› Por Miguel Jorquera
La elección de hoy definirá la futura composición del Congreso a partir del diez de diciembre, haya o no ballottage y, en caso de repetirse sin demasiadas oscilaciones los resultados de las primarias de agosto, ninguno de los candidatos presidenciales tendrá mayoría ni quórum propio en la Cámara de Diputados si llega a la Casa Rosada. El Frente para la Victoria (FpV), que lleva como candidato a Daniel Scioli, es el bloque que más bancas arriesga y no lograría retener todas, aunque igual conservaría su condición de primera minoría en la Cámara baja. Cambiemos, que tiene como candidato a Mauricio Macri, es la alianza que más crecería en el cuerpo legislativo de acuerdo al resultado de las primarias, pero aún sumados todos los bloques que lo integran (PRO, UCR y CC) quedaría por debajo y lejos del FpV, como segunda minoría. Unidos por una Nueva Alternativa (UNA) de Sergio Massa, con aliados incluidos, reuniría apenas un tercio de las bancas que alcanzaría Cambiemos. Margarita Stolbizer (Progresistas), Adolfo Rodríguez Saá (Compromiso Federal) y Nicolás Del Caño (Frente de Izquierda y los Trabajadores) pelean por mantener o ampliar su acotada representación legislativa.
El FpV pone en juego 77 de las 130 bancas que se renuevan en esta elección y que representan la mitad de la Cámara de Diputados. Todas ellas conseguidas en la elección de 2011, que consagró la reelección presidencial de Cristina Fernández de Kirchner con el 54 por ciento de los votos. De acuerdo a los resultados de las primarias de agosto, retendría 58 bancas de todas las que arriesga y ya no conservaría la ajustadísima mayoría que le permite lograr quórum propio que con el respaldo de los aliados más fieles en la actual composición de la Cámara baja.
De todas maneras, el FpV mantendría su condición de primera minoría en Diputados. Si Scioli llega a la presidencia y se repitieran los números de las PASO, contaría con una bancada de cien miembros más una docena de aliados, que aportarían el Frente Cívico Santiagueño, el Movimiento Popular Neuquino, el SI y el Psol, a los que podría sumar algunos de los múltiples monobloques entre los que figura el del también aliado canillita Omar Plaini. Pero para alcanzar el quórum y abrir una sesión o para aprobar algún proyecto que requiera de una mayoría especial como la mitad más uno de los miembros de la Cámara (en ambos casos 129 diputados), al menos debería sumar una veintena más de legisladores.
Más complicado sería aun el panorama para Macri, aún si logra forzar un ballottage y llegar a la Casa Rosada, ya que su futura fuerza parlamentaria se definirá en la elección de hoy. De repetirse los guarismos de las primarias, la bancada macrista del PRO pasaría a contar con sólo 37 miembros, por lo que deberá apelar a la colaboración de sus aliados en Cambiemos. La UCR contaría con 39 diputados propios, más 3 del Frente Cívico y Social catamarqueño y 2 del porteño Suma+. Mientras que la Coalición Cívica de Elisa Carrió mantiene sus cinco bancas, de la que no arriesga ninguna. Sumados, Macri podría contar con 86 diputados. Una cifra que lo aleja de cualquier logro legislativo con su propia fuerza. Por lo que cada iniciativa parlamentaria necesitará de un amplio apoyo del resto del abanico opositor.
Con una fuerza política y legislativa más incipiente, Massa estaría más alejado aún de contar con números propios que le permitan sostener independencia parlamentaria. De acuerdo a las PASO, la bancada del Frente Renovador pasaría a tener 24 integrantes, una cifra que se incrementaría, aunque no demasiado, si consigue los votos necesarios para alcanzar su objetivo de entrar en un hipotético ballottage. Y solo contaría como aliados a los 7 diputados del desalotista Unión por Córdoba, si logra repetir este domingo la elección de agosto.
