba, desde la capital financiera del mundo. Detengámonos un momento en sus palabras.
Dijo en la conferencia conjunta con el Premio Nobel de Economía 2001, Joseph Stiglitz, en la New School University:
- “Tuve la grata tarea de hablar con ellos (inversores norteamericanos y banqueros). Los inversores financieros sabían cuál era la tasa de riesgo que tenían. Tomaron y pusieron en riesgo los dineros de sus asesorados; por lo que son los responsables directos de haber corrido el riesgo”.
- “Hay mucho de actitud escénica en el enojo de esos señores”.
- “Ustedes no me conocen. Va a ser mejor que acepten la propuesta ahora; en la medida que pase el tiempo, el valor (de los bonos que componen la deuda externa argentina en manos de los privados) puede ser menor, así que mejor que se apuren. Ya me van a conocer”.
Un día antes, en el Council of Foreing Relations, un think tank de la derecha financiera había aclarado lo siguiente:
- “La quita de deuda que proponemos está sincerando el valor real de los bonos. Hay que ver cuál fue la responsabilidad de los directores de las AFJP. Ellos tomaron riesgo y perdieron. Prestaron a provincias endeudadas a más del 40 por ciento anual y les pagaron bonos. Hicieron un pésimo negocio. Para colmo, Cavallo les dejó un regalito y les metió los bonos del Estado nacional que están en default. Si se hubiesen mostrado más firmes no habrían comprado esos bonos”.
- “En ese momento yo saqué la plata del país. Si quieren pueden llamarme como asesor del FMI”.
Está claro lo que quiere el Gobierno al respecto. Está claro, según juran en la Rosada, que no hay marcha atrás, ni regateo con los valores de los bonos. Valores que han abierto una batalla –necesaria– con los dueños de las AFJP, los bancos. En este combate el Gobierno tratará de hacerse acompañar por los más afectados por la situación, verbigracia, los futuros jubilados cautivos de las administradoras de fondos de pensión que Cavallo nos legó.
El nuevo target
En el Gobierno crece -en progresión geométrica- el deseo de encarcelar a los dueños y gerentes de las AFJP, a quienes acusan de haber hecho pésimos negocios con el dinero de sus afiliados, irresponsablemente. Esta semana veremos la continuación de esta lucha, cuyo fin último es desarticular el sistema tal como se conoce ahora y proponer otro, un modelo a la sueca, tal como adelantó Página/12 anteayer.
El pensamiento oficial al respecto puede traducirse en las palabras que se reproducen a continuación, emanadas de la boca de un importantísimo integrante del Ejecutivo. Leamos:
- “Los dueños de las AFJP tienen que ir en cana.”
- “Hay que terminar con eso de que las AFJP sean de los bancos. Estamos trabajando en eso. Lo podemos sacar por decreto diciendo que los bancos no pueden ser más poseedores de las AFJP.”
- “Ellos (dueños y directivos) deben responder ante los afiliados. Hicieron pésimos negocios. Compraron bonos del Chaco; le prestaban a esa provincia al 52 % y Chaco les pagó con bonos y los agarraron. Hicieron lo mismo con bonos de Formosa, de Entre Ríos. Un desastre.”* “Para colmo, no aceptaron en su momento la pesificación con el $1,40 más CER. Ahora, tiene que aceptar el 25 por ciento del valor, volvieron a perder.”
- “La AFJP del Banco Nación y la del Banco Provincia aceptaron el $1,40 más CER. La AFJP del Nación tiene un volumen de ahorro de 28.000 millones de pesos; las otras AFJP apenas 4800 millones.”
- “Es cierto, ellos pueden accionar contra el Estado, pero los afiliados pueden accionar contra ellos, que fueron uno pésimos inversores.”
- “Hay que reformular el sistema para que, al fin, siempre esté al Estado. No se puede dejar a la gente sin cobertura.”
La semana entrante observaremos cómo sigue con fragor esta pulseada, donde el Gobierno, según se puede apreciar, lleva las de ganar. Kirchner ha tomado la decisión. Ahora espera la oportunidad para implementarla. Los sectores financieros, que lucraron en los últimos doce años con el dinero de los futuros jubilados, darán batalla.
Continuará.

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