EL PAíS › NINGúN ORGANISMO DE DERECHOS HUMANOS ACOMPAñó A LOS PRESIDENTES DE ARGENTINA Y ESTADOS UNIDOS EN EL PARQUE DE LA MEMORIA
“Fuimos lentos en denunciar las violaciones a los derechos humanos”, dijo Obama en el homenaje a las víctimas del terrorismo de Estado. Macri atribuyó la dictadura a la “intolerancia y las divisiones entre argentinos”, términos que usa para describir los años de kirchnerismo.
› Por Werner Pertot
Las banderitas rojas y blancas y azules, con barras y estrellas, flameaban sobre el cerco perimetral del Parque de la Memoria cuando arribó la comitiva que traía a Barack Obama. El presidente de los Estados Unidos y Mauricio Macri recorrieron el Parque de la Memoria, pasaron junto al muro que, como una herida abierta, surca el terreno con los nombres de los desaparecidos y llegaron hasta la vera del río, donde Obama arrojó unas flores al mar. En una conferencia de prensa posterior, el mandatario estadounidense volvió a anunciar la desclasificación de archivos y recordó al gobierno de Jimmy Carter y al director de Buenos Aires Herald, Robert Cox, quienes denunciaron los crímenes de lesa humanidad. Esta vez, Obama esbozó una tibia autocrítica al rol que jugó su país: “Fuimos lentos en denunciar las violaciones a los derechos humanos”. Nada dijo sobre el apoyo que proveyeron la Escuela de las Américas y la política de Henry Kissinger a las dictaduras latinoamericanas. En tanto, Macri prefirió recordar la dictadura como una época de “división entre los argentinos”, el mismo término que usa para describir los años del kirchnerismo.
Las cámaras de televisión estaban plantadas a una distancia del Parque de la Memoria que sólo permitía ver a los francotiradores apostados sobre el Edificio PAYS (Presentes Ahora y Siempre). A la prensa no se le permitió cubrir el acto: sólo cámaras oficiales registraron los hechos. La comitiva de Obama llegó en medio de un despliegue de seguridad a las 10.19 con el presidente estadounidense a bordo de “La Bestia”, como apodan a la limusina blindada que lo traslada en estos viajes.
Macri había arribado unos minutos antes, con un despliegue de seguridad mucho menor. Junto a Obama recorrieron el Parque de la Memoria sin que los acompañaran dirigentes de ninguno de los organismos de derechos humanos, a diferencia de lo que ocurrió cuando el mes pasado asistió al mismo lugar el presidente de Francia, François Hollande. “No es el momento para que nosotros estemos en un lugar cuando estamos recordando los 40 años de algo tan atroz, lleno de dolor y que todavía no tiene una respuesta lógica”, explicó la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto. La decisión fue consensuada con Madres de Plaza de Mayo e H.I.J.O.S.
En la recorrida por el parque los acompañó el fotógrafo Marcelo Brodsky, quien se ocupó de contarle a Obama sobre el sentido de la obra y también le relató la historia de su hermano desaparecido. También se detuvieron a hablar sobre la historia de Toni Agatina Motta, la última periodista desaparecida, que era de nacionalidad estadounidense. Obama escuchaba en silencio y muy serio. Frente a Macri, Brodsky le dijo que su visita y la del presidente argentino “reafirma el hecho de que el Parque de la Memoria es una política de Estado, independientemente del gobierno que esté en la Ciudad o en la Nación”.
Tras la recorrida, en la que vieron también la muestra 40 años de la dictadura, Obama y Macri fueron hasta el Edificio PAYS donde habían dispuesto dos atriles detrás de un juego de las banderas de ambos países. Los esperaban el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; el ministro de Justicia, Germán Garavano, y el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, entre otros.
Si bien los organismos de derechos humanos no lo acompañaron, Obama eligió hablarles a ellos al comienzo de su discurso. “Es conmovedor estar en este lugar en honor a las víctimas de la dictadura argentina. Es un tributo al valor de las madres, esposas, hijos, que se negaron a rendirse hasta recibir la verdad y la justicia que merecen”, indicó. “Conmemoramos a quienes lucharon mano a mano con los argentinos por los derechos humanos. Los científicos que respondieron al llamado de las Abuelas de Plaza de Mayo para ayudar a identificar a las víctimas”, sostuvo Obama.
“Requiere valor encarar temas incómodos y juzgar los crímenes de sus propios líderes, puede ser fuente de división, pero es necesario para construir un futuro”, indicó.
