La jueza Fabiana Palmaghini, quien ahora tiene a cargo la causa por la muerte de Alberto Nisman, accedió a un pedido de la querella de Sandra Arroyo Salgado para que se realice una “junta interdisciplinaria médico-criminalística”. La idea es que se sienten a deliberar todos los peritos que realizaron el año pasado, por separado, una pericia médica (que analizó esencialmente la autopsia y la data de la muerte) y otra criminalística (sobre la mecánica del hecho). En ambos informes, la mayoría de los especialistas habían afirmado que no hallaron elementos que dieran cuenta de que se trató de un homicidio, o sea la postura contraria a la sostenida por la ex esposa de Nisman. Para la fiscal Viviana Fein esos estudios eran suficientes y rechazó los pedidos para que se haga una nueva junta ampliada. La jueza le cuestiona que sacó una conclusión “anticipada” al argumentar que no iba a aportar nada. Y amplía la convocatoria a nuevos peritos criminalísticos que pudieran ofrecer las Fuerzas Armadas, fuerzas de seguridad, la Policía Bonaerense y la Metropolitana.

Sobre Palmaghini existen dos hipótesis:

- La primera es que su única intención es realizar todas las pruebas que se le pidan de manera que nadie le pueda echar en cara que no tomó tal o cual medida. Según esta óptica, Palmaghini busca honestamente llegar a la verdad, aunque de entrada coincide con que las evidencias indican que Nisman se quitó la vida. La jueza además no sería partidaria de enviar el expediente a la justicia federal, algo sobre lo que se expediría ahora, en febrero.

- La segunda hipótesis es que la magistrada siempre tuvo un acercamiento con Arroyo Salgado y con el gobierno de Mauricio Macri. Por eso incorporó a la Policía Metropolitana a las pericias informáticas, pese a que esa fuerza tiene notoriamente menos experiencia y recursos técnicos que la Federal. La Metropolitana, además, tiene una íntima relación con las fuerzas de seguridad norteamericanas. Quienes sostienen esta mirada de la jueza adelantan que Palmaghini empujará la hipótesis del homicidio o de la duda sobre lo que pasó y que, tal vez, termine enviando la causa al fuero federal, donde Arroyo Salgado y el macrismo jugarían de locales.

La junta médica que se hizo en 2015 reunió a 16 profesionales. La amplia mayoría, 13, fueron del Cuerpo Médico Forense, que depende de la Corte Suprema de Justicia. Hubo dos médicos –Osvaldo Raffo y Julio Ravioli– designados por Arroyo Salgado y uno, Mariano Castex, que representó a Maximiliano Rusconi, abogado del informático Diego Lagomarsino. La mayoría dictaminó que no hubo accionar homicida en la muerte de Nisman.

La junta criminalística reunió a seis profesionales, cuatro de la Policía Federal, Daniel Salcedo en representación de Arroyo Salgado y Luis Olavarría por la defensa. Esta junta fue aún más categórica. Con la disidencia de Salcedo, los demás señalaron que en el momento del disparo no había ninguna otra persona en el baño. Esto fue una definición nítida de que Nisman se suicidó.

En todo momento, Arroyo Salgado y el líder de su equipo de peritos, Salcedo, sostuvieron que se requería una junta interdisciplinaria, porque no se puede analizar por separado la cuestión médica y la forma en la que se produjo la muerte dentro del baño. Fein consideró esa prueba redundante, pero ahora Palmaghini aceptó hacerla.

La magistrada no fijó ayer fecha para la junta, básicamente porque todavía no decidió qué profesionales se van a sumar como peritos oficiales. En principio, estarán todos los que actuaron en 2015, porque se van a analizar las conclusiones a las que ya se llegó el año pasado. Pero, además, se le enviaron escritos al Estado Mayor Conjunto, a las policías Metropolitana y Bonaerense (la Federal ya estaba en la junta desde 2015) y a las demás fuerzas de seguridad para que envíen un listado de criminalistas. También Arroyo Salgado y Rusconi podrán designar nuevos peritos si así lo desean e incluso pueden proponer nuevos puntos de pericia; es decir, nuevas ópticas o hipótesis sobre el caso. A primera vista, da toda la impresión que la convocatoria a las reuniones iniciales de esta junta interdisciplinaria requerirá un par de meses.

Para Arroyo Salgado la hipótesis es que a Nisman lo asesinaron, arrodillado en el baño, el sábado al anochecer. De esa manera apuntaron al informático Diego Lagomarsino quien estuvo en Le Parc hasta las 20 de ese sábado. Sin embargo, los médicos fueron casi unánimes en que la muerte se produjo el domingo 18, posiblemente antes de las 10 de la mañana. Y los criminalistas sostuvieron, de hecho, que Nisman se disparó parado frente al espejo del baño. Sobre estas conclusiones es que tendrá que trabajar la junta interdisciplinaria.

En los trabajos periciales del año pasado, Salcedo, Ravioli y Raffo representaron a toda la familia Nisman, incluyendo a Arroyo Salgado, las hijas del fiscal, la madre, Sara Garfunkel, y la hermana, Sandra Nisman. Sin embargo, empezaron a aflorar diferencias a raíz de las cuentas en el exterior de Nisman y del dinero que había en la caja de su departamento, así como en otras cajas de seguridad. La tensión derivó en que Arroyo Salgado designara sus propios abogados –el estudio Vigliero-Casal-Romero Victorica– y Garfunkel y Nisman nombraron también su letrado, Pablo Lanusse. Aún así, todos los abogados querellantes actuaron en conjunto, principalmente enfrentando a la fiscal Fein y sosteniendo la hipótesis del homicidio. Habrá que ver si las diferencias por el dinero de Nisman son irreconciliables o si en la nueva pericia estarán todas juntas.