EL PAíS › VIVIANA FEIN SALIó AL CRUCE DE LA TESTIGO QUE CRITICó EL PROCEDIMIENTO EN LO DE NISMAN TRAS SU MUERTE
La fiscal contradijo el relato de Natalia Fernández, quien describió como caótico el accionar de los peritos y los funcionarios judiciales en el departamento del fiscal fallecido. “Todo el procedimiento de esa noche está filmado y documentado”, explicó Fein.
› Por Raúl Kollmann
La fiscal Viviana Fein se indignó ayer con la versión que dio una testigo que fue llevada el 18 de enero, alrededor de las tres de la mañana, al departamento de Alberto Nisman, unas cuatro horas después de encontrarse el cuerpo sin vida del fiscal. “Esta persona está mintiendo. Todo el procedimiento de esa noche está filmado y documentado. No existió en mis manos la bolsita con proyectiles que ella menciona. Hay una sola vaina servida y cuatro balas que estaban en el cargador. Eso se selló y se envió a laboratorio. Nadie tomó café ni atendió el celular del doctor Nisman. Estaba la madre del fiscal, luego la hermana del fiscal, el juez subrogante, Manuel De Campos; los secretarios de la fiscalía y del juzgado. Todo se filmó y las actas se firmaron de inmediato. No existe el testigo que firma un acta 24 horas más tarde.” El espectacular despliegue de los dichos de la testigo tiene que ver con cuestionar lo que se hizo en la escena de la muerte y, en esencia, conmover un expediente que en sus primeros pasos va configurando un cuadro de “muerte por mano propia”, en especial porque el informe preliminar de la autopsia mencionó que “no hubo presencia de terceras personas”. Instalar la idea de que a Nisman lo mataron, hipótesis que por ahora no aparece corroborada por ninguna prueba en el expediente, parece crucial desde el punto de vista político y mediático..
Según el relato publicado ayer por el diario Clarín, Natalia Fernández, una chica que fue convocada como testigo pública, dio una versión caótica del procedimiento que se realizó la noche en que se encontró el cuerpo del fiscal en su departamento de la torre Le Parc de Puerto Madero. Fernández no fue testigo de ningún hecho, sólo del procedimiento realizado después de encontrarse el cuerpo, y recién a partir de las tres de la mañana.
En sucesos criminales, la policía o la Prefectura convocan a personas que sirvan de testigos y es obligatorio concurrir porque constituye una carga pública. Anoche, también fue entrevistado por Telefe otro testigo: un trabajador de una obra en construcción cercana. A él lo convocaron para testificar sobre los procedimientos que se hicieron a partir de las siete de la mañana del día siguiente de la muerte de Nisman.
Fein se sintió acusada por la testigo Fernández a raíz de que la mujer habló de irregularidades en lo que se hizo. La fiscal salió al cruce en numerosos medios dando una versión totalmente opuesta: “Es una mentira, es descabellado todo lo que dice, es una fantasía”, sostuvo la fiscal. Debido a la controversia, Fernández pidió custodia y anoche se la concedieron.
Respecto de los hechos de importancia para la causa, la testigo Fernández aportó poco y nada, pero estos son algunos puntos neurálgicos que ella sostuvo y que Fein contestó:
La testigo dice que vio a la fiscal Fein con una bolsa de las llamadas Ziploc, herméticas, con cinco proyectiles dentro. El tema tiene su importancia, aunque no es decisivo: la autopsia ya determinó que el disparo fue uno solo, que el plomo que se extrajo del cerebro de Nisman se corresponde con la vaina servida que se encontró en el baño y que esa vaina salió de la pistola Bersa calibre 22 que estaba inscripta en el Registro Nacional de Armas a nombre de Diego Lagomarsino. Es decir que, más allá de lo que se diga, el Cuerpo Médico Forense, que depende de la Corte Suprema, ya aseguró que el disparo fue uno solo y salió de una pistola que no trajo a la escena ningún sicario, sino que la pidió prestada el propio Nisman.
Con respecto a la escena de la bolsa Ziploc, Fein dice que nunca tuvo en sus manos la vaina, que delante suyo se secuestró, se selló y se mandó a laboratorio.
El procedimiento habitual, según contó a este diario el criminalista Raúl Torre, es que la pistola es tomada, primero, por un perito balístico con guantes, que se asegura de que el arma no se dispare. De inmediato se toman muestras de la propia pistola para hacer el ADN de contacto. Luego se toman las muestras para hacer el ADN de contacto del cargador, se extraen los proyectiles que no se usaron –también se toman muestras– y se ponen en bolsas separadas la pistola, el cargador y las balas. Todo esto se hizo delante de un testigo en el baño mismo. “Todo se selló y se mandó a laboratorio”, relató Fein.
