Dieciocho policías entrerrianos acusados de sedición, que en diciembre de 2013 se autoacuartelaron en la ciudad de Concordia por reclamos salariales, posibilitando los saqueos a negocios que terminaron con tres muertos, comenzaron a ser juzgados en los tribunales de la ciudad.

En la primera audiencia, el fiscal Mario Guerrero planteó que los acusados “tomaron la jefatura de policía instigando los saqueos”. Recordó que el grupo de policías entró al edificio tirando gases lacrimógenos y, tras llegar a las oficinas de sus jefes, los privaron de su libertad. Además, tomaron la sede del Comando Radioeléctrico.

Guerrero remarcó que durante la sublevación hubo “una distribución de tareas” y que la toma de la jefatura fue “planificada”. En ese sentido, recordó que “los móviles que llegaban a la sede policial quedaban impedidos de salir”, lo que explica por qué la policía no actuó cuando comenzaron los saqueos.

El fiscal aseguró que, a lo largo del juicio, acreditará que hubo policías que avisaron a algunos delincuentes de la ciudad que un acuartelamiento les dejaría las calles libres. En este sentido, Guerrero concluyó que las acciones de esos días estuvieron dirigidas a “arrancar al gobierno provincial un aumento salarial extorsivo”.

Los hechos que se juzgan ocurrieron entre el 8 y el 9 de diciembre de 2013. En la misma causa, la Justicia ya condenó a tres años de prisión de ejecución condicional a una pareja que participó de los saqueos, en el primer fallo que involucró a civiles.

En Concordia son más de cien los imputados por los robos. Algunos de los casos fueron identificados porque sus mismos autores subieron imágenes a la web.

Al participar en la audiencia, la procuradora adjunta de la provincia, Cecilia Goyeneche, sostuvo que la sublevación policial “merece una respuesta de Estado” y que es necesario discutir “qué tipo de instituciones y qué tipo de policía estamos dispuestos a tener”.