La promesa no pasó desapercibida para los trescientas personas que llenaban el auditorio del sindicato de trabajadores rurales (UATRE). “El 9 de julio el festejo será doble: vamos a celebrar nuestra independencia y la finalización de más de cuatro años de recesión”, aseguró Eduardo Duhalde, y enseguida comenzaron los aplausos, impulsados por el reaparecido Hugo Moyano, que se hallaba sentado en primera fila. El marco tan propicio pareció entusiasmar al Presidente. “Yo les pido a los argentinos que me crean”, insistió entonces con su promesa. A pesar de los anuncios, el Ejecutivo sigue negociando con el FMI con resultado incierto, mientras trata de sumar a los gobernadores a la coalición parlamentaria que lo banca desde el Congreso.
Más allá de su factibilidad, el anuncio de Duhalde revela el buen ánimo del Gobierno, que cree haber logrado la iniciativa política por primera vez en dos meses. Por eso, Duhalde aprovechó ayer el escenario que le aportó Gerardo Venegas, titular de UATRE y ligado a la CGT de Moyano, para hacer anuncios optimistas y replicarle a Elisa Carrió, quien el jueves a la noche había dicho que Duhalde “no llega a fin de año”. Así, primero anunció que se creará “un fondo” con las retenciones a las empresas petroleras y a las exportaciones, y que ese monto permitirá que en 45 días “no quede en la Argentina una sola familia sin recibir un ingreso mínimo para poder subsistir”. Después, el Presidente dijo que seguirá en su cargo hasta el 2003. “Yo jamás abandono y voy a pelear con todas mis ganas”, aseguró. Pero luego admitió que “la pelea es muy dura”.
El acto de ayer probó de nuevo la buena relación que tiene el Presidente con los gremios de la CGT rebelde. Además de Moyano, estaban Omar Viviani, Horacio Ghillini, Domingo Moreyra y Saúl Ubaldini. Un primer indicador de esta sintonía quedó expuesta en la Marcha de la Esperanza, donde los taxistas de Viviani se mezclaron con los militantes del PJ bonaerense. En la sede de UATRE, Duhalde fue recibido con aplausos y vítores, y el anfitrión Venegas lo elogió públicamente antes de que el Presidente comenzara su discurso. Ante los afiliados de su gremio, el sindicalista advirtió que “después de Duhalde está la noche”. La visita del jefe de Estado tuvo como excusa formal la inauguración del Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (RENATRE), que permitirá la legalización laboral de más de un millón de peones rurales.
Si con los gremialistas le fue bien, Duhalde no recibió el mismo trato de los directivos de la Sociedad Rural y de Coninagro, que también estaban presentes en el sindicato de UATRE y que se manifestaron en contra de las retenciones a las exportaciones. El Presidente les contestó durante su discurso, reconociendo que los empresarios “tienen que competir en condiciones realmente desfavorables, sobre todo el sector agropecuario”. “Cómo no considerar injustas las retenciones (al sector agropecuario), pero más injusto es tener a millones de argentinos que no tienen lo mínimo para garantizar los derechos humanos básicos. Eso me duele mucho más que aplicar las retenciones”, dijo Duhalde desde el escenario.
Mientras el jefe de Estado se dedicaba a los anuncios, la primera dama a cargo de la coordinación de políticas sociales, Hilda “Chiche” Duhalde, se dedicó a desmentir eventuales cambios en el Gabinete. Dijo que el actual equipo es “bueno” y que “está funcionando bien”. En los últimos días había circulado la versión de que el Duhalde pensaba modificar la plantilla de ministros que lo acompañan en el Gobierno, con la intención de sumar más apoyo de los gobernadores y del Interior del país.