EL PAíS › OPINIóN
› Por Alfredo Zaiat
El relato frívolo del movimiento de dinero no declarado imagina valijas, aviones para transportarlo y mesas cubiertas con decenas de ladrillos de billetes. La industria del cine y series para TV colabora en la construcción de la fantasía de millones de dólares físicos viajando por el mundo hasta encontrar refugio en una entidad financiera localizada en un paraíso (guarida) fiscal. Existe ese tipo de tráfico de fondos, pero son marginales en el inmenso circuito de fuga de capitales hacia plazas dedicadas al secretismo financiero. El flujo de ese dinero no es así de rústico. Esos capitales son canalizados a través de una plataforma de servicios ofrecida por grandes bancos para facilitar la evasión y el depósito del capital en las guaridas fiscales. Esa red está integrada por abogados, economistas, contadores y apoderados, dependientes o allegados a esas entidades, que se ocupan de girar, ocultar y administrar el dinero. Uno de los capítulos novedosos de la denuncia judicial realizada por la AFIP es la mención del abanico de protagonistas en las operaciones ilegales de fuga de capitales. Los identifica a ellos y al banco soporte de las operaciones. La presentación judicial es contra el HSBC por evasión fiscal y asociación ilícita al facilitar la apertura y ocultamiento de 4040 cuentas de argentinos por más de 3000 millones de dólares en su sucursal suiza de Ginebra.
La demanda también fue contra un grupo de profesionales dedicados a diseñar la estrategia jurídica, societaria y financiera de la fuga y evasión. Son los encargados de armar las redes de empresas offshore para vedar el acceso a los datos de los dueños de los capitales. La denuncia de la AFIP, detallada por este diario en la edición de los últimos dos días, menciona la existencia de una “plataforma facilitadora para la evasión” conformada por apoderados, abogados, economistas y contadores. Señala que esos expertos colaboraron en la elaboración de la red de sociedades y fideicomisos extranjeros (trust) radicada en paraísos fiscales como Panamá, Jersey, Guersney, Suiza, Uruguay, Bahamas e Islas Vírgenes. El objetivo de su tarea es crear complejas estructuras jurídicas y societarias para ocultar la identidad de los titulares de los fondos depositados en esas plazas. El caso denunciado es por cuentas en Suiza.
Pese a los intentos de mejorar su reputación relajando el secreto bancario y firmando acuerdos de cooperación e intercambio de información tributaria y financiera, Suiza sigue siendo uno de los principales refugios de capitales no declarados. El investigador Nicholas Shaxson, del Instituto Real de Asuntos Internacionales (Chatham House), informa en el libro Las islas del tesoro. Los paraísos fiscales y los hombres que se robaron el mundo que, según cálculos del Banco Nacional de Suiza en 2009, 3,1 billones de dólares están depositados en cuentas offshore a nombre de personas que no residían en el país. “Suiza continúa siendo uno de los mayores repositorios mundiales de dinero sucio”, sentencia Shaxson.
Las guaridas fiscales o las plazas financieras como Suiza no se limitan a ofrecer maneras de evadir impuestos. También brindan una confidencialidad que permite mantener datos fundamentales en secreto y la posibilidad de evadir regulaciones financieras. La información entregada por el fisco francés a la AFIP rompió ese muro para empezar a develar no sólo quiénes son los dueños de las cuentas no declaradas, sino también conocer a todos los protagonistas del andamiaje financiero y jurídico de los facilitadores o intermediarios que colaboran en la fuga y evasión.
La primera lista de 44 empresas y de 36 personas con cuentas no declaradas en el HSBC Ginebra de un total de 4040 ha generado inquietud en los titulares de las que todavía no se hicieron públicas. Esos nombres como otros que se difundieron en otra oportunidad por capitales fugados a través del Banco JP Morgan tienen la atracción de ser de compañías, empresarios, políticos, banqueros y jueces conocidos o vinculados con el poder económico. Al momento de su difusión aparece el cuestionamiento al doble estándar de discursos y a la responsabilidad individual por evadir el pago de impuestos y fugar capitales. Sin correr la mirada sobre ese comportamiento de los individuos es necesario ampliarla hacia las estructuras que alentaron y facilitaron la fuga y evasión. El economista francés Frédéric Lordon escribió en Adiós a las finanzas. Reconstrucción de un mundo en quiebra que “así como incriminar la responsabilidad de los agentes (inversores) tal y como se encuentran inmersos en las estructuras es inútil, sí es pertinente, en cambio, analizar la cuestión de la responsabilidad de quienes instalaron las estructuras y de quienes trabajaron para eternizarlas. Ante una cuestión formalmente idéntica –la “responsabilidad”–, vemos cómo la mirada se vuelca hacia una dirección completamente diferente: ya no es sólo la responsabilidad de los usuarios de la estructura, sino la responsabilidad de sus arquitectos, y la de sus guardianes”.