Más alejados –siempre tomando el parámetro de las PASO– los demás candidatos presidenciales apuestan a sostener o aumentar su escasa representación en el Congreso nacional. Progresistas, de Stolbizer, pasaría a contar con un interbloque de 8 diputados: 3 del GEN, 4 del socialismo y 1 de Libres del Sur. El interbloque del Frente de Izquierda y los Trabajadores, que postula a Del Caño, sumaría uno más a los tres diputados que tiene actualmente. Mientras que Compromiso Federal de Rodríguez Saá tendría un bloque de 4 diputados puntanos.
La composición de la Cámara baja también tendría una serie de bloques como el dasnevismo chubutense con tres diputados y una decena de monobloques que sostienen su independencia de la elección presidencial.
Igual que en la elección presidencial, el enorme padrón de la provincia de Buenos Aires dirime gran parte del reparto parlamentario: elige 35 de las 130 bancas que se renuevan en todo el país y donde habrá un esfuerzo adicional de todas las fuerzas que compiten en la elección de hoy. Aquí también, el FpV es quien más bancas pone en juego: 20 propias y 3 aliados, de las retendría solo 15 si mantiene el mismo caudal electoral que en las PASO. Para Cambiemos, en tanto, todo es ganancia en territorio bonaerense, donde salió segundo y arriesga una sola banca (de la UCR) entre todas las fuerzas políticas que componen la alianza. La provincia es el principal bastión parlamentario del FR, pero debe renovar allí cuatro de sus bancas. Este es el lugar donde el FIT aspira a conseguir al menos un diputado más para su bloque y Progresistas a mantener las dos que arriesga.
Otros tres distritos concentrarán la atención del reparto legislativo por la cantidad de diputados que eligen: la Ciudad de Buenos Aires (12), Santa Fe (10) y Córdoba (9). Todos con antecedentes y pronósticos diferentes. La Ciudad, el bastión PRO, es donde Cambiemos hizo la mejor cosecha y sumaría un diputado más a los 4 que renueva; el FpV perdería uno de los 4 que arriesga y UNA aparece por primera vez como tercera fuerza porteña. En cambio, UNA se impuso en Córdoba aunque la lista responde al delasotismo y no a Massa. Cambiemos se ubicó segundo (con la UCR y el juecismo) y el FpV, tercero y lejos de sus expectativas. En Santa Fe, el FpV revirtió la historia reciente y salió primero superando a Cambiemos y UNA, que desplazó al socialismo (Progresistas) al cuarto lugar.
En orden decreciente, por lo que ponen en disputa, le siguen Mendoza y Tucumán (5); Santiago del Estero, Corrientes, Misiones, Entre Ríos y Salta (4). Salvo en Mendoza, donde se impuso Cambiemos, en el resto de estas provincias el FpV obtuvo el primer lugar –incluso en Corrientes donde no gobierna– y todas ellas con mas del 50 por ciento de los votos, menos en Salta que llegó al 44 pero con 20 puntos de diferencia sobre UNA.
El resto de las provincias reparten entre tres y dos diputados nacionales, que casi siempre están representados por las dos principales fuerzas políticas de cada distrito por cual no cambiaría la ecuación parlamentaria a nivel nacional. Formosa, Chaco, Tierra del Fuego, Chubut, Río Negro, San Juan, La Rioja y Jujuy eligen tres diputados nacionales cada una. En la mayoría de ellas el FpV ganó con comodidad. La excepción es Jujuy donde la alianza que encabeza la UCR y aglutina a toda la oposición ganó las Paso y si repite hoy revertiría la relación y se quedaría con 2 de los 3 diputados. Mientras que en Chubut, la disputa es palmo a palmo entre el FpV y el dasnevismo que no va atado a ninguna boleta presidencial.
Santa Cruz, Neuquén, San Luis, Catamarca y La Pampa, eligen solo dos diputados nacionales. Salvo en San Luis donde el oficialismo de los Rodríguez Saá se podría quedar con las dos bancas, las otras provincias dividiría bancas entre el FpV y la UCR encolumnada en Cambiemos, con la excepción de Neuquén donde el oficialista MPN desplazaría a la UCR.
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