EL PAíS
Se empezó a hacer la luz para algunos caceroleros
Por primera vez, una empresa privatizada, Edesur, reconoce la representatividad de las asambleas barriales del oeste porteño para discutir los cortes de luz. Mañana al mediodía habrá otro escrache.
› Por Laura Vales
Las asambleas barriales del oeste empezaron a negociar con Edesur una suspensión en los cortes de luz por 180 días. Después de tres escraches frente a la empresa y una campaña de recolección de firmas entre los vecinos, Edesur aceptó abrir una instancia de diálogo con nueve asambleas que vienen coordinando un frente común por el tema, desde Flores a Liniers. Esta es la primera vez que una privatizada legitima a los autoconvocados como interlocutores válidos. La negociación continuará mañana al mediodía. La empresa confirmó a este diario que enviará a un representante con una respuesta oficial, aunque prefirió no anticipar su postura en el conflicto.
El tema entre Edesur y los autoconvocados de la zona oeste empezó hace más de un mes, con un escrache frente a las oficinas comerciales de Juan Bautista Alberdi y Lacarra. Los escraches de los caceroleros tienen la característica de tomar un poco de cada protesta; así, mientras el grueso de los manifestante va con cacerolas, otros se ocupan de cortar la avenida, los más organizados empapelan con afiches caseros los frentes de los edificios y casi siempre alguien aparece con un aerosol y pinta consignas. Todo a la vez. En las paredes de Edesur las más repetidas fueron “Chorros” y “Ningún vecino sin luz”.
Tres semanas después del primer escrache el edificio estaba tapiado. Todos los miércoles un operativo de seguridad espera con una hora de antelación el inicio del escrache, que la semana pasada reunió alrededor de doscientas personas con un petitorio de dos puntos centrales: la suspensión de los cortes y la implementación de una tarifa social. La empresa aceptó dialogar con una delegación.
En la puerta, un policía que se presentó como responsable de seguridad pidió documentos a todos, pero un asambleísta con título de abogado se opuso a la pretensión. La policía no insistió. Abel (56 años, taxista) estuvo en la mesa en representación de Liniers.
“Como cuestión urgente planteamos el problema de los que recibieron notificaciones de corte de servicios, que hasta el viernes pasado eran más de doscientos”, dijo ayer a Página/12. El representante de la empresa se comprometió a que no habría cortes por una semana y los delegados dejaron un pedido para que ese período se extienda a 180 días, acompañado de 1016 firmas. Después de una consulta telefónica a la casa central, el representante de Edesur aceptó el petitorio y lo selló para dejar certificado que había sido recibido.
En el tiempo que pasó desde el primer escrache a las negociaciones de esta semana, los autoconvocados se conectaron entre barrios y crearon una interzonal que todas las semanas, cada vez en una plaza distinta, se reúne para coordinar acciones. La interzonal funciona como una instancia entre ubicada entre las asambleas barriales y la de Parque Centenario, que articula a todas las asambleas de la Capital. A la interzonal del oeste se sumaron once grupos.
Los participantes de la iniciativa contra los cortes de luz son nueve: las asambleas Plaza Vélez Sársfield, Flores, Plaza de los Periodistas, Parque Avellaneda, Mataderos, Villa Luro, Liniers, Siete Esquinas (Alberdi y Escalada) y Plaza 20 de diciembre, cuyo nombre oficial de Pedro Eugenio Aramburu fue rebautizado por los vecinos.
“Los escraches por el tema de la electricidad surgieron como una actividad concreta a encarar, frente a una situación en la que veníamos debatiendo cuestiones tal vez demasiado abstractas, que a algunos nos parecían consignas vacías”, sostuvo Diego, de la asamblea de Liniers.
En general, en todas las asambleas hay abierto un debate sobre si se debe centrar el esfuerzo en las grandes reivindicaciones o en los pequeños emprendimientos. La discusión se plantea en los términos de si encarar una reivindicación local es desviarse de los objetivos últimos (como el “Que se vayan todos”) o si centrarse en los temas de fondo lo que implica es “pura palabrería”. “Lo de Edesur, en cambio, comenzó a surgir con fuerza propia”, consideró Diego. “Cada vez que nos reuníamos alguien decía ‘me están por cortar la luz’. Decidir los escraches no fue difícil, aunque acordar en qué términos hablar con la empresa llevó más tiempo.”
La reunión de mañana, para la que las asambleas esperan una respuesta a su pedido de suspensión de los cortes, ocurrirá en un momento clave ya que esta semana empezaron las negociaciones entre las privatizadas y el gobierno por la cuestión tarifaria. Las nueve asambleas harán a partir de las 12 del mediodía un nuevo escrache frente a la sucursal de Lacarra y Alberdi, como una forma de presión frente a las negociaciones que se realizarán adentro entre los delegados y la firma.
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