Las redes sociales se inundaron ayer con el hashtag #1MVamosJuntos, con el que los macristas convocaron para hoy a las 10.30 a concentrarse frente al Congreso para escuchar el discurso de inauguración de las sesiones ordinarias del presidente Mauricio Macri. En una nota menos romántica, este diario recibió reportes de empleados públicos que estaban siendo movilizados por la administración porteña y por sindicatos municipales afines al macrismo. Macri abrirá las sesiones con un discurso breve –aunque más extenso de lo que solían ser los 15 minutos que le dedicaba a la Legislatura cuando era jefe de Gobierno– en el que hará eje en el acuerdo con los fondos buitres para empujar al Congreso a que derogue la ley Cerrojo. Habrá menciones a la herencia recibida del gobierno pasado, sin que esto sea el punto central del discurso.

A la Asamblea Legislativa asistirán todos los bloques, incluido el kirchnerismo. La única excepción será la del Partido Obrero, quien ya advirtió que no concurrirá. Por fuera, esperarán las personas que estaban siendo convocadas desde Facebook y Twitter con el cartel: “El 1/3 acompañamos al Presidente al Congreso. ¿Venís?” Ayer el presidente del Consejo Nacional del PRO, Humberto Schiavoni, y otras autoridades del oficialismo estuvieron reunidos en el Ministerio de Seguridad para asegurarse de que sus manifestantes respeten el protocolo antipiquete. En un comunicado del ministerio, se dejó en claro que una vez que pase el auto presidencial las calles serán liberadas “de manera inmediata”.

Rodeados de un fuerte hermetismo, los encargados de elaborar el discurso de Macri ultimaban ayer los detalles finales del mensaje, que repasará los principales ejes que planteó el macrismo en estos meses. La duración no superaría la hora, lo que –comparado con las alocuciones previas de Macri– es un discurso largo. La decisión de cerrar un acuerdo con los fondos buitres estaba entre ellos desde el comienzo, pero es probable que el acuerdo que anunciaron le dará un lugar de mayor importancia. Macri pondrá el énfasis en que se deroguen las ley Cerrojo y la de Pago Soberano y lo vinculará a la posibilidad de conseguir mayor endeudamiento internacional para obras de infraestructura en todo el país. Sutilmente, quedará claro que las necesidades de los gobernadores están atadas a la suerte de esas dos normas.

También habrá referencias a otras de las iniciativas que el PRO buscará impulsar en el Congreso: la reforma política, que tienen la intención de aplicar en las elecciones del año próximo con la Boleta Unica Electrónica; una reforma judicial, que incluye cambios en el Consejo de la Magistratura, la creación de un fuero contra el crimen organizado que le quitará causas a los juzgados federales de Comodoro Py, entre otras propuestas que presentó el ministro de Justicia, Germán Garavano. Uno de los puntos más controversiales es la intención de ponerle un límite temporal acotado a la procuración y aplicárselo a Alejandra Gils Carbó para removerla del cargo. También se espera una mención de Macri a los pliegos de los jueces de la Corte Suprema que envió al Senado. En un primer momento, el presidente los designó en comisión, salteándose el Congreso. Luego postergó la jura y espera que sean confirmados en los próximos días.

El macrismo espera poder pasar una extensa serie de leyes por un Congreso en el que no tiene los números asegurados. La vicepresidenta Gabriela Michetti –que presidirá la sesión– ya avisó que si no encuentran recepción entre los diputados y senadores, Macri siempre puede volver a recurrir a los DNU que utilizó durante los primeros meses de su mandato.

El discurso intentará balancear los pedidos de esfuerzo fiscal a las provincias con los anuncios de mayores recursos; las drásticas reducciones del poder adquisitivo con la suba (módica) del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias; los incrementos a la AUH y los planes de quitarle impuesto a la canasta alimentaria básica con el techo a las paritarias. Pero la discusión número uno fue por cómo (y cuanto) Macri debía mencionar la “pesada herencia” que le dejó el Gobierno anterior.

En Balcarce 50 indicaron que habrá menciones, pero que podrían decepcionar a una tribuna particularmente dispuesta a un extenso repaso. Sostienen que la expectativa sobre ese punto es demasiado grande. Los sectores más duros del PRO buscaban ampliar esa parte del discurso e incluir denuncias de corrupción para la tribuna. El consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba ya expresó públicamente que cree que no debe ser el centro del discurso. “La gente no eligió presidente a Macri para ver a quién le echa la culpa”, indicó. Hoy se sabrá cuál de los sectores ganó la pulseada.