En una impasse de la extensa protesta de productores frutícolas, Río Negro elegirá mañana su próximo gobernador. El actual mandatario Alberto Weretilneck buscará continuar un nuevo período al frente del Ejecutivo provincial, enfrentando al senador del Frente para la Victoria Miguel Pichetto, su principal competidor. La Coalición Cívica intentará terciar en las disputa con la postulación de la senadora Magdalena Odarda, mientras la UCR, que no logró traducir su acuerdo con el PRO en la provincia, lleva al ex gobernador Horacio Massaccesi. Con Weretilneck y Pichetto disputando un final cerrado, los últimos días de la campaña se centraron en el conflicto con los productores, que mantenían cortadas rutas y puntos de acceso a la provincia. “La presidenta Cristina Fernández está comprometida, hay que recuperar el diálogo, la ruta es peligrosa, se aumentan las tensiones, no hay que transferirle al conjunto de la sociedad un problema sectorial”, aseguró ayer Pichetto mediante un comunicado en el que repasó los aportes del gobierno nacional para paliar la crisis frutícola. Por la noche, la asamblea de productores resolvió suspender las medidas de fuerza por 48 horas para facilitar los comicios.

El complejo escenario político rionegrino se remonta a 2011, cuando el peronismo logró desbancar a la UCR, en el poder desde el regreso de la democracia. Sin embargo, veinte días después de asumir, el gobernador Carlos Soria falleció por un disparo de su esposa, Susana Freydoz. Desde entonces, enero de 2012, la gestión quedó en manos de Weretilneck, su compañero de fórmula y dirigente del Frente Grande. La relación del mandatario tanto con el Frente Grande nacional como con el gobierno de Cristina Fernández y el peronismo local, ya liderado por Pichetto, se fue enfriando hasta romperse definitivamente.

En 2014, la frase “Sergio Massa es la persona que necesita Argentina y Río Negro”, implicó la ruptura del delicado equilibrio que contenía en la administración provincial a parte del peronismo. También significó la intervención del Frente Grande en el distrito. En ese contexto, Weretilneck creó a principios de este año Juntos Somos Río Negro, un frente apuntado a la política provincial. El acuerdo con Massa finalmente nunca se concretó y luego de su caída en desgracia Weretilneck afirmó que no tendría ningún alineamiento nacional. “El 14 de junio estaremos festejando un triunfo exclusivamente de los rionegrinos, sin ningún dirigente nacional de ningún partido”, sentenció hace unas semanas. Ayer, en su última actividad de campaña, insistió con su estrategia de provincializar la elección: “Hay mucho por hacer, pero lo importante es ver cómo todas las áreas del gobierno avanzan en soluciones y los rionegrinos nos sentimos orgullosos de los logros que se alcanzan”, dijo.

Del otro lado, Pichetto lleva consigo el respaldo de la presidenta Cristina Fernández, quien viajó a General Roca y se refirió al jefe del bloque de senadores del FpV como el “futuro gobernador” de Río Negro. También Daniel Scioli y Florencio Randazzo, los dos precandidatos presidenciales del kirchnerismo, visitaron la provincia para acompañar al senador. “Nuestra propuesta está totalmente identificada con el proyecto nacional y popular que encabeza la Presidenta”, sostuvo Pichetto en el cierre de campaña. Tanto desde el PJ como desde el gobierno provincial reconocen que Cristina Fernández mantiene altos niveles de imagen positiva.

Weretilneck, lleva como compañero de fórmula a Pedro Pesatti, actual presidente de la Legislatura provincial y vicegobernador. En cambio, Pichetto es acompañado por la legisladora de origen radical Ana Piccinini, ex defensora del Pueblo. Odarda, que fue la sorpresa al ganar la banca de senadora nacional por la minoría en 2013, se presenta junto a Bautista Mendioroz, varias veces vicegobernador provincial. La dirigente de la CC era cercana a Elisa Carrió, pero en el último tiempo tomó distancia de la chaqueña. Massaccesi, comparte el binomio con la joven abogada Natalia Hermida. El PRO finalmente decidió bajar a su candidato, Mario De Rege, ante el temor de un mal resultado que impacte negativamente en la campaña presidencial de Mauricio Macri.