Mié 02.03.2016

EL PAíS  › POCOS MILITANTES Y AUTOCONVOCADOS SE REUNIERON FRENTE AL CONGRESO NACIONAL

Una plaza casi vacía acompañó a Macri

El PRO, la UCR y el partido Fe, del Momo Venegas, llevaron a algunos manifestantes, la mayoría provenientes de la Capital. Siguieron el discurso de Macri desde dos pantallas y festejaron sus críticas al kirchnerismo.

“Feliz. Estoy feliz, después de doce años terribles, puedo disfrutar de una plaza limpia, sin borrachos ni maleducados”, exclamó Laura, de 53 años, vecina de Congreso, que desde temprano había llegado a la plaza para escuchar al Presidente, y ahora se apretaba contra las vallas que separaban la vereda de la avenida Rivadavia, a la espera de verlo pasar. La plaza estaba tan sucia como siempre, pero a su alrededor casi no había manifestantes, por lo que podía acomodarse con holgura para lograr una mejor vista del desfile de Granaderos, que ya asomaban por Avenida de Mayo. Para ella, Macri –que pasaría minutos después, casi inadvertido, detrás de los vidrios polarizados del auto presidencial– llegaba a su primer discurso inaugural de sesiones ordinarias “afrontando con humildad el desastre que le dejaron”. Laura ansiaba una apertura dedicada a “demostrar qué tan mal está el país”, contó. En sintonía con el público que desde la plaza siguió con atención las palabras del Presidente y aplaudió con fuerza cada pasaje crítico respecto del gobierno anterior, encontró satisfechas sus expectativas.

Los autoconvocados que respondieron al llamado macrista a movilizarse –que en las redes llevó el hashtag #1MVamosJuntos– no superaron el millar de personas, que se repartieron a lo largo de Rivadavia, desde Entre Ríos hasta Sáenz Peña, a ambos lados de la calzada, bajo un cielo plomizo. El público siguió el discurso a través de dos pantallas (no tan gigantes), sin que prácticamente ninguna bandera les tapara la visión. Entre los manifestantes, llegados en su mayoría desde distintos barrios de la Capital, se mezclaban militantes del PRO, la UCR y el partido Fe, del Momo Venegas, que adornó las rejas de la plaza con varios pasacalles con la leyenda “¡Fuerza presidente!”. La columna más numerosa provenía de Tres de Febrero, terruño del macrista Diego Valenzuela.

Un fuerte operativo policial se desplegó sobre la calzada, con una decena de camiones blindados y un cordón de infantería armada. Minutos antes del discurso, la Policía Federal protagonizó una represión contra bancarios, que igualmente lograron entrar dentro de la zona y realizaron en simultáneo un acto de protesta (ver aparte).

La nota musical la pusieron militantes del PRO de la Comuna 4. Vestidos con los colores de Boca, montaron una orquesta de bombos y trompetas y entonaron melodías de cancha, sin letra. Más de un autoconvocado se detuvo a sacarse una selfie con ellos. Para sorpresa de varios, a las once y veinticinco, las pantallas comenzaron a transmitir la sesión. La voz de la vicepresidenta, Gabriela Michetti, provocó una avalancha sobre la plazoleta. “Yo pensé que pasaba, pero ya está ahí, mirá”, le dijo una joven PRO a su acompañante, señalando las pantallas, donde se veía a Macri entrar en el recinto.

“Lo amo”, reaccionó Emma, jubilada, de Barracas, cuando el Presidente comenzó a hablar. Envuelta en una bandera argentina –de las pocas que se vendieron ayer–, aclaró que su devoción no le impide reconocer que “a veces” se equivoca. “Se apura un poco, porque es un hacedor, pero después se arrepiente y lo corrige. Eso lo valoro”, dijo y siguió atenta al discurso. “Es como cuando gastás y gastás con la tarjeta”, explicó María Cristina, de Villa Urquiza, consultada sobre las primeras medidas del Gobierno, “después tenés que pagar y pagar, y es lógico que venga una economía de guerra”.

Los pasajes más aplaudidos fueron aquellos en los que Macri criticó los doce años de kirchnerismo. “¡Sí se puede, sí se puede!”, se emocionó una mujer cuando el Presidente habló de “despilfarro”. “Ya se pudo, doña, ya se pudo”, la paró en seco otra.

En la plaza no faltaron quienes fueron también a repudiar al Gobierno.

–Son todos unos vendepatria. ¡Traidores, están entregando la patria! –gritaba Ernesto, jubilado, parado sobre una de las vallas.

–Calmate, sos el único K hoy, mi amor –le respondió una mujer que pasaba al lado–. Vas a terminar en el manicomio.

–Para ellos la política es el piquete –intervino un policía que seguía la discusión, para darle la razón a la mujer.

Desde el Gobierno evitaron difundir estimaciones sobre el número de manifestantes. En un video que circuló durante la tarde, se lo vio al Presidente lamentarse por el mal clima, que habría aguado la fiesta. Por la represión a los bancarios, debió desviar el tradicional trayecto que vuelve desde el Congreso a Casa Rosada por Rivadavia en sentido opuesto al tránsito, por lo que los autoconvocados tampoco tuvieron oportunidad de saludarlo en su retirada.

Informe: Matías Ferrari.

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