Jue 11.12.2003

EL PAíS

Más debe que haber en la cuenta de la democracia

Tanto Kirchner como los ex presidentes Alfonsín y De la Rúa –que ayer rompió su mutismo– marcaron la deuda social de estos veinte años. No obstante, todos rescataron la libertad.

Cumplido el 20º aniversario del retorno de la democracia, las reflexiones estuvieron mayormente centradas en las carencias que aún muestra el sistema antes que en sus bondades, empezando por las declaraciones de los propios integrantes del gobierno nacional. El presidente Néstor Kirchner consideró que a lo largo de estas dos décadas existieron “asignaturas que se cumplieron y otras que no tanto”, por lo que, en su conclusión, “hay más en el debe que en el haber”. El ex presidente Raúl Alfonsín habló de “un déficit extraordinario de la democracia en materia social”, pero destacó la importancia de haber mantenido la libertad. Otro ex, Fernando de la Rúa, prefirió generalizar y reivindicó la democracia como “la garantía de nuestra libertad, de los derechos humanos y el camino por el cual lograremos la demorada justicia social y la reivindicación de los más necesitados”. El cuarto de los presidentes electos durante este período, Carlos Menem, no aportó ayer su opinión sobre el aniversario, atareado como debe estar con la crianza del pequeño Máximo Saúl.
“Con la democracia se ha de comer, se ha de educar y hacer crecer al país, y no con otro sistema”, respondió ayer Kirchner, parafraseando al Alfonsín de 1983. El Presidente se presentó en el programa de cable A Dos Voces y señaló, al igual que muchos otros ayer, que no existen las salidas inmediatas. “Hay que pasar por el purgatorio, no se puede pasar del infierno al cielo y estamos saliendo del infierno”, agregó.
Además del Presidente, fueron varias las voces oficiales que se refirieron al aniversario democrático. La senadora y primera dama, Cristina Fernández de Kirchner, evaluó que en estos años “los argentinos hemos aprendido a resolver nuestras diferencias sin violencia y a reconstruir las instituciones bajo ese régimen”. Con todo, advirtió que veía muchas dificultades en el futuro del país porque resulta imposible salir de “una crisis económica, social, cultural y moral de un día para el otro o con magia”.
No obstante, se refirió a la gestión de su marido como una nueva etapa “de reconstrucción de las instituciones, de la moral pública y, fundamentalmente, de volver a tener un país con la presencia de dirigentes de los cuales uno pueda sentirse representado y orgulloso”.
El ministro de Justicia, Gustavo Beliz, imaginó a la actual como “una democracia con las venas abiertas”. “Es una democracia donde hay una enorme cantidad de dificultades y problemas, y asechanzas de autoritarismos y fundamentalismos mesiánicos, que tienen la idea de que a los palos y garrotes se resuelve todo”, añadió.
En el mismo acto –la inauguración de unas jornadas sobre derechos humanos, democracia y exclusión social– habló el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde. El funcionario mencionó como la mayor deuda de estos veinte años de continuidad democrática a las consecuencias sociales que provocaron las recetas económicas aplicadas en los ‘90.
El presidente del retorno democrático, Raúl Alfonsín, subrayó el déficit en materia social, que no se ha podido superar en estos 20 años. “El pueblo, los más necesitados, deben comprender que a pesar de todo las cosas no se van a poder solucionar en nuestro país de un día para el otro”, sostuvo. Alfonsín deslizó una crítica hacia el Gobierno porque, argumentó, debería dar “la patada inicial” en esta materia y “no la da”. El ex presidente no aclaró a qué patada se refería.
Igual, aclaró que su deseo es que el presidente Kirchner “triunfe”. “Ya nos hemos dado cuenta de que para llegar al poder no se puede pretender el fracaso del poder actual, y todos estamos dispuestos a ayudar en la medida en que se respeten nuestras convicciones.” Alfonsín se presentó en el programa Desayuno, de Canal 7, una de sus tribunas favoritas.
Fernando de la Rúa eligió el aniversario para romper el cerrado mutismo que mantenía prácticamente desde que abandonó la Casa Rosada por los techos. De no haber renunciado, ayer De la Rúa hubiera terminado su mandato y le habría entregado la banda presidencial a su sucesor. El ex presidente insistió en que resolvió irse para que “no siguiera la violencia, asegurando un mínimo de continuidad institucional”.
En diálogo con Radio Rivadavia, De la Rúa aseguró que no tiene “rencor” y terminó con unas de sus parrafadas: “Hoy saludo al futuro, a las nuevas generaciones que vienen, saludo a la democracia que con dificultades, alegrías y desesperanzas, mantenemos los argentinos”.

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