Desde Paraná, Entre Ríos

Hay tres candidatos y las preferencias los muestran peleando cabeza a cabeza por la gobernación. Uno corre con la bendición presidencial y con la estructura del PJ, el actual senador Jorge Busti. El otro es Emilio Martínez Garbino, un justicialista que decidió abrirse del partido y junto al ARI y el socialismo socava las posibilidades del legislador nacional. El tercero es el actual intendente de la capital provincial, el radical Sergio Varisco, que logró diferenciarse de la desastrosa gestión de Sergio Montiel y gracias a la aparición de Garbino vio crecer sus chances. La escasa diferencia entre los aspirantes tensó la campaña que terminó con una serie de hechos violentos que hacen presagiar un comicio donde no se descartan irregularidades y enfrentamientos.
- Volver. Decidido a lograr otro mandato como gobernador desde el retorno de la democracia, Busti centró su campaña alrededor de dos ejes. Por un lado, considerar a Varisco como continuidad de Montiel y hasta del ex presidente Fernando de la Rúa. Por otra parte, mostrarse como el hombre del presidente Néstor Kirchner en la provincia; para ello desembarcaron funcionarios de la administración central como nunca había sucedido. Así, Busti pretendió reducir su imagen negativa, fruto de la decena de denuncias penales que tiene en la Justicia local por su última gestión.
- La esperanza radical. Varisco hizo eje en el voto útil y en tomar distancia de Montiel. Para ello se valió de la derrota que le infringió al gobernador en la última interna partidaria. De todas formas, el candidato radical tampoco se ensañó con Montiel porque, mal que le pese, necesita de la estructura del gobierno. Además, hay gente del gobernador en su lista.
- ¿Fiel de la balanza? El tercero en cuestión es Martínez Garbino, un justicialista que pasó por el Frepaso y ahora conformó un frente con el ARI y el socialismo. Fue el último en sumarse a la campaña fruto de que no prosperara la integración a esta alianza de Varisco, quien terminó optando por jugar con la estructura partidaria. Si bien cuenta con una buena imagen, haber realizado una tardía campaña lo deja en un tercer lugar que, de todas formas, complica a Busti ya que puede llegar a captar votos del PJ. Garbino asegura que en el interior está al frente de las preferencias y, si los otros candidatos no logran una gran ventaja en los distritos de mayor peso, Concordia y Paraná, puede ser la sorpresa del domingo.
- La violencia. Los entrerrianos no recuerdan una campaña tan violenta como ésta. La mayor parte de los hechos ocurrió en Concordia, ciudad natal de Busti. A la agresión con piedrazos que sufriera el auto donde viajaba Varisco se sumó el sospechoso tiroteo al coche del candidato del PJ. Luego fue el turno de la golpiza propinada por la custodia de Busti a un vecino de esa ciudad que se atrevió a cuestionar a viva voz al candidato del PJ. El último hecho sucedió en Paraná. Durante la madrugada del jueves un galpón del gobierno se incendió con 50.000 kilos de leche en polvo y suministros que llegaron de Alemania la semana pasada, que iban a ser utilizados en el Programa de Salud Reproductiva de la provincia. Nada pudo salvarse. El ministro de Gobierno, Fermín Garay, consideró que “no se trataba de un hecho casual” sino que “se inscribe dentro de toda esta ola de violencia que tiene como motor un solo eje: el político”. Ayer, la pericia de bomberos demostró que se trató de un atentado.