EL PAíS › LAS RAZONES DE LA MASIVA CONCURRENCIA A LA PLAZA
Aquellos que marcharon a Plaza de Mayo repudiaron el terrorismo de Estado y recordaron a las víctimas de la dictadura, pero también dejaron en claro su rechazo a las políticas implementadas por Mauricio Macri. Los testimonios que recogió Página/12.
Adriana cumple 40 a fin de año. Nació en el 76, creció en años de terror que siguieron presentes en su entorno incluso después de la vuelta a la democracia. “Mi mamá era docente universitaria, se preocupó por que supiéramos siempre todo lo que pasó.” La madre la estrenó en las marchas, de las que luego participó con compañeros y compañeras de facultad. El jueves, entre algunos de ellos con quienes comparte el Frente de Estudiantes de Arte (FEA), fue la encargada de mantener en alto un buitre con cabezas de muñecos bebés en su vientre. “Porque no queremos ser colonia”, respondió cuando se la consultó por la razón del pájaro en la marcha. “Pensamos en un buitre con pedazos de cuerpos en la panza para que la gente se dé cuenta de lo que pasó estos últimos días, de lo que está pasando, de lo que va a pasar. Un ave rapaz no discrimina entre niños y animales, y los genocidas son aves rapaces”, sostuvo.
- Tatiana y Hernán son hermanos y fueron juntos a la marcha. Ella tiene 25 años y él, 27. Tatiana se enteró de las razones, los actores y los efectos del golpe de Estado del 76 durante el curso de ingreso al Nacional de Buenos Aires, cuando tuvo “contacto concreto con la historia reciente”. Allí encontró compañeros con los que luego se volcó a la calle cada 24 de marzo. El contexto político, económico y social los devolvió a las calles el Día Nacional de la Memoria, además del cuadragésimo aniversario del inicio de la dictadura cívico militar. “Algo de la confrontación que propuso el kirchnerismo frente a todo lo diferente dañó de alguna manera este homenaje en años anteriores. Pero la propuesta de esta gestión plantea un peligro feroz hacia la lucha de memoria, verdad y justicia que en la década pasada se instaló con firmeza como política. Estar acá es una manera de defenderla”, analizó Hernán.
- Katarzyna vive en Argentina desde hace cuatro años. Estudia Historia del Arte. “Argentina y Polonia comparten el sufrimiento generado por un genocidio”, explicó sobre la razón que la trajo a la Argentina. La del jueves no fue su primera marcha, pero el asombro se imprimía en su cara a medida que miraba para uno y otro lado de la Avenida de Mayo, en su encuentro abarrotado con 9 de Julio. “Este día es muy importante marchar. El dolor es muy reciente”, planteó y siguió: “Vengo de un país que ha sufrido mucho y a pesar de que la guerra fue hace mucho tiempo, el dolor se pasa de generación en generación. Aquí hay sobrevivientes del genocidio del 76 que están caminando estas calles, es importante que la gente insista en participar del proceso de memoria, que no lo dé por cerrado, que no ubique lo que pasó en el olvido y mire hacia adelante.”
- Cecilia empezó a escuchar al final del secundario lo que había ocurrido durante la última dictadura, pero empezó a marchar cuando cursaba el profesorado universitario en Artes Visuales, en la Universidad Nacional de las Artes. Que este año, por primera vez, haya compartido la marcha con un grupo de amigas, la hizo especial para ella, pero consideró que fue especial “para todos porque Macri es presidente”. Su gobierno “no cuida ni respalda los ideales de la marcha”, evaluó, aunque se esperanzó al “saber que somos tantos acá”. “Convierte al día en una resistencia”, remarcó
- Jimena y Laura se conocieron en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Su primera clase fue el 24 de marzo de 1996. Sistemática 1, recordaron. “El profesor se presentó y pidió un minuto de aplauso para los compañeros desaparecidos y toda el Aula Magna se puso de pie. Fue impresionante. No nos conocíamos pero las dos sentimos lo mismo, que estábamos en el lugar correcto”, recordó Jimena. Veinte años después, ya antropólogas culturales, trabajan juntas y, desde entonces, comparten la marcha. “Ahora venimos también con nuestras familias, pero siempre autoconvocadas. No militamos en ningún partido político aunque en este proceso de los últimos doce años nos politizamos muchísimo más”, apuntó Laura. Las dos coincidieron en que si bien las movilizaciones de años anteriores fueron “de homenaje”, la del jueves “se convirtió en una resistencia”. “No solo en defensa de los derechos humanos, sino de varias otras cosas. Hoy nosotras resistimos en nuestros puestos de trabajo, por ejemplo, que están en peligro”, mencionó.
- Sergio, el padre de Laura, tiene 70 años y marchó con ella y con Jimena. Vivió “casi todas” las dictaduras que hubo en el país y tiene víctimas “conocidas” para contar en cada una de ellas. Como su hija y Jimena, celebró la masividad del encuentro alrededor de la memoria, la verdad y la justicia, pero puso “peros”. “La de los 30 años también fue descomunal, y en el camino perdimos a los radicales, que hoy no están. Es necesario que nadie más se nos quede, es necesario que cada vez seamos más los que creamos que aquella del ‘76 tiene que ser la última vez.”
- Emiliano duda de si fue en 2007 ó 2006, en qué año del secundario, que cursó en el sur del conurbano bonaerense, la primera vez que le explicaron que un grupo de militares había tomado por asalto el gobierno del país y, durante siete años, torturó, desapareció y asesinó gente a mansalva. “En casa estoy seguro de que no, en casa no se habla del tema”. Con los años, entre clases de historia en la facultad y charlas entre amigos, entendió que no habían sido “solo” los militares. Participa de la marcha desde 2013 porque “es un momento para recordar y pensar en la memoria como herramienta para construir el presente”. “Esta marcha es una de las más importante a las que todos deberíamos venir. Para defender los derechos, sobre todo hoy: en un presente medio turbio, que nos pasó, para que no nos vuelva a pasar”, concluyó.
- Celeste y Paula son hermanas y la del jueves fue la cuarta y más “especial” marcha en conmemoración del 24 de marzo de 1976 de la que participaron. Celeste consideró su presencia en tono de defensa de las políticas de derechos humanos que venían siendo desplegadas años atrás: “Es necesario estar para que el Estado siga teniendo una política activa, para que no se retroceda”. Paula destacó que la cantidad de gente que asistió el jueves fue “increíble”. “Es importante luchar por la continuidad de los juicios, porque finalmente sea juzgada la complicidad civil en la dictadura y para seguir adelante en la búsqueda de los nietos que faltan.”
Producción: Ailín Bullentini.
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