El portazo de la diputada provincial Mónica López sigue resonando en las filas del Frente Renovador. Tras anunciar su regreso al FpV y su apoyo a la candidatura presidencial de Daniel Scioli, López se bajó finalmente ayer de su candidatura al Parlasur por UNA en medio de fuertes críticas a sus ex compañeros del massismo. Los acusó de “misóginos”, aseguró que nunca se sintió “querida, valorada, apreciada ni contenida” y cuestionó el armado bonaerense del FR: “Si venía Piñón Fijo, también lo hacían candidato; fue lapidario lo que hemos pasado”, dijo. Massa, por su parte, acusó al kirchnerismo de querer quebrarle la moral “con látigo y chequera”. El gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, y el diputado nacional Facundo Moyano criticaron en duros términos el cambio de bando de López a 23 días de las elecciones y respaldaron al candidato presidencial de UNA, mientras que el economista Roberto Lavagna buscó culpas en “la debilidad de los partidos políticos” de la sangría que hace meses sufre su espacio político.

“No me doblan moviendo dirigentes porque los cambios los construye la gente. Se termina una etapa, y con el fin de esa etapa se terminan los métodos que un día con un agente de Inteligencia, y otro día con algún dirigente, creen que te pueden doblar la moral”, expresó Massa ayer a través de un comunicado en el que acusó recibo del golpe. El líder del FR advirtió que no cambiará su “sueño de país” por más “obstáculos” que le “quiera poner el Gobierno”. “Cuanto más látigo y chequera use el Gobierno, más voy a pelear por la Argentina que viene”, dijo.

De la Sota cruzó fuerte a López y aseguró que la actitud de la ex massista “es todo lo contrario a lo que hacen las personas que tienen convicciones”. “Yo, por ejemplo, formé un frente con Sergio Massa, él ganó las elecciones internas y me dijo que pusiera en marcha equipos técnicos y lo hice, sin expectativas de tener ningún cargo. Eso es lo que necesita la política”, afirmó el gobernador cordobés, en un claro gesto de apoyo a su vencedor en la interna de UNA.

Quien también mostró ayer su lealtad a pesar de la sangría fue el diputado nacional Facundo Moyano, quien afirmó que seguirá trabajando “para que Massa entre al ballottage”. “Mi límite es Macri, ya lo dije, pero también Scioli”, aclaró.

El esposo de López, Alberto Roberti, que preside el bloque de diputados del FR, despejó dudas sobre su permanencia en el massismo aunque deslizó que en el reparto de cargos de la lista bonaerense, dentro de la cual López aspiraba a ser la candidata a gobernadora, hubo “destratos”. El sindicalista petrolero evitó opinar sobre las razones del apoyo de su mujer a Scioli, y afirmó que su partida es “una más de la saga” de dirigentes que abandonan al tigrense.

“Por algo tantos terminaron yéndose: no estaban contenidos”, se justificó ayer López en declaraciones radiales, en las que reiteró que no busca cargos y volvió a elogiar a Scioli. “Encontré en Scioli un tipo que me dice vamos a conversar, un dirigente que mas allá de las críticas que yo le he propinado, se sentó conmigo y conversó”, dijo López sobre sus primeras impresiones cerca del gobernador bonaerense.

A pesar del este escenario, desde el massismo insistieron ayer con el supuesto crecimiento del tigrense en las encuestas. “Massa está creciendo, tenemos la sensación y algunas encuestas que marcan que entra en el ballottage y le gana a Scioli en segunda vuelta”, dijo Fernando Galmarini, antes de opinar que López debería bajarse la lista de UNA, lo que sucedió después.