Lun 25.05.2015

EL PAíS  › TRABAJADORES DE LA EX IMPRENTA DONNELLEY DENUNCIARON A EX DIRECTIVOS DE LA EMPRESA

Detrás de las huellas del vaciamiento

Según la denuncia, antes de bajar la persiana y declararse en quiebra, la empresa habría desviado fondos a las islas Caimán y Bermudas, así como también parte de la producción y de la materia prima para justificar el cierre de la planta.

› Por Adriana Meyer

Los trabajadores de la ex imprenta RR Donnelley –auto gestionada cooperativa Madygraf – realizaron una denuncia penal contra los ex directivos de esa empresa por el delito de vaciamiento. Según consta en el texto de la presentación que está en el juzgado federal de Daniel Rafecas, antes de bajar la persiana y declararse en quiebra, la empresa habría desviado fondos a las islas Caimán y Bermudas, así como también parte de la producción y de la materia prima para justificar el cierre de la planta. Estos ex empleados, que desde el 12 de septiembre producen revistas sin patrón, encontraron constancias de transferencias a través del ex gerente Sergio Slep por más de 160 mil dólares, y sospechan que podría haber documentación sobre más envíos. El abogado Agustín Comas, miembro del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (Ceprodh) y representante de los trabajadores gráficos, explicó a Página/12 que el vaciamiento de Donnelley se relaciona con la situación que están viviendo los empleados de la imprenta Worldcolor, que envió 280 telegramas de despido.

La denuncia por desvío de fondos y de la producción a otros talleres para “disimular la baja en la producción” está dividida en tres partes. En la primera detallaron que a través de Raymond James, posiblemente vía Uruguay, se enviaba dinero a fondos de inversión ubicados en los paraísos fiscales de las islas Caimán y Bermudas. “Sergio Slep, ex gerente de Donnelley, se fue en diciembre de 2013, es decir ocho meses antes del dictado de la quiebra. La empresa le pagó una indemnización de 3 millones de pesos, cuando ya ‘anunciaba’ en sus balances supuestas pérdidas por casi 27 millones”, describió Comas. “Llamativamente, días antes del pago de la millonaria indemnización la casa central capitalizó a Donnelley Argentina con la misma suma de dinero”, agregó el letrado. Según la presentación que ahora debe investigar la Justicia federal, la compañía de inversiones en Caimán es Investors Trust Assurance SPC, que entre otros fondos de inversión con los que actúa se encuentra Black Rock, que posee parte del paquete accionario de RR Donnelley & Sons Company. En segundo lugar denunciaron que el vaciamiento de la empresa comenzó meses antes de la quiebra, con el desvío de la producción a otros talleres gráficos y aduciendo una crisis productiva que era falsa, ya que la producción existía pero era desviada. Presentaron pruebas sobre el hallazgo de 100 toneladas de papel encontrados en un depósito de Quilmes y que habría sido llevado allí sólo días antes de la declaración de quiebra.

Por último, los trabajadores de la ahora autogestionada imprenta manifestaron la posibilidad de la existencia de un acuerdo entre Donnelley y QuadGraphics (QG), dueña en Argentina de dos plantas: World Color y Morvillo, y principal competidor de Donnelley a nivel mundial. Ese arreglo habría implicado el vaciamiento de Donnelley y posterior cierre, cuyo principal beneficiario sería Quad Graphics.

Vidas paralelas

El pase de Slep a QG como gerente general, en febrero de 2014, no habría sucedido por obra del azar. A principios de 2015 World Color despidió a 280 empleados y esos telegramas llevan su firma. “Creemos que su incorporación, y casualmente la del principal vendedor de Donnelley, es parte del acuerdo para dejarle el mercado a QG una vez cerrada Donnelley, ello incluso surge del propio pedido de concurso preventivo de las plantas World Color y Morvillo, claro que no contaban con que los gráficos de World Color se iban a solidarizar con Madygraf”, sostuvo Comas. En sus páginas 20 y 21 el concurso preventivo reza: “Adicionalmente a los problemas propios, en 2014 se produjo un episodio cuyas consecuencias fueron exactamente inversas a lo que la más pura teoría empresarial indicaría. Uno de los competidores de World Color, RR Donnelley decidió cerrar intempestivamente sus operaciones, en el medio de una significativa confrontación con el gremio y sus dependientes que tuvo muy importante repercusión pública (N. d. R.: En los hechos el 11 de agosto Donnelley cerró la planta y al día siguiente, luego de una asamblea, sus empleados volvieron a entrar y pusieron en funcionamiento las rotativas de la imprenta para seguir produciendo.) Esta situación, en lugar de mejorar las condiciones reinantes en el mercado gráfico y generar una oportunidad para World Color solo implicó complicaciones y mayores dudas a los accionistas acerca de la posibilidad real de que este negocio fuera capaz de generar los fondos propios necesarios para su mantenimiento sin una mayor cuota de ayuda externa. Mención aparte merece la distorsión que generan en el mercado las perniciosas modalidades de actuación de la cooperativa (Madygraf) (...) en primer lugar los empleados (de World Color) acompañaron en sendas ocasiones las protestas de RRD parando la planta y generando nuevamente problemas de entrega a clientes propios. En segundo lugar no aceptaron tomar trabajo que había libre en el mercado como consecuencia del cierre de RRD la ‘regla de solidaridad’ lo llamaron, en razón de la cual ellos no harían el trabajo que no podrían hacer los empleados de Donnelley por lo que se materializó la imposibilidad de reemplazar con otros clientes el volumen perdido”.

