EL PAíS › ITAí HAGMAN, DE PATRIA GRANDE, LA AGRUPACIóN DE IZQUIERDA QUE ANUNCIó SU APOYO AL FPV
Después de votar al FIT en primera vuelta, Patria Grande llama a votar por Scioli en el ballottage. “Si gana el PRO en la Argentina, vamos a estar en peores condiciones para dar las luchas que queremos dar. No podemos mantenernos neutrales”, dice Hagman.
› Por Laura Vales
“Desde la izquierda no podemos decir que nos da lo mismo un gobierno del FpV que uno del PRO. De llegar al gobierno Mauricio Macri, como candidato de una derecha reciclada que es parte de un fenómeno continental, en la Argentina tendríamos un retroceso cualitativamente distinto. No se trata de una lógica del mal menor”, define Itaí Hagman. Reciente candidato a legislador porteño por el frente Camino Popular, Hagman lidera el movimiento Patria Grande, que votó al Frente de Izquierda en la primera vuelta y apoyará a Daniel Scioli en el ballottage. Hagman advierte que llamar al voto en blanco “es una irresponsabilidad”.
–Porque creemos que el 22 de noviembre se juega algo importante en la Argentina. Nosotros no somos parte del Frente para la Victoria, incluso hemos rechazado la candidatura de Scioli porque consideramos que expresa al sector más conservador del kirchnerismo. Pero al mismo tiempo, del otro lado está el PRO, que es la expresión más nítida de los intereses del poder económico concentrado, de una derecha latinoamericana que está intentando avanzar en todo el continente. Como dijo ayer Mario Vargas Llosa en un artículo publicado en un diario de la Argentina: la derecha latinoamericana está viendo que el triunfo de Mauricio Macri es una oportunidad histórica para torcer el rumbo de toda América latina.
–Es una fusión de varias organizaciones: Marea Popular, un sector del Frente Popular Darío Santillán y otras agrupaciones independientes. Venimos de la militancia independiente, de agrupaciones surgidas después del 2001 con mucha presencia en las universidades, como el caso mío que vengo de La Mella, que nació en la Universidad de Buenos Aires y luego se extendió a todo el país.
–Que es verdad que Scioli y Macri con candidatos con muchos rasgos parecidos; nosotros en la primera vuelta votamos al FIT porque nos expresaba mejor, y ahora no nos es sencillo votar a Scioli, pero creemos que hay una diferencia. Si gana el PRO en la Argentina, vamos a estar en peores condiciones para dar las luchas que queremos dar. No podemos mantenernos neutrales, no se trata de una lógica del mal menor. El voto en blanco, en esta situación en la que el PRO puede gobernar la Argentina, termina siendo funcional al PRO.
–Un argumento poco feliz. Hemos sobrevivido también a dictaduras... Si gana Macri vamos a seguir militando y peleando, pero nosotros, como izquierda, tenemos derecho a elegir cuál es el escenario en el que queremos desarrollar nuestras peleas. El 22 de noviembre se define ese escenario. Yo prefiero dar las peleas que quiero dar, para terminar con el trabajo en negro, para que haya una verdadera redistribución de la riqueza, con un gobierno del FpV y no con uno del PRO, porque el PRO me pone en peores condiciones, implica un retroceso mayor. El PRO ha sido la fuerza política que se opuso a todos los avances en materia de conquistas sociales, desde el matrimonio igualitario a la estatización de las AFJP, a las paritarias, la recuperación de YPF, la ley de fertilización asistida. Es una fuerza de derecha que, de llegar al gobierno, claramente impondría un retroceso cualitativamente distinto. Desde la izquierda no podemos decir que nos da lo mismo. Nosotros vamos a ser los primeros en salir contra cualquier medida antipopular que pueda llevar adelante un gobierno de Scioli, pero no podemos decir que nos da lo mismo que gobierne el PRO o el FpV. Tenemos que pensar como izquierda en cómo lograr que nuestra intervención tenga efectos sobre la realidad, incidir en las grandes discusiones y los grandes debates. Este es uno de ellos. La sociedad no es indiferente al ballottage; la izquierda, si es indiferente, se aislará de la sociedad.
–Vamos a salir a decir que no nos da lo mismo, tratando de llegar a mucha gente que, incluso desde sectores independientes, se está organizando, está queriendo participar porque ve con mucho temor lo que puede generar un gobierno del PRO en la Argentina.
–Yo no acuerdo con la idea de que necesariamente refleje una derechización, no creo que la gente que vota al PRO es porque quiere una política conservadora. Puede haber un núcleo duro de eso, por supuesto, pero creo que tiene que ver con que es una derecha moderna, también hija del 2001 y de la crisis de representación. Son el reciclado de un sector liberal conservador que ha encontrado una forma de comunicarse de manera muy eficiente con la sociedad. Creo que, además, capitalizan cierto desgaste del kirchnerismo, ya que mucha gente votó al PRO solamente porque son los que están enfrente del FpV. Hay una combinación de reciclado de la derecha, que es un fenómeno continental, con voto antikirchnerista. Por otra parte, los sectores que tradicionalmente ocupan la oposición a este gobierno tenían fuertes deficiencias para poder mostrarse como algo distinto, novedoso, y el PRO ha logrado venderse como una fuerza de la nueva política, aunque el que lo conoce sabe que es un refrito de lo peor de la vieja política. Tenemos que dejar de subestimar al PRO. Creo que todas las fuerzas populares lo hemos subestimado. Cuando ganaron la Ciudad de Buenos Aires dijimos que era imposible nacionalizar ese proyecto, y lo hicieron; pensamos que no iban a durar más de cuatro años y mostraron que llegaron para quedarse. Entonces, no tenemos que subestimar lo que es el PRO como proyecto político y tenemos que buscar formas novedosas de discutir con este espacio, con lo que hoy plantean como algo nuevo, que en realidad tiene que ver con la vieja receta liberal y conservadora que todos conocemos.
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