EL PAíS › EL ENCUENTRO DE LOS PRESIDENTES DEL CONTINENTE COMENZARA SIN CONSENSOS EN TEMAS CLAVES
Estados Unidos y Canadá plantearon diferencias sobre el rol del Estado en cuestiones como salud, trabajo y ambiente. El canciller Héctor Timerman apoyó la idea de que los presidentes discutan las cuestiones en las que no están de acuerdo.
› Por Fernando Cibeira
Desde Panamá
Tal vez fueron los efluvios pacifistas que absorbió durante su visita al museo de Bob Marley en su escala previa en Jamaica, lo cierto es que la declaración del presidente norteamericano, Barack Obama, acerca de que Venezuela no representa un riesgo para la seguridad de Estados Unidos probablemente evite que la Cumbre de las Américas que se inicia hoy termine en un nuevo fiasco, pese a la histórica participación de Cuba. No será sencillo. Ayer fue la reunión previa de los cancilleres y la representante de Venezuela, Delcy Rodríguez, insistió que en el encuentro de los presidentes se debía discutir la derogación del decreto contra su país e invitó a Estados Unidos a debatir sobre derechos humanos. También, añadió como un buen punto a conversar la militarización de las Islas Malvinas, un tema que ayer recobró visibilidad a partir de la nueva escalada diplomática entre Argentina y el Reino Unido. Lo cierto es que después de permanecer reunidos varias horas, los cancilleres no pudieron ponerse de acuerdo en lo básico, y nuevamente la Cumbre de las Américas concluirá sin documento final.
El encuentro de los ministros de Relaciones Exteriores comenzó al mediodía con un almuerzo en el Hotel Sheraton, ubicado justo cruzando la calle desde el centro de convenciones Atlapa, sede de la cumbre. Luego pasaron al salón de reuniones para discutir con puntos de vista tan diferentes que enseguida quedó en evidencia que no podrían llegar a un acuerdo. Debían arreglar un listado de “mandatos de acción” para los organismos regionales, pero hubo cinco puntos en los que Estados Unidos y Canadá plantearon diferencias –simplificando, no estaban de acuerdo con otorgar un rol determinante al Estado en cuestiones tales como salud, trabajo, medio ambiente–, por lo que avisaron que firmarían esos items por separado. La conclusión fue que el documento en el que los diplomáticos estuvieron trabajando durante meses no saliera, y se le dé al presidente anfitrión, Juan Carlos Varela, una declaración para que lea en el cierre los pocos temas en los que hubo acuerdo.
Más allá de documento sí o no, algunos países plantearon que los presidentes debían discutir los temas políticos de la región fuera de la “agenda de desarrollo” en que pretende Estados Unidos encorsetar el encuentro. La canciller venezolana dejó en claro que el diálogo que mantuvo en Caracas con el enviado de la Casa Blanca, Thomas Shannon, no concluyó de buena manera, porque volvió a la carga con la cuestión de la derogación del decreto que ya el propio Obama dio a entender que es desproporcionado. En su intervención, el canciller argentino, Héctor Timerman, apoyó la idea de que durante las deliberaciones los presidentes discutan las cuestiones en las que no están de acuerdo y no limiten el intercambio a los puntos en los que piensan parecido, como quieren los norteamericanos.
“Realmente es una pena. Durante muchos años no hubo documento porque no había acuerdo sobre Cuba, ahora está Cuba sentado y seguimos sin tener coincidencia”, sostuvo Timerman, quien agregó que “lo importante no es tener un documento, sino hablar sobre esas diferencias que tenemos”. El canciller puso la presencia de Cuba en la cumbre justamente como una expresión de que, gracias a la discusión y el debate, se puede a avanzar y llegar a acuerdos. En la anterior Cumbre de las Américas, celebrada en Cartagena de Indias en 2012, varios países, incluido Argentina, dejaron en claro que no participarían del próximo encuentro si se seguía marginando a la isla.
Timerman adelantó que “seguramente” la presidenta Cristina Kirchner hablará del tema Malvinas en su discurso de mañana. “Será la misma postura de todos los encuentros. Hay puntos básicos: los derechos argentinos sobre las islas, la necesidad de una negociación pacífica con el Reino Unido y la del cumplimiento de las resoluciones de las Naciones Unidas por parte de todos los países”, completó. Una señal de la importancia, que tomó la cuestión en las últimas horas, es que junto con la Presidenta hoy llegarán a Panamá el secretario de Asuntos Relativos a las Malvinas, Daniel Filmus, junto a los presidentes de las comisiones de Relaciones Exteriores de ambas cámaras, el senador Ruperto Godoy y el diputado Guillermo Carmona. En cambio, Timerman no confirmó si la Presidenta también incluirá alguna referencia a su enojo por las declaraciones de la funcionaria del Departamento de Estado para la región, Roberta Jacobson, sobre “la mala forma” que mostraba la economía argentina.
Las sirenas de las custodias policiales que cruzan la ciudad llevando funcionarios a distintos encuentros, típica de las cumbres importantes, se convirtieron ayer en la música de fondo de la capital panameña que hoy se multiplicará con la llegada de 35 presidentes y la idea de una jornada histórica.
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