EL PAíS › CRISTINA KIRCHNER CERRO UN ENCUENTRO DEL RADICALISMO POPULAR, QUE SE INCORPORO AL FRENTE PARA LA VICTORIA
La Presidenta fue la oradora de cierre del Congreso Nacional del Radicalismo Popular, la corriente que encabeza Leopoldo Moreau. CFK habló de la política como herramienta para beneficiar a las mayorías populares.
Una foto atípica. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner rodeada de banderas rojas con simbología radical. Entre el público, incluso, había, aunque no abundaban, alguna de las míticas boinas blancas. Para aumentar la confusión, la cita era en un espacio con reminiscencias peronistas: el predio de Parque Norte. Símbolo de una época, “entrando en el corazón de un nuevo ciclo”, CFK fue la oradora de cierre del Congreso Nacional del Radicalismo Popular, la corriente que encabeza Leopoldo Moreau y que ayer emitió un documento donde manifiestan su decisión de incorporarse al Frente para la Victoria, en el marco de un acuerdo estratégico de cara a los comicios nacionales de este año.
Allí, la mandataria definió las condiciones y principales líneas del “proyecto nacional y democrático” que encabeza y que recoge la tradición del radicalismo yrigoyenista y alfonsinista, además del legado peronista. “Lo que define la pertenencia no es un color ni la ficha partidaria”, sino “atreverse a decirles no a los que te pisaron la cabeza toda la vida”. En ese sentido, sostuvo que tanto en el peronismo como en el radicalismo, los dos grandes partidos populares argentinos, siempre hubo fuerzas y figuras nacionales, populares y democráticas y otras que trabajan por los intereses concentrados.
“Nacional, popular y democrático significa incluir a cada vez más argentinos no en un partido o en un espacio político, sino incluirlos a los bienes materiales y culturales a los que todos tienen derecho por sólo haber nacido en este país, incluirlos al trabajo, a la educación, a la salud, a la cultura”, definió Fernández de Kirchner que, según aseguró, acudió al encuentro “no como Presidenta, sino como militante nacional y popular”. Por eso, agregó, se encuentran en ese espacio todos los que piensan “que la política es, fue y seguirá siendo el instrumento más adecuado para modificar la realidad en beneficio de las mayorías populares”.
Con esa premisa, CFK dejó un mensaje respecto de su sucesión luego de que a fin de año abandone la Casa Rosada. “Los que vienen después tienen que ser mejores que vos porque tienen que corregir los errores, hacer las cosas que no se hicieron y honrar la historia que algunos quieren que se olvide porque estuvieron del lado de los que mataron, de los que torturaron, de los que desaparecieron. Nosotros, en cambio, nunca estuvimos en ese lado. Siempre estuvimos del lado de los que lucharon por la libertad, por los sindicatos, por las universidades, por el trabajo, del lado de los argentinos”, aseguró.
Sobre el escenario, la Presidenta estuvo flanqueada por Moreau, principal referente del Movimiento Nacional Alfonsinista, uno de los espacios que forman parte de lo que ellos llaman “radicalismo popular” y que rompió definitivamente con la Unión Cívica Radical luego de que la convención nacional de ese partido decidiera establecer una alianza con el PRO y la Coalición Cívica en la carrera presidencial. También estaba el flamante subsecretario para la Reforma Institucional y el Fortalecimiento de la Democracia, Leandro Santoro, dirigente de Los Irrompibles, sector de la Juventud Radical, y el diputado nacional Eduardo Santín, entre otros dirigentes de ese origen.
Todos ellos participaron de la redacción del documento con el que se cerró el congreso de dos días y en el que se decidió concretar una “alianza estratégica” con el Frente para la Victoria a nivel nacional, apoyando a los candidatos de ese espacio en las PASO de agosto y las generales de octubre. Además, figuras del radicalismo popular podrían incorporarse a las boletas oficialistas en otros distritos, según confirmaron a Página/12 fuentes gubernamentales. La reciente incorporación de Santoro al Ejecutivo también forma parte de este acuerdo más amplio.
En otro gesto político, CFK no concurrió sola al encuentro, sino que llegó acompañada por parte de su gabinete y dirigentes de primera línea del oficialismo. Fueron de la partida el ministro de Interior y Transporte y precandidato presidencial, Florencio Randazzo; el secretario general de la Presidencia y vicepresidente del PJ, Eduardo “Wado” De Pedro, y el diputado nacional y secretario general de La Cámpora, Andrés “Cuervo” Larroque, entre otros.
Ante todos ellos, la Presidenta dijo que, “lejos de estar en un fin de ciclo”, la Argentina está “entrando en el corazón de un nuevo ciclo político” que comenzó luego del “verdadero fin de ciclo político” que fue el 2001. La característica de este nuevo ciclo es dotar de contenido nacional y popular a la democracia, “comprendiendo que hay intereses poderosos y que hay que enfrentarlos para construir legitimidad”. En ese sentido, comparó los casos de Fernando de la Rúa, que llegó a la Casa Rosada con cincuenta por ciento de los votos y perdió rápidamente el poder, y el de Néstor Kirchner, que lo hizo con apenas el veintidós por ciento, pero pudo construir legitimidad. “Gobernar para las mayorías, eso es lo que le da fuerza a un gobierno”, explicó.
El único orador, además de la mandataria, fue Moreau, que convocó a “unir los esfuerzos de las fuerzas progresistas para defender los intereses de la Nación” ante el “intento de la restauración conservadora que impulsa la derecha”. En ese sentido, el ex senador nacional propuso “lograr un nuevo sujeto político que permita superar la vieja antinomia peronismo-antiperonismo, radicalismo-antirradicalismo y que sea la síntesis de la democracia para siempre que construyó Alfonsín y de la patria para todos que lograron Néstor y Cristina Kirchner”.
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