Obama buscó reconocer a quienes, entre los estadounidenses, asistieron a las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo en su lucha. “Los periodistas, como Bob Cox, que informó valientemente sobre los abusos a los derechos humanos, pese a las amenazas a él y a su familia”, indicó en referencia al ex director del Buenos Aires Herald, un diario sobre el que hoy pesan rumores de cierre.
El presidente de los Estados Unidos también buscó desmarcarse de la política de Kissinger y del apoyo explícito y la luz verde a los métodos de la dictadura que fueron probados por los documentos del Departamento de Estado de Estados Unidos desclasificados en 2002. Obama prefirió recordar el gobierno de Jimmy Carter –un demócrata, como él– en el que se avanzó en la denuncia a los crímenes de lesa humanidad de la dictadura, algo que no continuó cuando fue sucedido por Ronald Reagan. “Los diplomáticos como Tex Harris que trabajó desde la embajada aquí para documentar los abusos a los derechos humanos e identificar a los desaparecidos, como Patricia Derian, subsecretaria de Estado y Derechos Humanos para Jimmy Carter, un presidente que entendió que los derechos humanos son fundamentales en la política exterior de los Estados Unidos. Y ese entendimiento el que ha influenciado la forma en la que actuamos desde entonces”, sostuvo Obama.
Sobre el rol que tuvo Estados Unidos en la región, Obama esbozó una tibia autocrítica: “Sé que hay controversias sobre las políticas de Estados Unidos en esos años oscuros. Estados Unidos debe revisar su pasado y sus políticas. Las democracias deben tener el coraje para reconocer cuando no se estuvo a la altura de los ideales que defendemos. Fuimos lentos en denunciar las violaciones de derechos humanos en la Argentina”, dijo.
Obama recordó que en 2002 se desclasificaron documentos del Departamento de Estado. Fue a raíz del pedido que hicieron Abuelas, Madres y el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) en 1999. El presidente de los Estados Unidos destacó que “se usaron para condenar a los responsables”. “Como respuesta a una solicitud del presidente Macri, vamos a desclasificar más documentos de esa época, incluyendo documentos militares y de inteligencia”, indicó. El secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, aclaró luego que ese proceso puede tomar “por lo menos un año y medio”.
“Un memorial como éste recuerda la responsabilidad que todos tenemos. No podemos olvidar el pasado. Cuando tenemos el valor de enfrentarlo, cuando tenemos el coraje para cambiar ese pasado, es cuando construimos un mejor futuro. Eso es lo que los familiares de las víctimas hicieron”, indicó Obama. “Lo que pasó en la Argentina no ocurrió sólo en la Argentina. No está confinado al pasado. Todos debemos asegurarnos todos los días de denunciar cuando haya abusos a los derechos humanos”, concluyó.
Macri se mostró impaciente durante todo el acto. Al principio, se lo veía algo distraído. Luego golpeaba sus dedos contra el atril. Durante sus años como jefe de Gobierno, fueron contadas las palabras que dedicó a recordar a los desaparecidos y lo ocurrido en la dictadura. Su discurso se enfocó en “mirar al futuro”. Ya como presidente, Macri demoró en recibir a los organismos de derechos humanos y sólo lo hizo cuando iban a tener un acto con el presidente francés que lo iba a dejar en evidencia. Sucede que el consenso internacional que tienen las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo muchas veces contrasta con la visión que tiene la derecha local sobre la dictadura.
Su nuevo rol como presidente lo obligó a incorporar este tema a su agenda. “Gracias por acompañarnos en una fecha tan importante para los argentinos”, indicó Macri sobre el Día de la Memoria, al que el bloque del PRO se opuso en 2006, al igual que el radicalismo, cuando su instauración fue votada en el Congreso. “Hoy se cumplen 40 años del golpe de Estado que consolidó la época más oscura de nuestra historia. Es una oportunidad para que los argentinos griten nunca más a la violencia política –indicó Macri– y nunca más a la violencia institucional.”
El presidente argentino prefirió enmarcar lo ocurrido en la dictadura como parte de la “intolerancia y las divisiones entre los argentinos”, las mismas palabras que utiliza para describir al kirchnerismo. “Hoy recordamos con mucho dolor a víctimas que pagaron con su vida estas intolerancias y divisiones entre los argentinos”, sostuvo. Y afirmó, ante el asentimiento de Obama: “Nos obliga a no ser testigos pasivos de violaciones, como pasó en otras épocas de la humanidad”.
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