“Es un equipo de gente valiosa, de argentinos comprometidos y con trayectoria. Es buena gente, el mejor equipo de los últimos 50 años.” Así presentó el presidente electo, Mauricio Macri, al grupo de colaboradores que asumirán el gobierno nacional el próximo 10 de diciembre. Apenas un minuto antes, habían posado para la foto en el Jardín Botánico, lugar elegido por el PRO para la primera aparición en sociedad, a ocho días del cambio de mando. El único ausente fue el ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, que según informaron se encontraba de viaje en Uruguay. Mauricio Macri aprovechó para reiterar sus críticas a la presidenta Cristina Fernández, cuestionar la situación económica y anticipar que antes de tomar posesión viajará a Brasil y a Chile para encontrarse con Dilma Rousseff y Michelle Bachelet, respectivamente.

Rodeados de pasto, árboles y con un clima agradable, sólo un ministro escapó de lo que parece ser el uniforme macrista: saco y camisa clara, sin corbata. El único que llevó una fue Germán Garavano, acorde a los ámbitos tribunalicios que recorrerá como ministro de Justicia. La imagen de los 24 funcionarios, incluidos el Presidente, la vice Gabriela Michetti y el jefe de Gabinete, Marcos Peña, dejó en evidencia el déficit en el cupo femenino de Cambiemos. Además de Michetti, sólo había otras tres mujeres: Susana Malcorra (Relaciones Exteriores), Patricia Bullrich (Seguridad) y Carolina Stanley (Desarrollo Social).

Todo el gabinete se ubicó por orden de importancia, desde el centro hacia los costados, unos sentados en sillas blancas y el resto, parados detrás. Flanqueando a Macri y Michetti se sentaron Marcos Peña de un lado y Rogelio Frigerio (Interior) del otro. Detrás suyo estaban los Bullrich: Esteban (Educación) y Patricia (Seguridad). Cerca estaban Alfonso Prat-Gay (Hacienda y Finanzas), Francisco Cabrera (Desarrollo Productivo), Guillermo Dietrich (Transporte). El resto del equipo se completó con los radicales Oscar Aguad (Comunicaciones), Ricardo Buryaile (Agricultura) y Julio Martínez (Defensa), el ex CEO de Shell, Juan José Aranguren (Energía y Minería), Jorge Triaca (Trabajo), Jorge Lemus (Salud), Pablo Avelluto (Cultura), Gustavo Santos (Turismo), Andrés Ibarra (Modernización) y Sergio Bergman (Ambiente). También estaban otros funcionarios como Fernando De Andreis (secretario general de la Presidencia), los vicejefes de Gabinete, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, y el titular del Plan Belgrano, el radical José Cano.

En su escueto discurso, Macri contó que a todos ellos les pidió cuatro cosas: “dedicación”, “coordinación y trabajo en equipo”, “comunicar bien” y “honestidad”. “Voy a ser muy exigente. No voy a tener ningún tipo de tolerancia. Acá no hay inmunidad para nadie”, aseguró el jefe de Gobierno porteño. Sin abandonar sus críticas por la primera reunión que mantuvo con Cristina Fernández en Olivos, Macri reconoció que “hubo contactos entre ministerios”, en los que “se avanzó más constructivamente, dependiendo del ministro en cuestión”. Además, reclamó “retomar el protocolo histórico” para realizar el traspaso de mando, primero con la jura en el Congreso Nacional, el discurso de asunción y luego el acto en Casa Rosada, con el mandatario saliente.

Durante el día se fueron conociendo otros anuncios y designaciones, que el líder del PRO prefirió esquivar en la conferencia de prensa. El ex competidor de Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad, Martín Lousteau fue anunciado embajador en Estados Unidos. El saliente ministro de Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, ocupará el mismo cargo, pero en Uruguay. La diputada Silvia Majdalani será la número dos de la Agencia Federal de Inteligencia y el titular del Instituto de la Vivienda de la Ciudad, Emilio Basavilbaso, pasará a comandar la Anses.

Consultado por el tema de la expulsión de Venezuela del Mercosur, que ya le trajo un primer cortocircuito con su par brasileña, Macri delegó la respuesta en su Canciller. Malcorra, entonces, fue la única del gabinete que tomó el micrófono: “Desde una posición de principios firme, hay que encontrar mecanismos de diálogo con el gobierno de Brasil, pero, sobre todo, hay que alentar al gobierno de Venezuela a que lo que viene el próximo domingo sea manejado en un marco democrático absoluto”, consideró la diplomática, en referencia a las elecciones en el país gobernado por Nicolás Maduro.

Más allá de esa diferencia con Rousseff, Macri adelantó que su primer viaje como presidente electo será con el principal socio comercial de la Argentina. Después mantendrá un encuentro con empresarios en San Pablo y finalmente visitará a Bachelet en Chile. “Será intenso, pero muy positivo. Son dos relaciones muy importantes que necesitamos cultivar”, consideró Macri, quien en su primera conferencia de prensa tras el ballottage había planteado la necesidad de integrarse a la Alianza del Pacífico.