Desde Salta

Tras haber sido el centro de atención el 12 de abril pasado, por iniciar el cronograma electoral del año, Salta elegirá hoy gobernador, intendentes y legisladores locales. La competencia está polarizada entre el actual gobernador Juan Manuel Urtubey y el ex mandatario provincial y senador nacional Juan Carlos Romero, que en las primarias abiertas quedó 14 puntos debajo del oficialismo. Con el candidato del Frente Justicialista Renovador para la Victoria como amplio favorito, Romero volvió a agitar el fantasma de un eventual fraude, producto de la implementación del sistema de boleta única electrónica. Desde el Tribunal Electoral salieron a desestimar cualquier posibilidad de irregularidades y anunciaron que luego del recuento provisorio se hará el escrutinio definitivo de forma manual sobre el ciento por ciento de los votos. Los otros candidatos, Claudio Del Plá, del Partido Obrero; Miguel Nanni, de la alianza UCR-UNEN-PS; y Edmundo Falú, del Frente Popular, corren de lejos a los dos primeros.

Casi un millón de salteños –algo más del 2 por ciento del padrón nacional– podrán ir a votar mañana. Urtubey, que buscará su tercer mandato, quedó muy bien posicionado luego de las PASO de abril, en las que ninguna fuerza tuvo competencia interna en la categoría de gobernador. Allí obtuvo por el 47 por ciento de los votos ante al 33 del frente Romero+Olmedo. Para esta noche, en el bunker oficialista esperan celebrar una diferencia de unos 20 puntos y haber alcanzado alrededor del 50 por ciento de los votos. Se descontaba que los dos precandidatos presidenciales del FpV, Daniel Scioli y Florencio Randazzo, vendrían al finalizar la elección.

Desde el sector de Romero y su vice, Alfredo Olmedo, consideraban que un aumento de la participación electoral (que en las PASO fue del 68 por ciento) les permitiría achicar la distancia. De todas maneras, ayer publicaron una solicitada sembrando dudas sobre el sistema electoral implementado. Romero y Olmedo cuestionaron al gobierno y a la empresa contratada, Magic Software Argentina (MSA), quien aportó los terminales de votación. En el texto denuncian que no pudieron “auditar el código fuente o sea las instrucciones que el programador le da a la máquina”, que se negó la realización del recuento provisorio de manera manual y que tampoco se pudo “auditar la logística ni el sistema de transmisión de datos”. En una respuesta casi anticipada, la secretaria del Tribunal Electoral, Teresa Ovejero, aclaró el viernes que todos los partidos podían participar de la auditoría del código fuente que se realizó junto a la Universidad Nacional de Salta y que el código no fue entregado por una cuestión de seguridad sino supervisado en el momento. También se informó que se hará de manera manual el recuento definitivo, y no de una muestra del 5 por ciento como indica la ley, sino del total de las boletas. Además, la votación contará con veedores internacionales y de ONG.

El actual sistema electoral utiliza terminales electrónicas que imprimen la boleta que luego se coloca en la urna. Esa boleta contiene el voto impreso y, además, un chip que permite realizar el escrutinio provisorio de manera más ágil. Se espera que mañana a partir de las 19 empiecen a cargarse los primeros datos y que alrededor de las 21 ya haya una tendencia definitiva. El martes a las 18 comenzará el conteo definitivo, que podría extenderse unos 15 días.

Urtubey acusó a Romero de “negar la realidad” y de no aceptar el resultado. Con el escenario de la gobernación relativamente definido, la expectativa local quedó depositada en la pelea por la intendencia de Salta, donde sí hubo competencia en las PASO. El kirchnerista Javier David sacó un punto de diferencia sobre el segundo, Gustavo Sáenz, candidato del massismo, quien a su vez derrotó en la interna al macrista Guillermo Durand Cornejo. Sumados los votos de Sáenz y Durand Cornejo en las PASO superaron por amplia ventaja a David, pero según los últimos sondeos, Sáenz y David estaban disputando el municipio cabeza a cabeza.

Ninguno de los respaldos nacionales de Romero, ya sea Massa que lo apoyó directamente, o Macri que puso el cuerpo por Durand Cornejo, el candidato de su frente, tenía previsto viajar a la provincia.

En este contexto, Urtubey anticipó ayer que, de ganar, será su último mandato como gobernador y que, en cuatro años, peleará por la presidencia o se presentará a otro cargo. “Definitivamente es mi último mandato”, sostuvo ante una consulta de Página/12. Con un rol activo en el PJ nacional (fue uno de pocos los oradores en el último Congreso de Parque Norte), Urtubey anticipó que buscará “institucionalizar” al partido para evitar el peso de los personalismos y evitar una marcha atrás en los derechos conquistados en esta etapa. Sin adelantar nombres, afirmó que junto a un grupo de gobernadores de la Región Norte harán explícito su apoyo a un postulante presidencial del FpV antes de las PASO de agosto, luego de reunirse con ambos para discutir políticas para la región. “El desafío es que saquemos la mayoría de edad, que ganemos sin colgarnos de la boleta de Cristina”, aseguró el gobernador, quien reconoció que mantuvo en su momento discrepancias con la Casa Rosada, pero al mismo tiempo señaló que Néstor Kirchner y la Presidenta “llevaron al peronismo al lugar donde nos sentimos muy cómodos en términos ideológicos”. A diferencia de otros dirigentes peronistas, Urtubey señaló que no comparte la idea de “una conductora en las sombras”, en referencia a la posibilidad de que CFK continúe liderando el proyecto político luego de 2015.