Este aspecto es uno de los grandes aportes realizados en la denuncia judicial de la AFIP sobre las cuentas no declaradas en el HSBC de Ginebra. La información proporcionada al Juzgado Nacional en lo Penal Tributario Nº 3, de la jueza María Verónica Straccia, no tiene sólo la cuenta de 68 millones de dólares a nombre de Amalita Lacroze de Fortabat, la mujer del cemento (Loma Negra) fallecida en 2012, y su nieta Amalia Amoedo, sino la del nombre de su apoderado: Alfonso Prat-Gay. En la presentación judicial los letrados de la AFIP señalan que “quien posee la autorización delegada por las titulares para administrar los fondos depositados en el exterior no puede desconocer que no se encuentran exteriorizados en el país y el fin explícito de evadir el pago de impuestos sobre dichos fondos”. Prat-Gay, ex ejecutivo del JP Morgan, como apoderado de Amalita, es uno de los miembros de esas redes arriba mencionadas de abogados, contadores, economistas vinculadas con grandes bancos internacionales para facilitar la fuga y evasión. Por eso la desmentida de que no es titular ni beneficiario de una cuenta en Suiza no se relaciona con la denuncia, porque la presentación de la AFIP en el juzgado es por su papel de apoderado de las cuentas de Amalita.
Nicholas Shaxson explica que “el mundo extraterritorial (paraísos fiscales) es un ecosistema que cambia sin cesar. Cada una de esas plazas ha desarrollado su propia infraestructura particular de abogados, contadores, banqueros y agentes corporativos expertos que se dedican a atender las necesidades de esos capitales”. Informa que muchas de las empresas que funcionan en las jurisdicciones extraterritoriales son casi desconocidas, y detalla quienes participa de lo que denomina “círculo mágico offshore”: estudios jurídicos como Appleby, Carey Olsen, Conyers, Maples and Calder, Mourant du Feu & Jeunes, y Ozannes and Walkers. “Son jugadores respetados en un regimiento mucho más extenso de elegantes contadores, abogados y banqueros: piezas de una infraestructura privada internacional que pone en funcionamiento el sistema entero”, indica Shaxson.
El trabajo de esa red de profesionales y banqueros consiste en ofrecer vías de escape a las obligaciones que derivan de vivir en una sociedad: impuestos, regulación financiera, legislación penal, derecho hereditario. Se dedican a colaborar con las elites ricas y poderosas a evadir esas responsabilidades. En ese mundo de fuga y evasión, el secreto bancario es bueno, cualquiera que traiga dinero a las entidades radicadas en guaridas fiscales es bueno y quien rompe el código de silencio es un traidor. La confidencialidad o secretismo es el valor esencial de los paraísos fiscales, muralla de silencio vulnerada por Hervé Falciani, el empleado del HSBC que entregó al fisco francés información de 130 mil clientes de la sucursal Ginebra. De ese total, 4040 corresponde a argentinos que recibió la AFIP por el convenio con Francia para evitar la doble imposición y prevenir la evasión fiscal en materia de impuestos sobre la renta y el patrimonio, de 2007. De las 4040 cuentas sólo 39 personas tienen depósitos en esa entidad declarados ante la AFIP.
Esa información encriptada fue entregada en un CD en sobre lacrado al titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, por parte de la Dirección General de Finanzas Públicas de Francia, el 25 de septiembre pasado. El pedido de cooperación a las autoridades francesas había sido realizado por el ministro de Economía, Axel Kicillof, en una carta fechada el 10 de julio pasado. El contenido de ese CD tiene los titulares de esas cuentas, la dirección en Argentina, números de contacto, actividades desarrolladas, profesión, fecha de nacimiento, tipo de vinculación con el banco, saldos y movimientos de cuentas bancarias, comunicaciones personales con el banco, cenas, almuerzos, mails intercambiados y visitas al HSBC en el país y en el exterior al HSBC Ginebra, y las relaciones con los intermediarios, apoderados así como los beneficiarios efectivos (familiares). Con esa cantidad de información, figurar en esa lista y pretender desmentirlo es imprudencia o la arrogancia de la impunidad.
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