EL PAíS › CFK LLEGA HOY A GUAYAQUIL PARA PARTICIPAR DE LA CUMBRE DE LA UNASUR
Los presidentes buscarán fortalecer a la Unasur con la inauguración de su nueva sede, que llevará el nombre de Néstor Kirchner, y con el proyecto de instaurar la ciudadanía sudamericana, que incluiría un pasaporte común para el subcontinente.
› Por Fernando Cibeira
Desde Guayaquil
La presidenta Cristina Kirchner llegará hoy a Guayaquil para participar de una Cumbre de la Unasur que aspira a marcar el relanzamiento del bloque regional que perdió vigor en los últimos tiempos. La idea que más se repitió en los discursos previos fue que aquí se avanzará decididamente en la puesta en marcha de una ciudadanía sudamericana, que incluiría un pasaporte único para todo el subcontinente. Habrá un homenaje al presidente uruguayo José “Pepe” Mujica en su última participación en estas cumbres, aunque el punto fuerte del encuentro ocurrirá mañana, cuando los jefes de Estado se trasladen a Quito para inaugurar la primera sede de la Unasur, un edificio ultramoderno que llevará el nombre de Néstor Kirchner, su primer secretario general. También se descubrirá una estatua del “querido amigo”, como recordó al ex presidente el anfitrión Rafael Correa.
Los presidentes comenzarán a llegar desde temprano a la Base Aérea de Guayaquil. Por la mañana se reunirán los cancilleres para definir la agenda y, al mediodía, Correa recibirá a los otros once mandatarios de la región en el Centro Cívico Eloy Alfaro, sede de la cumbre en esta ciudad conocida como “el Puerto Principal”.
Todo indica que Cristina Kirchner volverá a colocar en la agenda la disputa con los fondos buitre, en busca de renovar el respaldo regional. Mujica recibirá la presidencia pro témpore de manos del presidente de Surinam, Desi Bouterse. Luego habrá un homenaje al uruguayo en su despedida. Sus pares harán un reconocimiento público de la labor de Pepe en pos del fortalecimiento de la región.
Obviamente, la imagen del “relanzamiento” viene emparejada con la inauguración de la primera sede de la Unasur, a siete años de su creación. Pero también hay otras causas que apuntan en esa dirección. Una es la intención del nuevo secretario general de la entidad, el ex presidente colombiano Ernesto Samper, de darle una nueva dinámica al bloque. En los gobiernos de algunos países –Colombia es uno de ellos– interpretan que hasta ahora la Unasur ha actuado de manera muy “ideológica”, pero poco práctica. Por eso, resultó efectiva como resguardo democrático para la región –lo que no es poco–, pero impotente para concretar los muchos proyectos que se barajaron durante sus cumbres. Samper quiere revertir esa situación y busca que aquí se den pasos definidos, por ejemplo, para la creación de un pasaporte del sur. “Garantizar la libre movilidad de los 400 millones de sudamericanos por la región, el derecho al trabajo, la homologación de títulos universitarios y la protección jurídica es mi sueño. Deseo llegar a un aeropuerto y escuchar sólo ciudadanos sudamericanos por esta ventanilla”, dijo ayer Samper en la apertura de un seminario que funcionó como aperitivo (ver aparte).
En el punteo ambicioso que semanas atrás prepararon los vicecancilleres hay muchos temas que será difícil que encuentren espacio en la sesión y probablemente terminen en expresión de deseos del documento final. Hablaron de unificar posturas en el combate a las drogas, las defensas territoriales, la libertad de prensa y la situación de los derechos humanos. También repasaron el proyecto de un tren bioceánico que irá de Chile a Brasil.
Pero lo que dejará de ser proyecto para convertirse en contundente realidad será la sede de la Unasur, ubicada unos kilómetros al norte de Quito, en la ciudadela Mitad del Mundo, por donde pasa la línea ecuatorial. “Un paso extraordinario para concretar el sueño de la integración”, lo consideró anoche el ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva en la charla que ofreció.
Los presidentes se trasladarán mañana para la inauguración del impactante edificio de 20 mil metros cuadrados que costó unos 43 millones de dólares, solventados por el Estado ecuatoriano. En rigor, no todos los presidentes se trasladarán hasta los 2800 metros de altura de la capital de Ecuador. Mujica, de 79 años, ya avisó que no. Cristina Kirchner estará, pero buscará circunscribir su paso a lo mínimo indispensable, dado que aún se encuentra convaleciente de la infección intestinal que la afectó días atrás y que obligó a cancelar la mitad del viaje, que originalmente continuaría en México.
“La Unasur estará en el centro del mundo”, proclamó días atrás Correa, cuando visitó la edificación realizada por el arquitecto Diego Guayasamin, quien definió su obra como “una metáfora de la libertad”, dado que se proyecta desde el suelo en diferentes direcciones. Además de explanadas, espejos de agua y plazas, la edificación cuenta con tres estructuras que sobresalen del espejo central que parecen flotar en el aire gracias a un sistema de tensores. En la construcción de la sede prevaleció la utilización de metal y aluminio y tiene capacidad para resistir sismos de hasta 8 grados de la escala Richter. Posee siete plantas y dos subsuelos, por donde se distribuirán las oficinas de las delegaciones de los doce países miembros, un salón para plenarios, un auditorio y espacios para muestras culturales, incluyendo la biblioteca bautizada Gabriel García Márquez.
Será el homenaje más importante a Néstor Kirchner fuera de la Argentina.
No sólo por el nombre del edificio, sino por la estatua que se colocará en el ingreso de la sede. Está previsto que Cristina Kirchner diga luego unas palabras. Será su última actividad antes de emprender la vuelta.
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