EL PAíS › LOS PROXIMOS PASOS DE LA EX DE NISMAN PARA TRATAR DE PROBAR QUE FUE ASESINADO
Sus peritos trabajan en un complejo dibujo animado que mostraría cómo pudieron asesinarlo y cerrar la puerta del baño. La negativa a que se revisen las computadoras y celulares, y la insistencia en que el fiscal murió el sábado.
› Por Raúl Kollmann
A casi dos meses de la muerte de Alberto Nisman, su ex esposa, la jueza Sandra Arroyo Salgado, continuará esta semana la ofensiva para reforzar su hipótesis de que el fiscal fue asesinado. En los próximos días, sus peritos presentarán una animación de cómo creen ellos que ocurrió lo que denominan “la ejecución” en el piso 13 de la torre Le Parc. “Cada segundo –afirman quienes trabajan en la animación– lleva 20 horas de trabajo y se va a presentar más de un minuto de animación.” Su dedo acusador seguirá apuntando al informático Diego Lagomarsino, el dueño del arma del disparo final. Del otro lado, mañana temprano, el conocido forense Mariano Castex aceptará el cargo como perito de Maximiliano Rusconi, el abogado de Lagomarsino. Según Castex, “todo lo sostenido por el equipo de la doctora Arroyo Salgado admite presunción en contrario. Son especulaciones y han actuado por fuera del Código Procesal. El estudio que presentaron, sin control de las partes, trata de contestarle a la autopsia, hecha por los integrantes del Cuerpo Médico Forense, que marca la existencia de muchos más elementos que hablan de suicidio que de homicidio. Aún así, hay muchas pruebas para concretar”. La pericia informática, parada por Arroyo Salgado, bloquea la investigación sobre la muerte y las actividades de Nisman. Por ejemplo, no se puede avanzar en lo referido a la cuenta bancaria en Nueva York, una propiedad importante en Uruguay y otros aspectos económicos (ver aparte).
Como anticipó Página/12, la fiscal Viviana Fein prepara dos instancias: una junta médica y una audiencia con criminalistas. Las polémicas y los interrogantes estarán a la orden del día.
En la junta médica intervendrán los forenses oficiales, los que hicieron la autopsia –que dependen de la Corte Suprema de Justicia– y la médica legista de la Policía Federal que estuvo en el baño tras la muerte del fiscal. Por el lado de Arroyo Salgado estarán Osvaldo Raffo y Julio Ravioli, y en representación de la defensa de Lagomarsino asistirá Castex. Habrá varios puntos en debate, pero el más trascendente es el de la hora de la muerte. Los peritos de Arroyo Salgado afirman que Nisman murió el sábado 17 de enero a la tarde o al anochecer, horarios en los que Lagomarsino estuvo en Le Parc. Por eso, este debate les resulta clave. La autopsia oficial, por el contrario, afirma que Nisman murió a media mañana o mediodía del domingo 18 de enero.
La polémica se centrará en cuestiones muy técnicas, rigideces cadavéricas, espasmo cadavérico, agonía, cantidad de potasio extraída del ojo en la autopsia que se hizo el lunes 19 a las ocho de la mañana. Gran parte de los forenses consideran que a partir de las 24 horas de la muerte empieza un proceso de descomposición del cuerpo y que el cuerpo del fiscal no estaba en esa situación, por lo tanto la muerte debió producirse alrededor de las ocho de la mañana del domingo, 24 horas antes de la autopsia. A ese horario se le agregan o quitan cuatro horas de margen de error.
En un escrito presentado ante la jueza Fabiana Palmaghini, Arroyo Salgado pidió el allanamiento de la vivienda de Lagomarsino –que se concretó el lunes pasado– argumentando que el informático estaba en el departamento del fiscal a la hora de su muerte. Es más, Arroyo Salgado pidió que se secuestre la ropa de Lagomarsino para ver si había manchas de sangre.
En el debate sobre la data de muerte estará en juego buena parte de la hipótesis de los peritos de Arroyo Salgado, aunque –como señaló en este diario el forense Juan José Fenoglio– hoy en día hay mucha imprecisión respecto de la data de muerte, y más datos sobre horarios se pueden sacar de las computadoras y celulares. Justamente, la defensa de Lagomarsino insiste en que el fiscal abrió su computadora el domingo, a las 7.25 de la mañana, revisó tres diarios, sus mails y entró a Google, lo que probaría que el fiscal estaba con vida a esa hora.
Los peritos de Arroyo Salgado formularon su hipótesis sobre el homicidio: Nisman fue llevado, amenazado a punta de pistola, hasta el baño, lo hicieron arrodillarse frente a la bañadera, el homicida se paró detrás y le efectuó el disparo a un centímetro de distancia. Luego, el asesino salió del baño y, tomando desde afuera un brazo de Nisman, empujó el cuerpo hasta obstruir la puerta, dejándola casi cerrada. Gran parte de esta teoría se basa en donde se encontraron manchas de sangre, lo que implica hacer deducciones de cómo cayeron las gotas y hacia adónde salpicó el disparo.
