Lun 26.10.2015

EL PAíS  › LA CANDIDATA DE CAMBIEMOS GANó LAS ELECCIONES BONAERENSES Y SERá LA PRóXIMA GOBERNADORA

Una provincia que se pintó de amarillo

La candidata de Cambiemos sacó casi el 40 por ciento de los votos y aventajó al oficialista Aníbal Fernández por unos cinco puntos. Tercero terminó Felipe Solá, con poco más del 19 por ciento. La alianza opositora ganó en siete de las ocho secciones electorales.

› Por Santiago Rodríguez

En la provincia de Buenos Aires no hay nada que esperar: María Eugenia Vidal ganó ayer las elecciones y el próximo 10 de diciembre sucederá en la gobernación a Daniel Scioli. Contra todos los pronósticos, la candidata de Cambiemos derrotó a Aníbal Fernández y puso fin a la hegemonía del peronismo en el principal distrito del país, donde la alianza liderada por Mauricio Macri se impuso en siete de las ocho secciones electorales y le arrebató al oficialismo varios municipios. El candidato massista Felipe Solá logró quebrar la polarización, pero eso no le alcanzó para terciar en la pelea y terminó en un lejano tercer puesto.

Al cierre de esta edición había sido escrutado el 93,81 por ciento de las mesas en la provincia de Buenos Aires. Vidal sacó ayer el 39,64 por ciento de los votos. La votaron casi 3.400.000 bonaerenses, unos 100.000 más que a Scioli y unos 400.000 más que a Macri.

La candidata de Cambiemos aventajó por algo más de cinco puntos a Fernández, quien como candidato del Frente para la Victoria consiguió el 35,03. A Solá lo votó el 19,20 por ciento de los bonaerenses. El resto del electorado se lo repartieron el FIT, que con Néstor Pitrola de candidato obtuvo el 3,75 por ciento, y Progresistas, que llevó al frente de su boleta a Jaime Linares y terminó en el último puesto con el 2,38 por ciento.

“Estamos peleando voto a voto en la provincia”, anunció Jorge Macri en el bunker del PRO poco después del cierre de los comicios. Un rato más tarde, aún sin datos oficiales y en base a una muestra de mesas testigo, en el Frente para la Victoria reconocían que la elección de Fernández no había sido buena, pero lo daban ganador por un margen de tres puntos.

En las primarias del pasado 9 de agosto, Vidal había sido la candidata más votada, con el 30,02 por ciento. El Frente para la Victoria había sumado entre Fernández y Julián Domínguez, quien perdió la interna oficialista a manos del jefe de Gabinete, el 40,22 por ciento. En dos meses y medio, la candidata de Cambiemos mejoró su desempeño en casi diez puntos. Fernández, en cambio, bajó cinco puntos. Ayer votaron en Buenos Aires casi 800.000 personas más que en las PASO. Vidal fue quien más capitalizó la mayor afluencia de votantes.

Scioli obtuvo 300.000 votos más que Fernández, pero su elección en territorio bonaerense tampoco fue buena. El candidato presidencial del Frente para la Victoria sacó el 36,98 por ciento, tres puntos menos que en las primarias. Macri terminó con 33,06 por ciento.

De la mano de Vidal, y con la ayuda del radicalismo que aún conserva su inserción territorial en el interior bonaerense, ganaron también muchos de candidatos locales de la alianza opositora. Cambiemos se impuso en la mayoría de los distritos de las zonas rurales, donde el campo ya le había dado la espalda al oficialismo en agosto. En Olavarría, por ejemplo, Ezequiel Galli destronó al recientemente retornado al redil oficialista José Eseverri, quien estaba al mando de esa ciudad desde la muerte de su padre que, a su vez, la gobernaba desde el retorno a la democracia. También se quedó con las tres grandes ciudades del interior: Bahía Blanca, Mar del Plata y La Plata.

En el conurbano Cambiemos cortó varios ciclos oficialistas. En Quilmes, el pago de Aníbal Fernández, el cocinero Martiniano Molina derrotó a Francisco “Barba” Gutiérrez, quien iba en busca de su tercer mandato. A Martín Sabbatella, candidato a vicegobernador del Frente para la Victoria, tampoco le fue bien en su territorio, Morón: su hermano Hernán perdió allí a manos de Ramiro Tagliaferro, marido de Vidal. En Tres de Febrero Diego Valenzuela terminó con la carrera de Hugo Curto, Al cierre de esta edición, Héctor Grindetti peleaba voto a voto la intendencia de Lanús con el oficialista Julián Alvarez. Como contrapartida, Leonardo Nardini, del FpV, le ganaba por escaso margen a Jesús Cariglino en Malvinas Argentinas, y en Hurlingham, Juan Zabaleta, desplazó al massista Luis Acuña.

De las ocho secciones electorales en que se divide Buenos Aires, siete se tiñeron de amarillo. Cambiemos hizo su mayor diferencia en la Sexta, que comprende todo el sudoeste de la provincia: allí le sacó al FpV unos 23 puntos.

El oficialismo sólo se impuso en la Tercera, el histórico bastión del peronismo que incluye entre otros municipios a La Matanza. El FpV hizo en esa sección electoral una diferencia del orden de los 6 puntos, insuficiente para volcar la elección a su favor.

El triunfo de Vidal pone punto final a la hegemonía del peronismo en Buenos Aires vigente desde 1987, cuando Antonio Cafiero le arrebató el gobierno provincial al radicalismo, que le permitía a su vez pisar fuerte en la Cámara de Diputados de la Nación. La elección de ayer también tendrá su impacto en ese ámbito: de las 20 bancas bonaerenses que el oficialismo puso en juego en la Cámara baja, sólo consiguió mantener 14. Cambiemos sumará en diciembre 12 diputados en representación de la provincia.

“Vidal fue quien mejor interpretó el cambio en la provincia de Buenos Aires”, resumió Solá al admitir su triunfo. La candidata de Cambiemos, aun sabiéndose electa, no se apartó de su libreto de campaña. “Mañana voy a estar ahí. Le voy a poner cuerpo y alma para que tengas la vida que te merecés. No voy a parar con Mauricio y Gabriela hasta lograr que los vecinos de la provincia vivan mejor”, dijo. En el Frente para la Victoria no hicieron declaraciones.

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