Desde Milán

En una Europa que está viviendo una crisis migratoria como no se había visto desde la Segunda Guerra Mundial, el Pabellón Argentino de la Expo2015 de Milán organizó ayer un debate sobre las migraciones, su influencia y aportes, teniendo en cuenta la experiencia argentina. El encuentro despertó más interés de lo esperado y se extendió más de lo previsto, dejando a decenas de personas afuera porque no había más lugar en la sala. “La decisión de hacer este debate tiene por lo menos seis meses –explicó a Página/12 el cónsul argentino en Milán, Luciano Tanto Clement, uno de los panelistas y organizador del encuentro–. Pero por la repercusión que el tema tiene ahora, a partir de la conmovedora foto del niño sirio muerto en la playa, la cuestión se transformó en una ocasión inmejorable para que la Argentina presentara su experiencia positiva en materia de recepción de migrantes.”

“Queríamos transmitir desde la Argentina –y de Sudamérica porque también había representantes ecuatorianos en la charla– que la cuestión migrantes es algo positivo, es una buena noticia –agregó–. El tema del Pabellón argentino es ‘La Argentina te alimenta’, y a partir de los debates que hemos llevado adelante –la política de memoria y los fondos buitre–, ‘Argentina alimenta el debate’. Lo que decimos ahora es que los migrantes ‘alimentan al mundo’ y el mundo se enriquece porque son personas con vocación de trabajo y donde van traen mejoras y progreso.”

El cónsul contó que muchas veces se encuentra con italianos que le recuerdan que han tenido algún familiar en la Argentina y le agradecen lo que el país hizo por ellos cuando aquí no había trabajo. “Yo les digo que es la Argentina la que tiene que agradecer a Italia porque nos mandaron millones de sus mejores hijos con ganas de trabajar y sin los cuales no hubiéramos podido construir un país. Los migrantes que llegaron, no sólo italianos, han sido un factor de desarrollo económico y los que han construido la capacidad de integración que existe en la sociedad argentina, un valor que considero muy importante”, concluyó.

Del debate participaron, entre otros, el delegado para Bahía Blanca de la Dirección Nacional de Migraciones, Alejandro Meringer; la consejera del Ministerio de Relaciones Exteriores, Ana Saino; y Marco Formisano, de la Agencia de Refugiados de Naciones Unidas, Unhcr. “América latina y, en particular Argentina, tienen los estándares de protección de personas refugiadas más elevados a nivel mundial. Muchos argentinos fueron refugiados durante la dictadura militar y hoy el país es referente mundial respecto de quienes buscan esa protección a nivel global”, indicó Formisano en el debate.

“La ley argentina 25.871 –explicó Meringer a Página/12–, aprobada durante la presidencia de Kirchner, fue elogiada a nivel internacional por fomentar la política de inmigración. La Argentina rechaza el concepto de inmigración ilegal y en cambio reconoce el derecho a migrar como un derecho humano. El enfoque argentino es aceptar la realidad de la migración, facilitando su radicación y evitando su criminalización”.

“Parece que la humanidad no ha aprendido, no ha encontrado los caminos adecuados. Argentina también tuvo momentos duros con la inmigración, como fue a principios del 1900 y en la década del 1980. Desde 1980 y hasta 2004, hubo una ley que expulsaba a los migrantes. Lo que está haciendo Europa se parece a lo que sucedía en la Argentina en los ’80. Europa está tratando el problema como una cuestión de Estado, no como un derecho de cada uno de los migrantes”, subrayó.

El funcionario destacó en su presentación dos aspectos realmente importantes dado el momento de incertidumbre que se vive en Europa por las amenazas del extremismo islámico. Según Migraciones hay que “consolidar la idea de que la gobernabilidad de las migraciones genera desafíos por la integración de las personas, no desafíos en materia de seguridad nacional”. También destacó que es importante “entender que las políticas restrictivas generan el efecto opuesto, es decir aumentan el número de inmigrantes irregulares, lo que da lugar a su vez al crecimiento de las organizaciones criminales dedicadas al tráfico de migrantes y trata de personas”.

Según datos oficiales, entre 2004 y 2014, el 40 por ciento de los migrantes que empezaron trámites de radicación en Argentina eran paraguayos, el 26 bolivianos y el 14 peruanos. Pero los italianos, que en 2004 eran apenas 202, en 2014 pasaron a 1628 y los españoles, que eran 312 en 2004, en 2014 llegaron a 2755. Estos dos últimos casos fueron el producto de la crisis económica europea. Entre 2004 y 2014, en total más de 2,2 millones de migrantes iniciaron trámites de radicación en Argentina.