Por otra parte, los trabajadores de Madygraf vienen denunciando la actuación del abogado de los ex jerárquicos y jefes de la ex Donnelley, quienes en el expediente de la quiebra solicitan constantemente el de- salojo y el desguace de la planta para cobrar sus indemnizaciones. “El abogado Diego Hernán de León Prandi tiene relación con Diego García Vilas, ex abogado de Donnelley y candidato de Graciela Ocaña, y con Sergio Slep”, dijo Comas, y mostró la constancia de una reunión. “Es evidente que con el desguace y cierre de Donnelley, los beneficiarios serían el Grupo de Quad Graphics, y que de León Prandi se encuentra haciendo el trabajo para que la cooperativa no pueda funcionar en la planta”, agregó.

Surge así que el proceso de vaciamiento y cierre de World Color habría sido similar al de Donnelley: tercerización de la producción y denunciar una baja en la producción. Con el reciente cierre de esa empresa este mercado empieza a quedar en pocas manos. “El mercado de la producción gráfica se estaría concentrando entre Quad, que reduciría su personal conservando Morvillo y AGR, que pertenece al Grupo Clarín”, apuntó.

Revistas sin patrón

La denuncia de los trabajadores se suma a la que ya vienen impulsando, junto a la AFIP, por la quiebra fraudulenta en la Justicia comercial. Había sido la presidenta Cristina Fernández de Kirchner quien advirtió sobre el origen “buitre” de los capitales de la ex Donnelley, al mismo tiempo que se quejó porque la empresa obtuvo una “quiebra exprés”. En marzo Página/12 publicó que los trabajadores de Madygraf presentaron documentación en esa causa para que la casa matriz de Estados Unidos sea alcanzada como responsable porque sostuvieron que la firma tiene como modus operandi cerrar plantas en todo el mundo, luego de vaciarlas, dejando incluso el mismo cartel en la puerta como el que se encontraron los operarios argentinos. “Lamentamos tener que comunicarle que, afrontados (sic) a una crisis insuperable estamos cerrando nuestras operaciones y solicitando la quiebra luego de 22 años de actividades en el país”, decía la nota, y debajo un 0800 para que las 400 familias pudieran tener “más detalles” de lo que les esperaba.

“Tenemos más trabajo, ganamos un poco más, eso va subiendo los ánimos, además con el apoyo de una comisión de técnicos y estudiantes reparamos máquinas que no se usaban cuando estaba Donnelley, y los clientes dicen que nuestro trabajo es de mejor calidad”, dijo a Página/12 Jorge Medina, uno de los trabajadores. Y recordó que hace dos meses uno de los abogados de Donnelley protestó ante la Justicia porque imprimieron cuadernos para donar a las escuelas de la zona.

El otro frente para la autogestiva Madygraf es el legislativo, para que sea aprobada la ley de expropiación impulsada por el diputado Christian Castillo (FIT-PTS), que ya tiene media sanción en Diputados de la provincia de Buenos Aires pero está frenada hace meses en Senadores. Con el objetivo de activar su tratamiento en el recinto, y por los despidos en World Color, esta semana iniciaron un plan de lucha que incluye cortes en la Autopista Panamericana.

Aunque sus sueldos aumentaron en estos meses aún no llegan al nivel que cobraban con los ex dueños porque tienen diversas dificultades para sostener la producción, entre ellas una retención del 15 por ciento sobre todos los trabajos que imprimen que les aplica el juzgado de la quiebra, a cargo de Gerardo Santicchia. Ellos vienen exigiéndole al magistrado, por ahora sin éxito, que deje sin efecto tal medida.

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