Esta hipótesis será debatida en una audiencia de criminalistas. Está claro que por el lado oficial estarán los hombres de Homicidios de la Policía Federal, del lado de Arroyo Salgado, Daniel Salcedo, y Rusconi deberá todavía designar a su especialista. Las dudas que se plantean con la hipótesis de la ex esposa de Nisman son numerosas:
- Si el homicida fue Lagomarsino, no se entiende para qué dejó el arma en el lugar. Esa pistola estaba a su nombre, es decir que dejó su nombre y apellido en la escena.
- Resulta difícil creer que Nisman no reaccionó, no se defendió, no intentó ni siquiera un manotazo. En el baño no hay rastros de desorden y el cuerpo de Nisman no tiene ni un golpe. El fiscal era un hombre de gran envergadura física, medía 1.85, y si lo tenían encañonado y lo hicieron arrodillarse, no parece posible que no haya ensayado alguna defensa ante lo que evidentemente era una ejecución.
- No se entiende tampoco por qué el homicida se habría tomado el trabajo de matar y luego mover el cuerpo para obstruir la puerta. Es más, éste será un punto álgido para los criminalistas, porque según el testimonio de Armando Niz, el custodio que primero entró al departamento, y la propia madre de Nisman, Sara Garfunkel, la puerta del baño estaba casi totalmente cerrada. Apenas había una luz para mirar hacia adentro, al punto que el cuerpo lo vieron mejor del lado de la bisagra. Esto indicaría que no se pudo mover a Nisman desde afuera para hacerlo obstruir la puerta. La hipótesis será desarrollada por los peritos de la ex esposa y para este tramo de la polémica es que preparan la animación, porque explicarán la mecánica de los movimientos del homicida. Es obvio que provocará respuestas de los peritos oficiales y quedará para evaluar un interrogante central: para qué se tomó ese trabajo el supuesto homicida.
- Los especialistas de Arroyo Salgado no creen que sea verdad que Lagomarsino le haya prestado la pistola a Nisman. Piensan que ésa es una mentira del informático. Sin embargo, el fiscal también se la pidió prestada a Rubén Benítez, su custodio de mayor antigüedad. Eso demostraría que quien tenía voluntad de conseguir un arma era Nisman. Hasta el momento, Arroyo Salgado no ha manifestado que también Benítez fuera parte del supuesto plan homicida, en cuyo caso habrá que ver la existencia de contactos entre Lagomarsino y Benítez. También deberá verificarse dónde estaba Benítez en la tarde del sábado 17 de enero.
Las dos instancias –la de los forenses y la de los criminalistas– están siendo preparadas por Fein. Serán debates en los que ella, su secretario Bernardo Chirichela y tal vez la jueza Palmaghini van a estar presentes. Es que la última palabra la tiene la Justicia, no los peritos. Y Fein tendrá que ver si cambia la carátula de muerte dudosa existente hasta ahora.
La pericia de los celulares y las computadoras está parada de hecho. Es que no se permite a los informáticos entrar a los contenidos –mails, mensajes de texto y demás– y se demora todo argumentando que se está violentando la intimidad del fiscal. Rusconi afirma que los peritos de todas las partes coincidieron en que Nisman abrió su computadora a las 7.25 del domingo, a través de una conexión hecha en el propio departamento. Los peritos de Arroyo Salgado esquivan esta última definición: admiten que sí se accedió a la computadora, pero no saben si lo pudo hacer alguien de forma remota. Los datos, al menos hasta ahora, les dan la razón a los peritos de Rusconi y eso terminaría con la especulación de que Nisman murió antes de esa hora y esencialmente derrumbaría la pretensión de Arroyo Salgado de ubicar la muerte en el momento en que Lagomarsino estaba en el piso 13 de Le Parc, el sábado, a las 20.
Sin embargo, lo que hay para mirar en celulares y computadoras es muchísimo más. La existencia o no de amenazas, los motivos de su regreso abrupto de Europa, elementos de su estrecha relación con Jaime Stiuso –incluso después de que el espía perdiera su puesto en la Secretaría de Inteligencia–, el proceso de elaboración de la denuncia contra la Presidenta, el vínculo real con Lagomarsino y cualquier dato personal o profesional que pudiera explicar su muerte.
Pese a que hoy casi cualquier investigación criminal se basa en el análisis de las comunicaciones y lo que se ve en los archivos de las computadoras, ese estudio está bloqueado por Arroyo Salgado. La jueza critica a Fein por la lentitud en la pesquisa y porque da demasiadas cosas a conocer, pero al mismo tiempo pone el freno en una pericia clave y no se privó de divulgar el trabajo de sus peritos.
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