La testigo afirma que escuchó hablar de que el disparo fue a 11 centímetros. Fein contestó que nadie, en una escena de la muerte, tiene elementos para calcular distancias, que eso requiere de una pericia y de microscopios. “No se hacen pericias en el lugar”, sostuvo Fein.
En cualquier caso el tema es ocioso: también la autopsia confirmó que el disparo se realizó a menos de un centímetro. Y por lo que trascendió hasta ahora, también los peritos designados por la ex esposa de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, coinciden en la distancia del disparo. Los doctores Osvaldo Raffo, Julio Ravioli y el criminalista Daniel Salcedo participaron del estudio microscópico del orificio.
En el marco de las explicaciones que ayer dio la fiscal, contó que ella entró en el baño, de costado, porque el cuerpo de Nisman obstruía la puerta, pero no le impidió el ingreso. Fein relató que estuvo dentro del baño casi una hora y presenció el momento en que se hizo el barrido electrónico de la mano de Nisman –las muestras se toman con un disco de carbono que funciona como una especie de sopapa–, luego el secuestro de la vaina servida, la toma de rastros de sangre, la acción del químico y del balístico. En total se recurrió a cuatro testigos, de los cuales uno estuvo en el baño.
“Todos los procedimientos, absolutamente todos, fueron filmados en un crudo que abarca la totalidad de lo que se hizo. Luego se realizó una edición de la filmación, pero está el crudo original”, reiteró Fein.
La fiscal volvió a dejar en claro que el informe preliminar de la autopsia dice que “del estudio realizado puede llegar a inferirse que no hubo terceras personas en la muerte del doctor Nisman”. En otras palabras, esto significa que la primera hipótesis es que el fiscal se disparó a sí mismo.
Sin embargo, como viene sosteniendo Página/12 –y ayer reiteró Fein–, no se puede descartar que se haya armado la escena para simular un suicidio, por lo que hay que ver todavía los estudios que faltan: la toxicología y la anatomopatología. La coordinadora del área química del Cuerpo Médico Forense, Ana María Perkins, es la que está a cargo del estudio toxicológico que se entregaría hoy o mañana. Tiene importancia, porque si se simuló una escena de suicidio, para acercarle la pistola a un centímetro, sin que hubiera lucha, habría sido necesario tener a Nisman dormido, inconsciente. Esto se puede verificar o descartar analizando si hubo presencia de cantidades importantes de algún fármaco en la sangre que se extrajo del corazón durante la autopsia.
Respecto de la anatomopatología, las reuniones en la morgue siguieron en los últimos días hábiles y en principio hay acuerdo sobre la distancia del disparo y, en cambio, los peritos de Arroyo Salgado afirman que el lugar del disparo –dos centímetros por arriba de la oreja– es inhabitual en un suicidio. Los peritos oficiales sostienen que es inhabitual pero que hay numerosos de casos. Los especialistas de Arroyo Salgado entregarán un informe la semana que viene.
Cuando en Radio 10 se le preguntó a Fein sobre sustancias encontradas en el baño, mencionó un sedante muy habitual, que se sabe Nisman tomaba, Rivotril en gotas, y dijo que no había ningún otro fármaco o sustancia.
La testigo Fernández afirmó ayer que vio cuando escribían o subrayaban en las hojas que Nisman tenía sobre la mesa de su living. Fein explicó que todo está filmado y fotografiado, hoja por hoja, y que lo que se hace es que cada hoja se folia, es decir se le pone un número, para que quede claro el orden. Además, en forma paralela se hace un acta en la que figura la frase de comienzo y la de final de cada hoja. De manera que –según la fiscal– es un procedimiento ordenado y certificado por ella.
Hay detalles del relato de la testigo que no cambian nada de lo sustancial.
- Si bajaron el cuerpo por un lado del edificio y luego por el otro.
- Si había un clima de jarana (sería raro, porque estaba la madre de Nisman y su hermana).
- Si iban a tomar mate o comer facturas.
- Si fue a un baño (obviamente no el que fue escenario de la muerte del fiscal).
- Si la fiscal dijo que iban a interrumpir el procedimiento y seguir al día siguiente (Fein dice que no lo hizo en toda su carrera como fiscal y que tampoco lo hizo nunca ninguno de sus colegas).
Son hechos que no suman ni restan a la investigación. Se utilizan –como la totalidad del relato– para empantanar el rumbo de un expediente que, desde lo objetivo y hasta ahora, apunta a que Nisman se quitó la vida. Por la distancia del disparo, porque no tiene lesiones defensivas, porque no hay rastro de lucha en el baño y porque él mismo pidió el arma prestada. Falta camino por recorrer, pero están los que no quieren que se avance en el camino.
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