El radical Julio Cobos nunca había ganado un cargo electivo, pero para todo siempre hay una primera vez: el último domingo fue elegido como futuro gobernador de Mendoza. “Sobre la base del diálogo y de fijar objetivos en común, Kirchner va a encontrar en nosotros el apoyo necesario que pueda requerir”, señaló ayer a Página/12, a propósito de la relación que piensa establecer con el Gobierno nacional que en esa provincia jugó a favor del candidato peronista Guillermo Amstutz. Posicionado al interior de la UCR a partir de su triunfo, Cobos sostuvo que el resurgimiento de ese partido llegará desde el interior del país y criticó a la dirigencia del radicalismo bonaerense. “Cuando se piensa nada más que en los intereses particulares –sostuvo–, se paga en las elecciones.”
–¿Qué conclusiones saca de su triunfo en la elección del último domingo?
–No hay una sola razón de nuestro triunfo sino varias. Una es la gestión que ha realizado la UCR; Mendoza es la única provincia de las endeudadas que no entró en default, asumió sus compromisos y equilibró su déficit fiscal. La otra razón es quizás que soy una figura nueva que no vengo de la política tradicional. Este es mi primer cargo electivo y puede ser que la sociedad haya visto bien una cara nueva y distinta. Además, influyó la campaña que hicimos; recorrimos 18.500 kilómetros y no dejamos un solo distrito sin conocer.
–¿Cuánto peso tiene en su triunfo el apoyo que le brindó el actual gobernador Roberto Iglesias?
–Obviamente que a Iglesias lo íbamos a aprovechar y no a ocultar porque es el político con mejor imagen de la provincia. De todos modos, Iglesias apareció en escena en los últimos días para no opacar mi figura y porque yo debía ganarme el territorio por mis propios medios, y fue lo que hicimos; trabajé solo y sobre el final vino el empujón que por ahí necesitábamos. Además, yo planteé algunos acuerdos con partidos chicos, como el caso de Recrear y el Partido Federal.
–A propósito de la alianza con Recrear, como radical, ¿se siente más cerca de Ricardo López Murphy o de Leopoldo Moreau?
–López Murphy fue apoyado mucho en Mendoza. Si bien no comulgábamos en todo lo que representaba, consideramos que en la elección presidencial López Murphy era lo mejor. En realidad, nuestra postura está más en consonancia ahora con las acciones que ha encaminado el presidente Kirchner, aunque tenemos que esperar los resultados para ver si se derrama en la sociedad el bienestar que estamos esperando.
–¿Hasta qué punto lo puede condicionar el empujón final que admite que le dio Iglesias?
–Ninguno; él va a asumir el rol de diputado para apoyar a Mendoza y yo desde el primer día que asuma tendré el rol de gobernador. Iglesias seguramente se va a encargar de liderar la reconstrucción del radicalismo a nivel nacional y yo lideraré acá el radicalismo a nivel provincial.
–¿Qué tipo de relación piensa plantear con el gobierno de Kirchner?
–El actual gobernador tiene muy buena relación con Kirchner; yo no lo conozco, pero sobre la base del diálogo y de fijar objetivos en común Kirchner va a encontrar en nosotros el apoyo necesario que pueda requerir. Nosotros le vamos a reclamar también las cosas que Mendoza está esperando, que tienen que ver con el presupuesto y la coparticipación, además de muchos planes que tenemos en conjunto en las áreas de salud y educación.
–Usted dice que está de acuerdo con las acciones que Kirchner ha encarado, pero en las presidenciales votó a López Murphy...
–Kirchner está haciendo lo que nosotros soñamos cuando la Alianza llegó al gobierno y que, de última, después nos decepcionó. Kirchner nos sorprendió, aunque obviamente cuando se planteó después la alternativa entre (Carlos) Menem y Kirchner fui de los primeros que salió a decir que íbamos a apoyarlo en contra del modelo que representaba Menem.
–El gobernador de Catamarca, Oscar Castillo, afirmó que la UCR va a desaparecer si sigue así, e Iglesias dijo que las cosas en el partido van de mal en peor. ¿Coincide con esas opiniones?
–El país necesita que nuestro partido recupere el rol opositor; contar con un gobierno hegemónico no es bueno. Deseamos como país que el que gane, gobierne, y que exista la oposición. El rol opositor debe existir porque ayuda a gobernar, a controlar, a corregir.
–¿Por qué el radicalismo gana en el interior y no levanta cabeza en el plano nacional?
–Los resultados están a la vista y hablan de lo que ha sido el radicalismo de Buenos Aires; cómo les ha ido a ellos y cómo a nosotros. Acá el radicalismo ha abierto sus puertas, ha respondido a la alternancia, se ha renovado y se ha puesto a resolver los problemas de la gente como herramienta política. Cuando se piensa nada más que en los intereses particulares, sin hacer autocríticas, y se insiste con las mismas figuras y los mismos métodos, se paga en las elecciones.
–¿El radicalismo se recompone desde el interior?
–Creo que sí.