EL PAíS › ACTO A 23 AñOS DEL ATAQUE A LA EMBAJADA DE ISRAEL
Sobrevivientes y familiares de víctimas del atentado contra la Embajada de Israel reclamaron justicia ayer en la plaza seca donde funcionaba esa sede diplomática, al cumplirse 23 años del ataque, ocurrido el 17 de marzo de 1992. Fue una actividad informal, ya que las autoridades de Israel decidieron postergar el homenaje para mañana, por las elecciones que se realizaron ayer en ese país. El único orador fue el sobreviviente Jorge Cohen, agregado de prensa de la embajada al momento del atentado, quien destacó que aún esperan “saber quiénes fueron los responsables materiales y políticos, quiénes fueron los que decidieron hacer estallar” el edificio, con un saldo de 22 muertos y 242 heridos. Carlos Susevich, padre de Graciela, fallecida en el atentado, se manifestó “dolido por las declaraciones de (Ricardo) Lorenzetti (quien sostuvo que había “cosa juzgada” en la causa), por los 23 años sin justicia y por la postergación del acto recordatorio de la embajada”.
Sin micrófonos ni sirenas, los presentes esperaron que el reloj marcara las 14.47 y pidieron un minuto de silencio por las víctimas. Luego Lea Kovensky, también sobreviviente, leyó los nombres de las 22 personas identificadas tras la masacre. El resto de los participantes respondía con el grito “presente”. Otros sobrevivientes hicieron una ofrenda floral, que se sumó a la que había dejado temprano el jefe de Gobierno, Mauricio Macri.
“Tengo más preguntas que respuestas”, arrancó Cohen, abrazado por sus hijas. Remarcó sus sensaciones de “dolor e impunidad” y lamentó que al día de hoy “sabemos lo mismo que al principio”. Recordó que salió como pudo de lo que quedaba del edificio, “convertido en un fantasma cubierto de tierra y sangre”. “¿Cuánto queda de ese tipo tambaleante, sin saber lo que había sucedido y sin sospechar que 23 años después no habría ni acusados ni sospechosos ni encarcelados?”, se preguntó. “¿Qué palabra alude a lo que nos sucedió el 17 de marzo? Impunidad es lo primero que se me ocurre. También dolor. El dolor fue y es, está ahí, es una marca”, continuó. Impunidad y dolor se modelaron “como una sola roca, como un monstruo, como un viento de fuego sobre los ojos de un niño”, graficó. Pero decidió “que era tiempo de dar el paso de dejar de ser víctima para ser un testigo”, afirmó. “Entendí que es uno quien tiene que dar testimonio para mantener viva la memoria porque los muertos no pueden”, explicó.
Susevich lamentó las declaraciones del presidente de la Corte Suprema de Justicia. “Estoy dolido por las declaraciones de Lorenzetti, por los 23 años sin justicia y por la postergación del acto recordatorio de la embajada”, dijo. Lea Kovensky contó que “todos los 17 de marzo son especiales en mi vida porque me reúno con gente con la que construimos una parte indisoluble de la historia de nuestras vidas”. Visiblemente conmovida, se expresó “feliz de estar con vida y de poder dar testimonio por los que ya no están, por poder ser la voz de todos ellos”.
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