EL PAíS
› NUEVO GABINETE DE SOLA, ENTRA RIVARA POR ALVAREZ
Poco lugar para el conurbano
El gobernador presentó a su nuevo equipo de gobierno. Casi todos son dirigentes de su confianza, del interior de la provincia como él. El flamante ministro de Seguridad es un ingeniero agrónomo sin experiencia en el área. Lo acompañan dos hombres muy cercanos a León Arslanian.
› Por Martín Piqué
Rodeado por amigos y funcionarios de confianza, el gobernador Felipe Solá designó ayer a su nuevo gabinete –cinco ministros seguirán en funciones– y aprovechó el lanzamiento para presentar al sucesor de Juan José Alvarez en el Ministerio de Seguridad. Se trata de Raúl Rivara, actual ministro de Infraestructura, un amigo suyo de toda la vida, con quien comparte el título de ingeniero agrónomo. De hecho, la presentación de Rivara fue la más esperada del día y su nombramiento para cubrir la cartera más comprometedora de la provincia dejó una primera conclusión: que para enfrentar el momento más delicado de su gobierno –por su creciente distanciamiento del duhaldismo–, Solá decidió apelar a sus íntimos y, también, afianzar su relación con el presidente Néstor Kirchner.
Las dos estrategias de Solá se pudieron comprobar apenas anunció los nombres de su nuevo gabinete: en el caso de Rivara, nombró a un amigo de la infancia, empresario agrícola, que se incorporó a la política casi siguiendo sus mismos pasos. Con él eligió, ante todo, la confianza, aun relegando la competencia en el área. No por casualidad, ayer Rivara admitió desde el vamos que no sabe demasiado de seguridad (“el ser experto no asegura el éxito”, dijo). Con Rivara, además, Solá se aseguró una buena relación con la Rosada, de donde hicieron llegar su agrado por la designación. Pero el vínculo será todavía mejor por los especialistas que lo secundarán en el ministerio: Domingo Esteban Marino, actual director de Política Criminal en la Nación, y Carlos Beraldi, ex secretario de Seguridad bonaerense.
Los dos son hombres muy cercanos al ex camarista León Carlos Arslanian (Beraldi es socio en su estudio jurídico, Marino fue subordinado suyo durante su gestión en el ministerio) y garantizarán una misma línea de trabajo con sus colegas de Nación. También, y éste no es un dato menor, sacarán a la cartera del estado de sospecha en que había quedado durante la gestión de Alvarez. “Basta de operaciones”, fue uno de los reclamos que escuchó Solá en las últimas semanas, en boca de altos funcionarios del Gobierno. En La Plata confían en que el alejamiento del ex intendente de Hurlingham despeje de una vez el clima. Anoche, desde La Plata, confirmaron a Página/12 que también se irá el segundo de Alvarez, Jorge Gorgal, de quien se había dicho que tal vez seguiría en el cargo.
Si con Rivara y los hombres de Arslanian se aseguró control y sintonía con Kirchner, en la elección del resto del gabinete Solá recurrió a sus hombres de íntima confianza y excluyó a cualquier representante del duhaldismo. Así, los nuevos Eduardo Sícaro (Infraestructura), Rafael “Rafa” Magnanini (Gobierno), Indalecio Oroquieta (Producción y Asuntos Agrarios) y Eduardo Di Rocco (Justicia) son todos, en mayor o menor medida, “felipistas” y hombres del Interior bonaerense. También lo son quienes fueron confirmados en sus cargos, Florencio Randazzo (jefe de Gabinete), Gerardo Otero (Economía), Ismael Passaglia (Salud), mientras que Juan Pablo Cafiero y Mario Oporto provienen del Conurbano pero no pertenecen al duhaldismo. El único que podría ser considerado “duhaldista” es Jorge Sarghini, elegido para presidir el Banco Provincia.
El Oveja Sarghini –diputado electo por el PJ bonaerense–, aseguraban en La Plata, fue nombrado en esa institución con el auspicio del ministro de Economía, Roberto Lavagna, y del presidente del Banco Central, Alfonso Prat Gay. Para asumir su cargo, Sarghini deberá renunciar a su banca, pero todo indica que lo hará sin problemas porque no logró asegurarse la presidencia de la Comisión de Presupuesto y Hacienda a partir del 10 de diciembre. Por las negociaciones internas del PJ, ese puesto será ocupado por el santafesino Oscar Lamberto. Con Sarghini como excepción, el resto del gabinete es incondicionalmente “felipista”. Algunos son opositores del duhaldismo en sus distritos, como Di Rocco en San Nicolás, donde desde hace tiempo compite con el jefe del bloque del PJ, José María Díaz Bancalari.
En el acto de presentación de los ministros, Solá explicó cuál fue su criterio para elegir nombres. “Son hombres de acción que gozan de toda mi confianza”, elogió a sus funcionarios. De hecho, la composición del gabinete generó rápidamente críticas airadas entre los intendentes del duhaldismo, en especial los del Gran Buenos Aires. “Felipe se refugió en sus amigos, pero con ese gabinete no podrá gobernar más de tres meses”, dijo a Página/12 un intendente que sin embargo no es de sus más feroces críticos. “Ninguno de ellos conoce bien el conurbano”, agregó el jefe comunal con cierta suspicacia y algún grado de preocupación por el futuro de la relación del gobernador y los caciques territoriales.
Sin embargo, pese a que las designaciones quedaron entre sus hombres de confianza, eso no significa que Solá haya decidido profundizar la escalada con el duhaldismo. Por ejemplo, la confirmación de Randazzo en la Jefatura de Gabinete reflejó otra vez el poder que mantiene el duhaldismo en los dos cuerpos de la Legislatura. Solá pretendía que Randazzo asumiera la presidencia de la Cámara de Diputados. Ese lugar quedó para Osvaldo Mércuri, en lo que implicó un duro traspié para su deseo de armar un espacio de poder propio dentro del PJ bonaerense. Una de las reacciones del gobernador fue, entonces, acercarse a Kirchner. La otra, dejar fuera del gobierno al duhaldismo para que si su gestión resulta exitosa todos los beneficios sean para él. “Es nuestro único capital político”, explicaba anoche un ministro de su íntima confianza.
Subnotas