EL PAíS › REACOMODAMIENTOS EN EL OFICIALISMO
Enfocados en las presidenciales, se perfilan cuatro espacios en el FpV: el sciolismo, La Cámpora, los gremios y los gobernadores.
› Por Nicolás Lantos
El peronismo ya entró en una transición inédita en su historia y todos los sectores y actores que lo integran se preparan para una nueva etapa, confiados en que las urnas acompañarán nuevamente al Frente para la Victoria en octubre. El acto del viernes, organizado desde el Instituto Gestar con la presencia de todos los gobernadores junto a la fórmula integrada por Daniel Scioli y Carlos Zannini, mostró a uno de los grupos en pugna de cara al reparto de poder. La Cámpora, a la cabeza de una entente de organizaciones kirchneristas, y los sindicatos, también se preparan para el día después del cambio de mando; simultáneamente, el sciolismo histórico también comienza a tejer sus propias redes con su propia impronta.
Sin embargo, a diferencia de otras veces, se avizora un escenario pacífico. “Acá hay un solo proyecto, compartido con matices por todo el movimiento peronista. Lo que se disputa en todo caso son espacios de poder, algo natural y que habla bien de la salud de este espacio político”, explicaba el viernes en Parque Norte un pejotista de fuste, que pasó por las transiciones de Carlos Menem a Eduardo Duhalde y de Duhalde a Néstor Kirchner. “Esta vez es muy diferente”, es su diagnóstico. Otro factor que atempera, al menos hasta ahora, el juego interno, es que tanto Scioli como la presidenta Cristina Fernández de Kirchner sólo mandan señales de armonía. La prioridad, para ambos, es asegurar un triunfo electoral.
“No hay que alarmarse, estamos todos haciendo política”, coinciden en La Cámpora, que en los últimos meses comenzó a incorporar dirigentes kirchneristas de otras trayectorias y apuntan a consolidar bloques legislativos sólidos en ambas cámaras. “El próximo gobierno va a continuar por el sendero de estos doce años bajo la conducción política de Cristina Fernández de Kirchner, eso es algo que Scioli mismo ha dejado en claro en cada mensaje que da. Todos los sectores van a acompañar esto, con sus matices pero con un rumbo común –definen–. Y si cualquier presidente toma medidas que vayan en contra de esto, será el pueblo y no un grupo político el que le pondrá freno.”
En el acto del viernes hubo elogios a la conducción política de CFK y una identificación total con el gobierno nacional. La idea de empoderar a Scioli al frente del aparato territorial peronista parece más una maniobra política de pinzas que los preparativos para un asalto al poder que, todavía, ejerce la Presidenta, al punto de que varios de los gobernadores que acudieron a Parque Norte lo hicieron con su visto bueno. A cambio de las llaves del PJ esperan que en una eventual presidencia el ex motonauta reconozca ese apoyo con lugares en el gabinete y en el armado político.
“Somos la estructura política territorial más grande de la Argentina, gobernamos más de la mitad de las provincias, tenemos dirigentes con experiencia, preparados y comprometidos con el proyecto. Y además Daniel es uno de nosotros, el que está a cargo del distrito más importante. Pensamos y trabajamos parecido, por eso creemos que sería un error de Daniel no aprovechar lo que podemos aportar”, explicaba uno de los operadores del espacio que encabezan los gobernadores Juan Manuel Urtubey y José Luis Gioja, a quienes preocupa que Scioli termine volcándose demasiado en el círculo de colaboradores que lo acompaña desde hace quince años y no “reparta poder” con sus pares.
Desde el entorno del gobernador bonaerense descartan esos temores y recuerdan que Scioli siempre habló de un gobierno federal que incorpore a todos los espacios que forman parte tanto del peronismo como de los aliados que también pertenecen al Frente para la Victoria. “Faltan dos semanas para las PASO y tres meses para las elecciones. No es momento de preocuparse por los cargos, sino por convencer a la gente de que la nuestra es la mejor propuesta para todos los argentinos –dice uno de sus colaboradores más cercanos, consultado por este diario–. Los que están pensando en repartir la torta ahora se comen la cena al mediodía.”
Por último, los sindicatos de las tres CGT siguen negociando para cerrar un pacto de unidad antes del 10 de diciembre y también quieren ocupar más espacios en un futuro gobierno peronista que los que ocupan en el actual. Esta semana hubo avances en el diálogo y el titular de la central oficial, Antonio Caló, volvió a estar el viernes en la primera fila de un acto de campaña y fue mencionado, una vez más, por Scioli, en su discurso. El principal escollo para el acuerdo sigue siendo Hugo Moyano, que esta semana dejó en claro que no apoyará a ningún candidato presidencial.
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