El papa Francisco fue recibido ayer por miles de personas en Sri Lanka, entre ellas budistas, musulmanes e hinduistas, e instó a las diversas religiones a trabajar por la reconciliación. “Nunca debería permitirse que se abuse de las creencias religiosas para que sirvan a las causas de la violencia o de la guerra”, señaló el pontífice durante un encuentro interreligioso en la capital del país. “No es necesario renunciar a la identidad étnica o religiosa para poder vivir en armonía con hermanos y hermanas”, reflexionó el Papa, e instó a sostener un diálogo que fomente la comprensión y el respeto mutuo. En Sri Lanka sólo el 6,1 por ciento de los habitantes son católicos, mientras que más de tres cuartas partes son budistas. En la isla viven además numerosos hinduistas y musulmanes. Un 99 por ciento de la población asegura que la religión forma parte importante de su vida cotidiana, según una reciente encuesta. Sri Lanka sufre las consecuencias de la guerra civil que tuvo lugar entre 1983 y 2009 entre la mayoría cingalesa y la minoría tamil, que dejó más de 100.000 muertos.