Mié 02.03.2016

EL PAíS  › MAURICIO MACRI INAUGURó LAS SESIONES ORDINARIAS DEL CONGRESO Y RECIBIó CRíTICAS DEL KIRCHNERISMO

Con un tono agresivo y unas pocas propuestas

El Presidente habló una hora. Se quejó de la herencia, defendió el ajuste y justificó los despidos. Sin dar precisiones, enumeró propuestas sobre la deuda externa, rebajas en el IVA, cambios en Ganancias y la reforma judicial y política.

› Por Sebastian Abrevaya

Con un tono agresivo hacia la gestión anterior, Mauricio Macri dio ayer su primer discurso de apertura de sesiones frente a la Asamblea Legislativa. Tal como le reclamaban algunos de sus socios y un sector del PRO, el Presidente dedicó buena parte de su exposición a quejarse de la denominada “herencia” kirchnerista, utilizó algunos minutos para enumerar genéricamente la agenda legislativa que buscará impulsar y por último retomó los slogans de campaña sobre “los desafíos” de su mandato: pobreza cero, narcotráfico y “unir a los argentinos”. Durante una hora exacta, Macri despertó aplausos de los legisladores oficialistas y recibió críticas y gritos por parte de los del Frente para la Victoria, que le recordaron los miles de despidos provocados a partir del 10 de diciembre, la represión de la protesta social y la existencia de una “presa política”, en referencia a Milagro Sala. En su tramo más sustancioso, el Presidente retomó la receta neoliberal: defendió el ajuste del Estado, criticó el déficit fiscal y la elevada presión tributaria, atribuyó la inflación a la emisión monetaria y habló de “volver al mundo”. Sin grandes anuncios, a los legisladores les pidió apoyo para iniciativas como derogación de la ley cerrojo y sorprendió al pedir que la modificación de las escalas del Impuesto a las Ganancias se trate “lo antes posible”.

Pasadas las 11 de la mañana Macri hizo su ingreso al Palacio Legislativo. No sólo la poca gente en las calles sino la composición de los palcos pintaban un paisaje totalmente diferente al de las aperturas de sesiones anteriores. En el interior no había banderas, no estaban los emblemáticos organismos de Derechos Humanos ni los movimientos sociales. Sí volvió a verse al sindicalista Hugo Moyano, que hace años no asistía. A su lado se sentó Gerónimo “Momo” Venegas, de los peones rurales. Funcionarios como Miguel de Godoy, Laura Alonso o Alberto Abad convivían en el primer piso de los palcos junto al Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y el cacique Qom Félix Díaz, designado al frente del INAI. Uno de los lugares preferenciales lo ocupó Luis Miguel Etchevehere, de la Sociedad Rural. A los costados de la Presidencia se ubicaban, de un lado todos los ministros y los miembros de la Corte y del otro gobernadores y las delegaciones extranjeras.

Macri arrancó su discurso con una breve referencia al “contexto de optimismo que se vive hoy en la Argentina” pero ya en los primeros párrafos apareció la crítica a su antecesora, Cristina Fernández, a quien nunca mencionó personalmente. “Venimos de años en los que el Estado ha mentido sistemáticamente, confundiendo a todos y borrando la línea entre la realidad y la fantasía”, dijo Macri, dando inicio a un largo tramo sobre la “herencia”.

El primer planteo fue por el déficit fiscal: “el Estado gastó más de lo que podía, emitió de manera irresponsable y generó inflación”, dijo y agregó que le dejaron “un Banco Central en crisis” porque al asumir contaba con 25 mil millones de dólares. Esa fue la antesala para hablar de la deuda y la negociación con los holdouts, que se llevaron una mención especial: “Ahora dependerá de este Congreso si terminamos o no de cerrar este conflicto que lleva quince años”, afirmó. El mensaje tenía un destinatario y un objetivo claro: que el Frente Renovador y un sector de la oposición acompañen la eliminación de la ley de Pago Soberano y la Ley Cerrojo para permitir una nueva emisión de deuda y pagarle a los fondos buitre.

En línea con los miles de despidos que se produjeron en la administración macrista, el Presidente cargó varias veces contra el empleo público. Sostuvo que se utilizó para “camuflar” la desocupación y que se encontró con “un Estado plagado de clientelismo, despilfarro y corrupción”. “Un Estado que se puso al servicio de la militancia política y que destruyó el valor de la carrera pública”, insistió. El titular del Ejecutivo fue hilvanando empleo público con corrupción, corrupción con inseguridad, e inseguridad con narcotráfico. Uno de los aplausos más largos lo cosechó cuando prometió que la Justicia deberá investigar si ese escenario “fue fruto de la desidia, la incompetencia o la complicidad”.

