Mar 03.03.2015

EL PAíS  › LUEGO DEL DISCURSO DE CFK, EL PRESIDENTE DE LA CORTE SUPREMA DARá HOY SU MENSAJE DE APERTURA DEL AñO JUDICIAL

Todas las miradas puestas en Lorenzetti

Lorenzetti inventó una ceremonia anual en la que da un discurso de apertura del “año judicial”. En esta ocasión, llega justo después de las críticas de la Presidenta a la Corte Suprema y sus referencias al “Partido Judicial”.

› Por Irina Hauser

Ricardo Lorenzetti, presidente de la Corte Suprema, hará hoy su discurso de apertura de lo que llama “el año judicial”. Es una ceremonia que inventó él mismo, que opera como refuerzo de su liderazgo, en la que suele dedicar frases a la familia judicial, a la ciudadanía y a la dirigencia política. Esta vez hay mucha más expectativa de la habitual. Ya la había porque los jueces supremos no explicitaron hasta ahora su posición sobre la marcha del 18F, convocada por un sector de fiscales y jueces con el argumento del homenaje al fallecido fiscal Alberto Nisman. Pero hay mucha más intriga desde el domingo, cuando Cristina Kirchner en la apertura de sesiones volvió a referirse al “Partido Judicial” que se “ha independizado de la Constitución” y le arrojó críticas en la cara a Lorenzetti, quien, sentado a pocos metros de ella, reaccionó con las cejas arqueadas, congeladas así por largo rato. ¿Le contestará?, es la pregunta unánime en tribunales. ¿Saldrá en defensa de los jueces y su “independencia”?, dudan algunos. ¿Será ambiguo?

En casi todos sus discursos, Lorenzetti reconforta a la corporación de jueces con alguna referencia a su “independencia” y a la división de poderes. Sus interlocutores cercanos, alineados muchos con la tradicional Asociación de Magistrados, esperan hoy algo de eso: una respuesta sin ferocidad, en tono didáctico y moderado. Que quede la duda si es activismo judicial o la impronta docente de quien mira el conflicto desde lo alto. Pero desean alguna referencia que objete al mote de “Partido Judicial” que reflotó la Presidenta (lo había acuñado Néstor Kirchner) después de la movilización del 18 de febrero. Lorenzetti es ya conocido por machacar con definiciones que agraden a distintas plateas: la clásica de la independencia –que estila relacionar más con la política que con otras corporaciones– a menudo suma referencias a que hay que atender a las necesidades “de la gente”, ofrecer celeridad judicial y evitar la “impunidad”.

En los últimos dos años sus exposiciones públicas se tornaron más confrontativas. Echó mano a dos temas: el narcotráfico y la inseguridad, que señala como grandes flagelos que no encuentran respuesta satisfactoria del Estado. Nunca elige la fecha de la inauguración del “año judicial” al azar. A veces la pone antes de la Asamblea Legislativa, otras después. En 2013, cuando se discutían las leyes de democratización de la Justicia, fue antes. Como otras veces, dijo que “las mayorías” son fundamentales para las sociedades, pero a veces toman decisiones inconstitucionales, que sólo puede frenar el Poder Judicial, que defiende la Constitución. Tiempo después entabló negociaciones para evitar que la reforma judicial impulsada por el Ejecutivo le quitara a la Corte el manejo presupuestario y se lo diera al Consejo de la Magistratura. Lo consiguió, pero igual el máximo tribunal después declaró la inconstitucionalidad de buena parte de las leyes aprobadas, entre ellas la que modificaba el cuerpo de consejeros. Hoy Lorenzetti hablará con varias cuestiones clave consumadas: la movilización de fiscales; reuniones con la ex esposa de Alberto Nisman (la jueza Sandra Arroyo Salgado) y la jueza de la causa de la muerte, Fabiana Palmaghini; la desestimación de la denuncia de Nisman contra la Presidenta firmada por el juez Daniel Rafecas; y con las sesiones del Congreso inauguradas con un discurso presidencial muy duro con la Corte Suprema. A Lorenzetti se lo vio mover las manos con furia por un segundo mientras Cristina Kirchner hablaba. Su cara, detenida al borde de un gesto de espanto.

La mayoría de quienes van a escucharlo cada año son jueces de todas las instancias y funcionarios judiciales. Desde la propia Corte suelen llamar para pedir confirmaciones como quien pasa lista. En una reunión de presidentes de Cámaras ayer comentaban el temor de que si no van, no les den lo que piden a la Corte (contratos, por ejemplo). El líder gremial Julio Piumato estila dar el presente. Hasta ayer todo indicaba que estarán el ministro de Justicia, Julio Alak; su vice, Julián Alvarez; la procuradora Alejandra Gils Carbó y la defensora general Stella Maris Martínez. Irán tanto referentes de la Asociación de Magistrados como de Justicia Legítima. Pero también fueron invitados miembros de asociaciones empresarias, columnistas estrellas de todos los medios y empresarios periodísticos.

La Presidenta, anteayer, no sólo habló del Partido Judicial sino que pidió en concreto apuntar los reclamos a la Corte. Y habló de casos puntuales, desde la causa del atentado contra la Embajada de Israel (que siempre estuvo en manos del alto tribunal, sin resultados concretos) hasta un fallo supremo de hace pocos días que rechazó un planteo de los ex combatientes de Malvinas que piden que se investiguen torturas y muertes en la guerra como crímenes de lesa humanidad. En el Gobierno, igual que en tribunales, también prevén palabras templadas de Lorenzetti, aunque no descartan alguna sorpresa.

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