EL PAíS › ASEGURO QUE EL FISCAL NUNCA HABLO DE AMPLIAR SU DENUNCIA
El juez federal Ariel Lijo declaró ante la fiscal Viviana Fein que cuando el fiscal Alberto Nisman presentó ante su juzgado la denuncia por encubrimiento de los iraníes sospechosos en la causa AMIA contra la Presidenta y otras personas no le planteó que fuera a ampliar esa presentación ni a entregar pruebas adicionales con posterioridad.
Lijo había sido citado como testigo en la causa en la que se investiga la muerte porque tenía registradas por lo menos tres llamadas con Nisman entre el miércoles 14 de enero, día que presentó la denuncia, y el viernes 16. También declaró su hermano, Alfredo “Freddy” Lijo, porque los teléfonos Nextel que ambos utilizaban estaban a nombre de su esposa, María Carla Lago, pero negó haber tenido contacto telefónico con el ex titular de la UFI-AMIA. Como ya es conocido, la denuncia de Nisman fue de- sestimada por el juez Daniel Rafecas, por la Cámara Federal y por la de Casación Penal.
El juez Lijo relató ante la fiscalía que la primera llamada de Nisman fue el 14 por la mañana, temprano. Le dijo que iba a presentar la denuncia, que involucraba a la Presidenta y que era grave. Le planteó que le parecía conexa con la causa que su juzgado ya tramitaba por el encubrimiento de la investigación del ataque terrorista durante el menemismo. Lijo contó que, al instante, su secretario le avisó que la denuncia ya había llegado. A las dos horas, dijo que Nisman lo volvió a llamar para preguntarle qué le parecía la cuestión de la conexidad y él le contestó que estaba de vacaciones y todavía no había visto nada. Por eso se puso en contacto con la jueza que lo reemplazaba, María Servini de Cubría, y evaluaron cómo seguir. El viernes, Lijo contó que volvió a hablar con el fiscal y le adelantó que no habilitarían la feria judicial para tratar su denuncia porque no veían cuestiones urgentes y que sólo él podría evaluar la relación entre los expedientes.
En el medio del revuelo por la presentación, trascendía que Nisman tenía más pruebas y que iba presentar escuchas telefónicas. Algunos diálogos fueron utilizados por el fiscal, pero según todos los jueces que las analizaron, no tenían prueba alguna. A Lijo le importaba si eran legales: Nisman le dijo que habían sido obtenidas en un legajo de la causa AMIA. El juez al final declaró que la causa no era conexa y la mandó a sorteo. Le tocó a Rafecas. Cuando la fiscal lo consultó, el juez Lijo sostuvo que Nisman solía entregar sus denuncias con la conclusión de sus investigaciones. Su hermano dijo que sólo lo conocía a través de amigos en común pero no habían hablado por teléfono. Otro teléfono de la misma flota, a nombre de Lago, lo usaba el fiscal Eduardo Taiano.
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