El suntuoso departamento del piso 23 de Avenida del Libertador 2423 donde vivieron en sus tiempos de matrimonio la modelo Karina Jelinek y el financista preso Leonardo Fariña, se convirtió ahora también en un problema para Carlos Menem y su ex esposa Cecilia Bolocco, supuestos dueños originarios. El fiscal federal Jorge Di Lello imputó al ex presidente y la presentadora televisiva chilena por sospechas en la regularidad con que se hizo el traspaso de la propiedad a la pareja más joven porque figuraba a nombre de otros. Según la hipótesis central, Menem la habría ocultado en su patrimonio.

El punto de partida del expediente, en el que intervienen la jueza María Servini de Cubría, es una denuncia del diputado radical Manuel Garrido. Di Lello impulsó la pesquisa en la feria judicial, y los delitos que se analizan son los de enriquecimiento ilícito, lavado y encubrimiento.

El departamento de 400 metros cuadrados (sólo de living, como ejemplo, tiene 70 metros cuadrados y de baño 40), habría sido entregado por Menem a Bolocco como parte de la división de bienes cuando se divorciaron. Cuando fue vendido a Fariña y Jelinek, estaba a nombre de la sociedad Diego S.A. Esa firma, según la presentación de Garrido, tenía como presidente del directorio y accionista al ex titular de la Casa de la Moneda en los noventa Armando Gostanian, el mismo que cobijó a Menem en su quinta cuando tuvo prisión domiciliaria por la venta ilegal de armas.

El relato sobre la adquisición lo hizo Fariña en la causa en la que está procesado por presunto lavado de dinero y, de hecho, es una de las operaciones que se le imputan. Es el famoso caso donde se investiga también si el empresario Lázaro Báez sacó sumas millonarias del país y participó de operaciones de blanqueo. Fariña –quien en rigor está preso por evasión tributaria, en otro expediente– contó la historia de que lo tenía Bolocco porque se lo había dejado Menem, y sostuvo que el 70 por ciento de la propiedad la compró a Diego S.A. su papá, Jorge Manuel Fariña. Si el ex presidente era el verdadero dueño original, el problema que tiene es que como no declaró nunca este bien en su listado patrimonial, por esa omisión se le puede imputar posible enriquecimiento ilícito.

Garrido planteó en su denuncia que “el hecho de que el inmueble haya sido entregado a la señora Bolocco como parte del acuerdo de disolución conyugal demuestra que Menem lo habría tenido en el marco de su dominio y disponibilidad, más allá de los ardides que haya desplegado para mantenerlo oculto”. Pero también dijo que “a su vez, esta conducta podría configurar un intento más de Menem de poner en circulación en el mercado bienes provenientes de un ilícito, cometiendo, así, el delito de lavado de activos”. Y agregó: “Como, además, este departamento no figura en ninguna de las declaraciones juradas de Menem también habría cometido el delito de omisión maliciosa en su declaración jurada patrimonial”.

Además de Menem y Bolocco, quedaron bajo la lupa el padre de Fariña, Gostanian y otras personas que habrían intervenido (Horacio Torre, Carlos Alduncin y Víctor Gorini). Di Lello pidió un listado de medidas de prueba –que analizará la jueza Servini– para comenzar la investigación, entre ellas el “folio completo” del inmueble al Registro de la Propiedad.

El inmenso departamento, que Jelinek alguna vez exhibió en todos sus rincones ante la revista Caras, ahora está embargado como parte de investigación que compromete a Fariña, que instruye el juez federal Sebastián Casanello. Aquel famoso caso comenzó cuando tanto Fariña como el financista Federico Elaskar dijeron por televisión que habían ayudado a Báez (quien fue indagado) a sacar del país 55 millones de euros para girarlos a paraísos fiscales.