EL PAíS › LOS ABOGADOS DE PEREZ CORRADI AFIRMARON QUE ESTABA CAPTURADO, PERO SE DESDIJERON
Fuentes de Paraguay confirmaron que el condenado como autor intelectual por el triple crimen de General Rodríguez no había sido detenido, pero sus abogados viajaron a ese país ya que el pase de la causa a manos de Servini de Cubría podría derivar en su entrega.
› Por Raúl Kollmann
El repentinamente famoso prófugo Ibar Pérez Corradi fue protagonista ayer de versiones y desmentidas durante todo el día. Al anochecer, Luis Arias, jefe de Interpol en Paraguay, dijo que “puedo confirmar a esta hora que Pérez Corradi no está detenido”. Y el jefe antidrogas de ese país, Luis Rojas, incluso aseguró que en todo el día no hubo ningún operativo. Sin embargo, los abogados de Pérez Corradi viajaron a Paraguay porque, si el financista no está detenido –algo todavía dudoso–, es muy probable que se entregue allá o aquí en las próximas 72 horas. Los movimientos de los últimos meses, partiendo de la aparición de Martín Lanatta en la televisión, hacen sospechar que existe una especie de acuerdo para que los condenados e imputados por el tráfico de efedrina y el triple crimen de General Rodríguez irrumpan en la escena judicial para –supuestamente– declarar contra el anterior gobierno.
Cerca de las 10 de la mañana de ayer se produjo una noticia en Comodoro Py: la jueza María Romilda Servini de Cubría aceptó hacerse cargo de la causa del triple crimen de General Rodríguez. En 2008, los advenedizos empresarios Sebastián Forza, Leopoldo Bina y Damián Ferrón, que se dedicaban a maniobras con medicamentos, fueron asesinados por haber intentado meterse en el negocio oscuro del tráfico de la efedrina para fabricar pastillas. Ese negocio está dominado por los carteles mexicanos que pasan las pastillas a Estados Unidos. Lo asombroso es que lo ocurrido ayer, el pase a la Justicia federal, se produjo siete años después del triple crimen y después que los imputados fueran condenados a prisión perpetua en un juicio que se hizo en Dolores, en la justicia provincial. Las condenas fueron, además, confirmadas también en el ámbito provincial por la Cámara de Casación bonaerense. Sin embargo, los abogados de Pérez Corradi, Carlos Broitman y Juan José Ribelli, dijeron que el pase a la Justicia federal era una condición para que Pérez Corradi se entregue. El deseo se cumplió ayer a la mañana y desde ese momento era inminente la entrega del prófugo. El rumor es que se buscó un fuero amigable a las huestes del macrismo y que se prepara una declaración contra el gobierno anterior. Broitman adelantó que “Pérez Corradi puede involucrar a muchos políticos y personajes, aunque no conoce a Aníbal Fernández”.
La versión de que el financista vive cerca de Ciudad del Este es pública desde hace tiempo: parece que volvió a formar una pareja con la que también tiene al menos un hijo. De manera que no llamó la atención que se dijera que lo detuvieron en Paraguay, aunque nunca estuvo claro si él mismo llamó para que las fuerzas policiales se hicieran presentes o hubo alguna pesquisa para encontrarlo. Lo cierto es que al mediodía, Ribelli, su abogado, confirmó la detención. Dos horas más tarde, frente a los tribunales de Comodoro Py, Ribelli y Broitman se desdijeron: “no está confirmada la detención, aunque es altamente probable que se haya producido”. A la noche, el titular de Interpol de Paraguay y el jefe antidrogas desmintieron todo.
Broitman y Ribelli viajaron por la tarde al país vecino argumentando que, “en el peor de los casos, si Pérez Corradi no está preso, habremos hecho el viaje en balde. Queremos garantizar su vida”, redondearon teatralmente. La impresión es que ambos abogados fueron hacia Ciudad del Este porque, si Pérez Corradi no fue capturado, se entregará.
Las maniobras con el triple crimen de General Rodríguez se iniciaron con la aparición de Martín Lanatta en la televisión una semana antes de las elecciones. El condenado a reclusión perpetua dijo entonces que el negocio de la efedrina quedó en manos de Aníbal Fernández, algo que nunca reveló en los tres meses que duró el juicio por los asesinatos de Forza, Bina y Ferrón. En el juicio, ese argumento podría haberle servido para buscar algún alivio de la pena acogiéndose a la ley del arrepentido.
Pero las sorpresas no terminaron ahí. A fines de diciembre los tres condenados por los crímenes de General Rodríguez se fugaron de un penal de máxima seguridad y, pese al escándalo, eludieron la recaptura a lo largo de dos semanas. Tampoco parece casual que los abogados de los Lanatta y Schillaci pidieran igualmente que la causa por la fuga tramite en la Justicia federal de Comodoro Py, pese a que se escaparon en territorio bonaerense y los capturaron en Santa Fe.
A primera vista, el escenario está preparado para que tres condenados a reclusión perpetua por el triple crimen y un imputado por ser el ideólogo de esos asesinatos desfilen por Comodoro Py armando, con siete años de atraso, una nueva versión de lo ocurrido. Casi seguro apuntarán al gobierno que dejó la Casa Rosada en diciembre.
Por las dudas, a Pérez Corradi le recordó lo que tiene que hacer: el miércoles pasado allanaron de forma violenta su casa, tiraron abajo la puerta, rompieron todo, los policías bonaerenses –ahora bajo la conducción de Cambiemos– le puso armas en la cabeza a sus tres chicos y mató a dos de sus perros. Que se sepa, no se le abrió sumario a nadie por el apriete.
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