Tras ratificar su candidatura a gobernador y recibir una ola de cuestionamientos de la mayoría del kirchnerismo, el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, salió ayer a defenderse sembrando intrigas sobre sus críticos y comparando su situación con la de Daniel Scioli. Sobre sus coqueteos con Sergio Massa, el ex diputado retrucó que se trató de “una foto” y que, en cambio, hay dirigentes kirchneristas que “se reúnen con la oposición a escondidas”. Además, apuntó contra los que “ahora tienen que resignarse a que va a ser (Scioli) el candidato y comienzan a no descalificarlo”. Nuevamente desde el oficialismo se desató una serie de acusaciones: el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, afirmó que el aspirante a gobernador bonaerense “se cagó en todo el mundo” cuando desde el Frente para la Victoria se trabajó para posicionarlo como candidato a diputado en 2013. El ministro de Planificación, Julio De Vido, también lanzó un dardo, aunque en su caso sin dar nombres: “No necesitamos tránsfugas ni travestis. Estamos muy atentos a quienes nos apoyaron siempre”, señaló.

La tensión entre el intendente de Lomas de Zamora y gran parte del arco kirchnerista no afloja. Después del respaldo de Scioli, que remarcó la “diversidad” del FpV y la lealtad de Insaurralde “a su manera”, el único que volvió a defenderlo fue un ministro del gobierno provincial, Alejandro Rodríguez, de Asuntos Agrarios. “Es un gran intendente, es peronista y es bonaerense”, sostuvo Rodríguez y remató que “el que crea que va a crecer descalificando a un compañero está fuera de foco”.

Consultado por los dichos del jefe de Gabinete, quien le achacó trabajar en un “esquema de vedetismo”, Insaurralde evitó ir al choque. También tuvo palabras cuidadosas respecto de la posibilidad de recibir el apoyo de Cristina Fernández. “El apoyo de la Presidenta es importante en todos los casos, es la Presidenta y la que hoy conduce el Frente para la Victoria. La Presidenta en esto va a ser muy amplia, confío en eso, es mi sensación”, sostuvo.

Pero esa sensación no es compartida por los dirigentes más identificados con el oficialismo. No sólo lo criticaron Aníbal Fernández y De Vido, también el precandidato presidencial Florencio Randazzo y los intendentes Juan Patricio Mussi y Francisco Durañona. “La Presidenta confió en él y luego renunció al cargo de diputado y tomó una posición ambivalente, que era lo mismo estar con Scioli que con Ma ssa”, señaló Randazzo. Durañona le recriminó a su par de Lomas: “Guardó silencio en momentos en que debía salir a defender el proyecto”.