Era sólo “Jeringa”. Un alias. Una voz que recorría el centro clandestino de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Era miembro del grupo de tareas y, como enfermero, asistía al médico Carlos Octavio Capdevilla, quien controlaba la resistencia física de los detenidos ante la picana. Ahora tiene nombre. Y hasta un cargo: es Juan Barrionuevo, diputado provincial electo de Tierra del Fuego por el PJ y amigo del saliente gobernador Carlos Manfredotti. Fue desenmascarado por sobrevivientes de la ESMA, junto con el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y Puntodoc. El juez federal de Ushuaia Federico Calvete allanó ayer dos hospitales y la casa de gobierno provincial para buscar sus antecedentes.
Barrionuevo es enfermero y miembro retirado de la Armada. Su carrera política se la debe al menemista Manfredotti, quien fue padrino de su casamiento. Según él mismo contó, conoció al gobernador en 1976, “cuando él tenía un restaurante chiquito, su esposa era la cocinera y él el que atendía”.
“Lo conocí un domingo al mediodía cuando entré a su restaurante y me senté frente a él, yo de uniforme y me dice ¿querés comerte unos tallarines caseros que hace mi señora?”, relató en una entrevista con Puntodoc que podrá verse hoy. Su amistad con Manfredotti lo llevó desde los hospitales Naval y Regional a ocupar, desde principios de 2000, el cargo de supervisor regional de salud y a figurar en las listas del PJ como candidato a diputado provincial.
Víctor Melchor Basterra, que viajó con el programa de América a Ushuaia para reconocer personalmente a “Jeringa”, denunció al represor en los tribunales de la provincia. Allí narró cómo supo de la existencia de “Jeringa” mientras estaba secuestrado en el tercer piso de la ESMA, en el sector al que llamaban “Capucha”. Durante los tres primeros días de su cautiverio, cuando era sometido a sesiones de tortura con picana eléctrica, a Basterra no lo dejaban tomar agua. Ante su reclamo desesperado, se le acercó un hombre con una voz particular y le dijo: “Así que vos querés agua”. Y le arrojó un balde de agua helada. Era “Jeringa”. Volvió a encontrarse con el represor un día que sufría una migraña muy fuerte. Como enfermero, lo asistió Barrionuevo. El le levantó la capucha que le cubría la cara y le pidió que no lo mirara. Basterra aprovechó para espiar y vio a un hombre de nariz aguileña, de pelo lacio oscuro. Veinticuatro años después percibió los mismos rasgos, tanto en fotos como en un video. También volvió a escuchar aquella voz de un agudo particular.
Basterra ya había denunciado a “Jeringa” en 1984, en un testimonio recogido por el CELS que sirvió como base a una querella criminal que se inició ante el Juzgado de Instrucción Número 30, a cargo de Carlos Cardinalli. Pero sólo hace unos días supo su nombre. Otros ex detenidos ratificaron que Barrionuevo y “Jeringa” –de hecho el hombre sigue usando hasta hoy ese apodo– son la misma persona.
El fiscal Juan Soria y el juez Calvete allanaron ayer los hospitales Naval y Regional y el sector de Recursos Humanos de la casa de gobierno provincial para secuestrar el legajo personal del represor. Los documentos confirman que el futuro diputado provincial fue integrante de la Armada.
Según figura en los papeles, en 1981 reclamó haberes sin goce de sueldo “para trasladarse a la ciudad de Buenos Aires, por un período aún no determinado, relacionado con los servicios que presta en la Armada Argentina”. Los años anteriores, se presume, viajaba seguido desde Tierra del Fuego a la ESMA. Soria solicitó que la Justicia también buscara información en el domicilio particular de Barrionuevo, pero el represor se salvó de esa medida gracias a los fueros, que comenzó a usufructuar antes de asumir.
Luego de que se hiciera pública la denuncia, el presidente de la ONG Participación Ciudadana, Guillermo Worman, reclamó a la Legislatura que sesuspendiera el juramento de Barrionuevo, previsto para el próximo 17 de diciembre.
“Ser hipócrita significa para mi conocimiento mostrarte una cara y la realidad mía es otra”, le dijo Barrionuevo a Puntodoc. Su cara quedó expuesta.