Dom 28.09.2003

EL PAíS

“Purga” es una palabra que puede meter miedo

El designado ministro de Seguridad bonaerense negó que su primer paso fuera una limpieza masiva en la policía. Alvarez continuará la política gradual de su antecesor.

“Le tengo miedo a la palabra.” Con esta afirmación, el designado ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Juan José Alvarez, negó ayer que fuera a implementar una purga masiva en la Policía Bonaerense apenas asuma el cargo. Por el contrario, en éste como en otros temas, el duhaldista pretende seguir la estrategia de su antecesor, Juan Pablo Cafiero, de depuración más gradual. De todos modos, Alvarez sí anunció que va a designar un nuevo jefe de policía, un lugar que había quedado vacante desde la renuncia de Antonio Sobrado.
El miércoles pasado, Felipe Solá anunció la decisión de designar al ex ministro como encargado del área de seguridad, uno de los temas más sensibles de su gestión. El anuncio sorprendió porque no tienen una relación especialmente buena: tuvieron más de un cortocircuito cuando Alvarez era ministro de Seguridad de Eduardo Duhalde y Solá estaba al frente de la provincia.
La disputa se actualizó durante la campaña bonaerense, cuando Solá criticó la lista de diputados del PJ que integraron Carlos Ruckauf y Alfredo Atanasof, pero también Alvarez. Además, el futuro funcionario es un hombre de Duhalde y asume un cargo de importancia justo cuando se supone que Solá, envalentonado por su triunfo contundente en los comicios bonaerenses, busca ganar autonomía del jefe del PJ bonaerense.
A la hora de tomar la decisión, habría pesado la experiencia de Alvarez: fue ministro de Seguridad de Carlos Ruckuaf y luego encargado nacional del área durante las gestiones de Adolfo Rodríguez Saá y Duhalde. Según explicaron cerca de Solá, el gobernador también tomó en cuenta la buena relación de Alvarez –que fue dos veces intendente de Hurlingham– con los intendentes de la provincia.
Ayer, en declaraciones a Radio Diez, Alvarez dio algunas pistas sobre su futura gestión. “Vamos a evaluar caso por caso, como parte de proceso ya iniciado”, señaló el ex ministro consultado sobre las versiones sobre una supuesta purga masiva. “No es la solución. En estas cuestiones pagan justos por pecadores”, agregó.
Otro de los temas pendientes es el nombre del reemplazante de Sobrado, que renunció en julio pasado, cuando se le descubrió una cuenta bancaria no declarada de 300 mil dólares. “Ahora hay una situación de emergencia por la renuncia del jefe anterior y se está funcionando con un subcoordinador. Hay que avanzar en esa estructura jurídica, porque no puede no haber alguien que se siente junto al ministro”, explicó ayer Alvarez.
No es poco lo que se juega el ex intendente: al aceptar el ofrecimiento, Alvarez resigna su lugar en el Congreso para ocuparse de uno de los temas más complejos de la gestión, que fue el eje de la campaña electoral en la provincia y que ya se ha cobrado más de una víctima política.
Consultado por la situación de Sobrado y otros jefes policiales investigados, Alvarez no dio muchas precisiones: “Hay una gestión que inició acciones de investigación de asuntos internos, quiero tener acceso y le pedí al coordinador que quiero tener esas carpetas. Además, no hay jefe de policía y es una de las tareas a cumplir”.
Al anunciar la designación, Solá había anticipado que no habrá giros bruscos. “La política de seguridad va a ser la misma”, había dicho el gobernador. En general, la idea de Alvarez es continuar las líneas generales de la gestión de Cafiero, que asumió como ministro de Desarrollo Humano, y que durante su paso por Seguridad inició una serie de purgas graduales, examinando caso por caso. “Acá no hay fórmulas mágicas”, explicó el ex ministro.
“Ahora yo entro sin prejuicios a un lugar que conozco”, señaló el ex funcionario, y agregó que uno de los ejes de su gestión en Seguridad será incorporar más policías a las calles, saturando las zonas de posibles conflictos para desactivar los incidentes antes de que ocurran.
“El rating (de seguridad) empezó a mejorar a partir de un plan de seguridad con policías planificados en la calle, con mucha policía y másdescentralización. Fue una fuerte tarea preventiva en la ciudad de Buenos Aires. Esto fue lo que determinó que la curva de inseguridad, que venía ascendiendo, comenzara a estabilizarse”, señaló. “Pronosticamos que este año iba a haber un descenso delictivo en el primer semestre y es lo que estamos viendo”, concluyó Alvarez, que el lunes asumirá su nuevo cargo.

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