EL PAíS › LOS ORGANIZADORES CALCULARON MáS DE 400 MIL PERSONAS FRENTE AL CONGRESO DE LA NACIóN
› Por Julián Bruschtein
“Todos somos Cristina”, decían las pancartas de los militantes que se acercaban a la Plaza del Congreso para apoyar y escuchar el discurso de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Un marco imponente de más de cuatrocientas mil personas según los organizadores fue la foto que dejó la concentración que el kirchnerismo en sus distintas vertientes desplegó en el camino entre la Casa Rosada y la plaza frente al Congreso. Como cada 1º de marzo el kirchnerismo sacó a relucir su capacidad de movilización y el retumbar de los bombos y de algún equipo de trompetas fue el fondo sonoro de una jornada en la que la lluvia no pudo apagar la alegría entusiasta de acompañar en la calle a la Presidenta en su último discurso a la Asamblea Legislativa.
“Vengo bancando este proyecto, proyecto nacional y popular”, se escuchaba en la plaza por los parlantes que transmitían el sonido del interior del recinto cuando ingresó la Presidenta. Afuera se replicó rápidamente por toda la plaza que empezó a retumbar con el canto encendido de los kirchneristas, entusiasmados al ver a los ministros y legisladores oficialistas parados agitando las manos o aplaudiendo mientras acompañaban la canción. Fernández de Kirchner ya había ingresado al recinto después de saludar a la gente junto a parte del gabinete. Allí se había sorprendido con una bandera de Unidos y Organizados que tenía los rostros de ella, de Néstor Kirchner y de Máximo Kirchner. Ya en la explanada se paró en la puerta del Congreso y respondió con un bailecito y un emocionado golpe en el pecho con los dedos en ve a la enorme masa de militantes en agradecimiento a la demostración de apoyo en el último año de gobierno. Como una paleta multicolor, la plaza frente al Parlamento se convirtió en un mosaico patinado por las remeras y banderas de las agrupaciones kirchneristas que se acomodaron ordenadamente para repartirse todo el frente sobre la avenida Entre Ríos. El blanco y celeste de La Cámpora, el verde de Kolina, el rojo y negro del Movimiento Evita, el verde azulado de Nuevo Encuentro, el rojo de Miles, ponían las pinceladas en el suelo de la plaza mientras todavía llegaban miles de manifestantes, kirchneristas organizados y kirchneristas silvestres. El Frente Transversal, el Partido Comunista Congreso Extraordinario y la agrupación Tupac Amaru también hicieron su aporte. Como un contraste de lo que fue la marcha opositora del 18 de febrero convocada por los fiscales, gran cantidad de jóvenes y miles de vecinos de barrios humildes llegaban de todo el país en columnas para acercarle a la Presidenta su apoyo.
“Vinimos desde San Francisco Solano muy temprano para apoyar a Cristina. Es la única que se ocupó de nosotros en todos estos años”, asegura a Página/12 Alejandra, una joven militante enfundada en una remera del Movimiento Evita, rodeada de miles como ella. La acompaña su mamá Angela, desocupada en los años ’90 y jubilada “gracias al kirchnerismo”, explica Alejandra después de aplaudir y gritar “Cristina es pueblo”. Con sus dos hijos de la mano de la abuela, todos muestran orgullosos las remeras con el rostro de la Presidenta que dice “Gracias Cristina”. Desde la 9 de Julio hasta la plaza del Congreso la calle está colmada de gente.
Las columnas de los intendentes del conurbano también se hicieron sentir. Moreno, Berazategui, Lanús, Quilmes, General Rodríguez, José C. Paz, entre otros distritos, dijeron presente así como las columnas de los trabajadores organizados. Sobre Entre Ríos se encontraban las columnas de gremios de la CGT como la UOM y los mecánicos de Smata. Los estatales de UPCN y los trabajadores de la construcción de la Uocra también mostraron sus pancartas, mientras que la CTA de los Trabajadores, que encabeza el docente Hugo Yasky, se acomodó sobre el costado izquierdo de la plaza.
Como un anticipo de lo que pueda pasar en las PASO de agosto, en el cielo se sacudían los globos con inscripciones de campaña. El naranja de “Scioli 2015” se chocaba con el de “Randazzo 2015”, mientras otros dos zeppelines de Urribarri se mantenían al acecho. Muñecos de Néstor y Cristina se repetían en todos los rincones de la plaza e incluso apareció uno con la figura de la ministra de Desarrollo Social Alicia Kirchner con los colores de su agrupación, Kolina. Algunos dirigentes marcharon con las columnas de sus agrupaciones como el precandidato presidencial Jorge Taiana, rodeado por los militantes del Movimiento Evita, al igual que Fernando “Chino” Navarro. El dirigente Luis D’Elía también se mostró encolumnado con sus seguidores de Miles.
La plaza vibraba acompañando el discurso presidencial, aplaudiendo o silbando según la ocasión, pero la ovación se la llevó el anuncio de estatización de la administración de los ferrocarriles. La lluvia por momentos hacía aparecer mágicamente algunos paraguas, pero nadie amagaba a moverse de su lugar. “Esta es una fiesta que se va a repetir el 24 de marzo y el 25 de mayo. Cuando hablan de kirchnerismo en retirada lo hacen con Clarín en la mano, de otra manera no se puede entender, porque la calle demostró otra cosa”, destacó un dirigente de La Cámpora a este diario cuando empezaba a sonar “podrán pasar mil años, verás muchos caer. Pero si nos juntamos, no nos van a detener”, de Attaque 77 que cerró el acto con la mayoría cantando con los dedos en ve levantados.
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