La fiscal Viviana Fein reclamó ante la Embajada de Estados Unidos colaboración y celeridad para poder acceder a los e-mails de Alberto Nisman en su cuenta de Yahoo de las semanas previas a su muerte, así como a la información sobre las páginas web que visitó y las búsquedas que realizó a través de Google en sus últimas horas de vida. Los datos fueron solicitados hace ya tres meses a las empresas con sede en ese país, pero no hubo respuesta. Fein y su secretario Bernardo Chirichella fueron recibidos ayer por un asesor jurídico del FBI y se llevaron el compromiso de que alguna contestación obtendrán aunque –les aclararon– podría suceder en un lapso de tres meses a un año.

Los pedidos de información están dirigidos a varias empresas con asiento en Estados Unidos y apuntan a lo siguiente:

- A Yahoo le piden los correos del 1º al 19 de enero. Deberían ser enviados con todo su contenido, lo que no quiere decir que los investigadores puedan acceder a él. Cuando comenzó el análisis tecnológico, Sandra Arroyo Salgado pidió que los e-mails sean equiparados a la correspondencia, de modo que no se puedan abrir, y la jueza Fabiana Palmaghini le hizo lugar. Pero esto podría cambiar, si aparecieran datos sospechosos. A lo que sí podrá acceder Fein es a los movimientos de la cuenta de Yahoo y con qué otras cuentas tenía contacto.

- Con Google la fiscalía quiere cotejar las últimas búsquedas de Nisman y las últimas páginas que leyó, y cuándo lo hizo. Es clave porque, según el peritaje, el 18 de enero a la mañana leyó cuatro diarios (Perfil, La Nación, Clarín y se detuvo más en Página/12), miró Instagram y buscó la palabra “psicodelia”, lo que daría por tierra al teoría de Arroyo Salgado de que murió antes.

- También le pidieron a Whats App datos sobre sus últimas conexiones y con Instagram apuntan a corroborar la dirección IP desde la que accedió ese domingo.

- A Microsoft se le pidió opinión sobre un extraño evento registrado en la computadora de Nisman el 18 de enero a las 20.07, cuando aparecen varios ingresos de pendrives o dispositivos externos a la vez. Todo apunta a que fue un error operativo.

Fein y Chirichella estuvieron cerca de hora y media en la embajada y quedaron a la expectativa de un resultado que podría hacerse esperar. Habrá que ver, además, qué papel quiere asumir en esto la embajada, teniendo en cuenta el trato fluido que tuvo con Nisman, quien reportaba y recibía instrucciones en esa sede, como muestran los cables diplomáticos filtrados por Wikileaks, revelados por Santiago O’Donnell en el libro Argenleaks. En una ocasión, por ejemplo, Nisman olvidó avisar a la embajada que pediría la detención de Carlos Menem, por lo que lo levantaron en peso. “Pide perdón y promete que no lo va a volver a hacer”, repetían luego tres cables norteamericanos.