Con un discurso que se extendió durante 30 minutos –y que, ha diferencia de los anteriores, este año no leyó enteramente– Mauricio Macri abrió las sesiones de la Legislatura porteña con una abierta mención a sus aspiraciones de convertirse en el próximo presidente. “Estamos listos para nuevos desafíos, listos para nuevos y más grandes desafíos”, remarcó, tras hacer un balance de su gestión y reclamar que el Estado sea puesto “al servicio de la gente y no de los intereses de la política”. La oposición cuestionó “su tono superficial” y “como sacado de un libro de autoayuda”.

Fue su último discurso de apertura de sesiones, en el tramo final de su segundo mandato al frente de la ciudad de Buenos Aires.

“Transitemos juntos un mismo camino para que nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos nos recuerden como aquella generación que pudo superar los enfrentamientos inútiles y se puso a trabajar para que todos los argentinos puedan ser más felices”, pidió Macri en el recinto.

Luego agregó que “dialogar es dejar que los demás nos ayuden, nos cuenten sus necesidades, nos planteen sus problemas y nos acerquen sus propuestas” y convocó a los vecinos “en este año electoral, sin importar el partido político al que pertenezcan, a no bajar los brazos y dar un ejemplo de democracia que vive y crece”.

Macri agradeció por otra parte a sus funcionarios, a los legisladores y a los vecinos de Buenos Aires haberle dado “la oportunidad de gobernar estos años”. En el recinto estuvo acompañado por la vicejefa del Gobierno porteño, María Eugenia Vidal; el vicepresidente primero de la Legislatura, Cristian Ritondo; el jefe de Gabinete Horacio Rodríguez Larreta y todos sus ministros. La senadora Gabriela Michetti –precandidata del PRO a la Jefatura de gobierno, al igual que Rodríguez Larreta– siguió el discurso desde las gradas, alejada del resto de los dirigentes macristas. También estuvieron presentes la esposa del jefe de Gobierno, Juliana Awada, y los legisladores nacionales del macrismo.

Entre las medidas de gestión, habló de la construcción del Metrobus como una de sus más importantes obras. “El metrobus ha revolucionado el sistema de transporte, ya son 600 mil personas que lo usan, y ha sido tomado como ejemplo por otros distritos”, sostuvo. También anunció que las oficinas del gobierno porteño ya están siendo mudadas a las nueva sede en Parque Patricios. Puso además en la columna del haber los avances alcanzados, a su entender, en el servicio de recolección de residuos domiciliarios, del que dijo que se ha “reducido la disposición final en un 50 por ciento, lo que ha tenido reconocimiento internacional”, así como la creación de la Policía Metropolitana, la “apuesta por una educación de calidad”, los créditos para la primera casa y la importancia del uso de la bicicleta para el cuidado del medioambiente.

El jefe del PRO dijo que deja “planes concretos para que puedan ser impulsados” por quien lo suceda, como “el Plan Estratégico 2030”. Pero advirtió que “las buenas intenciones no alcanzan para gobernar”, porque “hace falta compromiso, aprendizaje, coraje y humildad”.

“Gobernar es decir la verdad, un gobierno que no está atento a lo que piden los demás mal puede transformar. Cuando cerramos el oído, también cerramos el corazón”, completó.

En lo personal, aseguró tener una “mezcla de alegría y nostalgia adelantada”. “Por un lado, la alegría de todos estos años de trabajo, ya que alcanzamos la mayoría de las metas y objetivos que nos habíamos propuesto, y por otro lado, un sentimiento de nostalgia adelantada, un sentimiento de pérdida porque empezamos a recorrer los últimos pasos de una etapa.”

Tras el discurso, la oposición evaluó al mensaje del jefe de Gobierno como de contenido “superficial” y cuestionó su tono “de autoayuda”. Le marcaron, por ejemplo, que haya considerado un logro el otorgamiento de dos mil créditos para primera vivienda cuando en la Ciudad hay 500 mil personas con problemas habitacionales y año a año viene disminuyendo el presupuesto para el área. También advirtieron que Macri no mencionó la deuda del distrito (ver aparte).

Por su lado, el oficialismo porteño destacó en cambio el carácter “de diálogo y pluralista” del discurso. En la línea de los aspirantes a suceder al jefe de Gobierno porteño, los dos precandidatos con más chances del PRO, Rodríguez Larreta y Michetti, pugnaron por mostrarse como la opción superadora de la gestión Macri. “Tenemos que seguir trabajando, hemos hecho mucho pero hay muchísimos desafíos por delante”, señaló en este sentido Rodríguez Larreta. “Suceder a Macri se daría con mucha naturalidad –marcó Michetti–, porque esto comenzó con Mauricio y Gabriela. El desafío es enorme, pero siento que puedo conducir esta nueva etapa en la gestión.”