Michelle Obama destinó parte de su jornada en Buenos Aires a hablar, ante un auditorio de chicas, del programa “Dejemos que las niñas aprendan”. En el Centro Metropolitano de Diseño, adonde fue acompañada por Juliana Awada, dio una charla para unas cuatrocientas estudiantes de colegios secundarios públicos y privados, a las que llamó a “ser líderes” y “hacerse oír”. La primera dama norteamericana incluyó en sus palabras varios gestos hacia el macrismo: puso como ejemplo para las chicas a la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, y a la responsable del comedor Los Piletones, Margarita Barrientos, y aseguró que hay un “nuevo espíritu de cooperación en varios aspectos” entre Argentina y Estados Unidos.

Las chicas, estudiantes de cuarto y quinto del secundario, habían entrado temprano al auditorio de techo vidriado de Barracas, donde a la espera de la llegada de Michelle Obama se presentaron primero dos estrellas youtubers, la argentina Daiana Hernández y la norteamericana Megan Nicole. Juliana Awada fue la encargada de presentar a la figura principal. La esposa de Mauricio Macri había tenido, minutos antes, una conversación con la mujer de Barack Obama y se dijo “inspirada” por el intercambio.

“Si bien estoy lejos de casa, aquí me siento como en casa. Yo me crié en un barrio igual a este en el sur de Chicago”, aseguró a su vez Michelle Obama al comenzar la charla. Mostrando sus reconocidas dotes como oradora, contó su historia personal –hija de una familia humilde, que la impulsó a estudiar y debió hacer esfuerzos para recibirse de abogada en Harvard– y le habló a su audiencia de manera directa: “La maestra le preguntaba a mi hermano ‘¿Qué carrera querés estudiar?’, pero a mí me preguntaba ‘¿Con qué tipo de hombre te querés casar?’”, contó a las adolescentes.

Luego planteó que 62 millones de chicas en el mundo no van a la escuela y convocó a las estudiantes a aprovechar las oportunidades que tienen en la Argentina. “No importa qué dificultades o que obstáculo se interponga en su camino; quiero que estudien lo que quieran estudiar para hacer una diferencia en el mundo. Sean líderes en sus trabajos y agentes del cambio mundial. Su país es un actor cada vez más importante en el escenario mundial, con una mayor voz en los asuntos mundiales. Pónganse a la altura de la circunstancias y háganse oír”, arengó.

La actividad estuvo rodeada de un fuerte operativo de seguridad, a cargo de la embajada de Estados Unidos e integrantes de la comitiva que viajó con Obama, que se encargó de revisar minuciosamente el lugar, a las jóvenes y a la prensa que ingresó al Centro Metropolitano de Diseño.

Con perros entrenados para detectar explosivos, detectores de metales y personal especializado en seguridad, el edificio tuvo una revisión propia de una sede diplomática o un aeropuerto internacional.

Las estudiantes fueron ubicadas frente al escenario y en una especie de entrepiso, y debido a la gran cantidad de asistentes los organizadores tuvieron que agregar sillas en los laterales que estaban libres.

Durante la charla, Michelle Obama dedicó varios tramos al rol de las mujeres argentinas en la política. Invitó a las estudiantes “a seguir los ejemplos de todas las mujeres valientes e inteligentes que las han precedido”. En este sentido, mencionó que el país “tuvo una presidenta hasta hace poco y tiene ahora una vicepresidenta, algo que –remarcó– en nuestro país no sucedió y tiene también una gobernadora en Buenos Aires”, pero omitió mencionar a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Por lo que representan para la historia del país, y en vísperas del 40 aniversario del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, la omisión fue aún más notoria.

Michelle Obama dedicó, en cambio, un reconocimiento a María Eugenia Vidal, a la que puso como ejemplo para las jóvenes. “Cuando decidió que iba a presentarse se hicieron comentarios sexistas y sin embargo ella dijo ‘sé quién soy’ y obtuvo la gobernación”, indicó.

También repasó la vida de Margarita Barrientos, la fundadora del comedor Los Piletones, cuya figura está identificada estrechamente con el macrismo.

Tras la disertación, Michelle Obama llevó a sus hijas Malia y Shasha a comer asado a un restaurante de San Telmo. El lugar fue cerrado exclusivamente para el evento, que incluyó a unos 25 comensales y un menú típico: ojo de bife y medallón de lomo, acompañado con ensalada y papas fritas. Para beber, además del agua y las gaseosas, la comitiva pidió los mejores vinos que ofrece la casa.