En cuanto a la educación pública, señaló que “tiene severos problemas de calidad” y cuestionó a las nuevas universidades porque “han sido espacios de militancia política más que de excelencia académica”. Un marco similar planteó al hablar del “despilfarro y corrupción” en la Salud, junto al uso de recursos “para la militancia política”.

Mientras el diputado del FpV, Andrés Larroque, levantaba carteles señalando las obras públicas otorgadas a Nicolás Caputo y Angelo Calcaterra, amigo y primo del Presidente respectivamente, Macri habló de la “decadencia” encontrada en infraestructura vial, energética y ferroviaria. Si bien las críticas al kirchnerismo se mantuvieron durante todo el discurso, el Presidente dio ahí por cerrado su “diagnóstico” y prometió “publicar los datos área por área, para que todos los argentinos sepan el estado en el que estaba la Argentina en diciembre de 2015”. Desde las bancas de Cambiemos aplaudieron y se pusieron de pie.

Sobre sus casi tres meses de gestión sostuvo que trabajó para “normalizar el país”, reivindicó la eliminación de las retenciones, el levantamiento del cepo, restablecer las relaciones internacionales, entre otras cuestiones. “Es momento de unir a los argentinos y respetar nuestras diferencias”, aseguró Macri, despertando la reacción de Mayra Mendoza, la diputada de La Cámpora que le gritó “basta de represión” y le pidió que hablara de los despidos.

En su corta alusión a los derechos humanos, Macri recordó que se cumplen 40 años del golpe militar y dio una versión propia del Nunca Más: “Aprovechemos para gritar todos juntos Nunca Más a la violencia institucional y política”, sostuvo el Presidente, poniendo en un mismo plano al terrorismo de Estado y a las organizaciones armadas.

Durante buena parte del discurso los legisladores kirchneristas se salían de sus casillas por responder hasta que el líder del PRO los responsabilizó por la inflación. “La inflación existe porque el gobierno la promovió”, dijo Macri y parte del kirchnerismo lo abucheó y se paró en sus bancas levantando sus carteles reclamando por Milagro Sala, la suba de precios, los despidos y la concentración mediática. El diputado Andrés Larroque se acercó hasta la presidencia y le acercó una foto de la mujer baleada por la espalda en la represión a los despedidos de La Plata.

La vicepresidenta Gabriela Michetti tuvo que pedir silencio en varias ocasiones y la tensión subió todavía un poco más cuando Macri reclamó “respetar el voto de la democracia”. La tribuna oficialista acompañó con su mantra: “Sí, se puede. Sí, se puede”.

Al momento de las propuestas, Macri no abundó en precisiones. No se privó de recordar al fiscal Alberto Nisman y de afirmar que “poco a poco, comienzan a aclararse” las circunstancias de su muerte. Precisamente ayer se conoció el pase de la causa al fuero federal, tal como pedía la familia y la ex esposa, Sandra Arroyo Salgado, quienes sostienen la hipótesis del homicidio.

Le hizo un pequeño guiño a los gremios, al señalar que “el complemento imprescindible” de la modificación de las escalas en Ganancias “deberá ser tratado por el Congreso lo antes posible”. Sin embargo, les pidió “responsabilidad” frente al “estado de fragilidad” de la economía. Sobre la pérdida del poder adquisitivo, sostuvo que eliminará el IVA de los productos de la canasta básica.

Le dedicó un mimo especial a Elisa Carrió, al prometer la ampliación de la Asignación Universal por Hijo y reconocerle a la chaqueña la autoría del proyecto de Ingreso Universal a la Niñez.

En el plano judicial marcó como “prioridad” la reforma del Código Procesal Penal, la ley del arrepentido y el decomiso de bie- nes provenientes del crimen organizado, así como una nueva reforma al Consejo de la Magistratura, al ministerio público fiscal y una ley de subrogancias. Pidió el voto para completar la Corte Suprema y señaló, además, que promoverán la sanción de la ley de acceso a la información pública junto a una nueva ley de compras. Universalizar la educación inicial desde los tres años y un nuevo instituto de evaluación de la calidad educativa fueron los dos ítems sobre educación. Por último, ratificó el deseo de aprobar este año la reforma política.

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