Graciela Ocaña asume hoy como la nueva titular del PAMI. La figura jurídica todavía no está definida. Anoche, al cierre de esta edición, la Secretaría Legal y Técnica continuaba redactando el borrador del decreto. Todo indica que asumirá como directora normalizadora sin plazo definido. La diputada del ARI deberá cumplir con el objetivo de sanear la institución e iniciar un proceso de transición hasta llegar a la normalización. Para ello, el Gobierno presentará en el Congreso un nuevo proyecto de ley –que se debatirá en febrero–, donde además de reducir la cantidad de directores, habilitará un renovado sistema electoral que contará con el voto directo y obligatorio de los afiliados.
La jornada de ayer de Ocaña estuvo cargada de reuniones. Primero se encontró con el ministro de Salud, Ginés González García –el viernes tuvo una similar con la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirch-ner–, con quien evaluó acciones conjuntas. Luego le tocó el turno al jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y al secretario legal y técnico, Carlos Zanini. Con ambos discutió la figura legal que tendrá su cargo. A última hora de la noche, los tres volvieron a encontrarse. Para ese entonces prácticamente estaba decidido que sería una directora en representación del Ejecutivo.
El puesto de Ocaña por ahora no tiene plazos. Al menos hasta que el Congreso debata y apruebe la norma que remitirá el Ejecutivo en febrero próximo. Todo indica que en esa norma se incluirá, además de la reducción de los directorios con que cuenta hoy la institución, la nueva convocatoria a elección de delegados. En esta oportunidad, y para evitar que se repita la experiencia anterior, donde sólo participó el 10 por ciento de los afiliados, el Gobierno pretende que sea obligatoria la votación.
Con Juan González Gaviola se encontró por la tarde. Según relataron fuentes de la obra social, el interventor saliente le presentó un detallado informe de su gestión. Junto a Ocaña estuvo el segundo del instituto, el kirchnerista Juan Ramón Granero.
Durante la reunión –realizada en el piso trece de la sede central del PAMI– Gaviola le solicitó a Ocaña la continuidad de algunos de los funcionarios que llegaron con el mendocino. La todavía legisladora del ARI aceptó siempre y cuando se tratara de una transición, por lo que sólo continuarán en sus funciones durante un par de meses. El sí de Ocaña se debió a que todavía está conformando su equipo de trabajo y, según relataron sus colaboradores, porque entiende que la gestión de Gaviola “fue correcta”.
El único de los funcionarios de la actual intervención que continuará es Granero. Ocaña así lo dispuso el mismo día en que aceptó el ofrecimiento que le realizó personalmente el presidente Néstor Kirchner. Ese día, el patagónico le dijo que no pensaba oponerse si ella tenía un reemplazante para Granero. Este fue uno de los gestos que terminó por convencer a la arista de aceptar la conducción de la obra social que maneja 3000 millones de pesos.
De todas formas, ayer la nueva directora buscó dejar bien en claro cuál es la razón por la que acepta la continuidad del kirchnerista: “Es muy importante que Granero esté allí porque es un hombre que viene trabajando en la intervención, que conoce el PAMI y que tuvo un equipo muy importante”, dijo y destacó que, por lo poco que lo ha conocido, puede asegurar que tienen “el mismo estilo de trabajo”.
Si bien la idea de Ocaña es mantener en reserva por ahora los principales lineamientos de su futura gestión e ir dándolos a conocer de a poco, voceros de la institución aseguraron que “la idea es trabajar en equipo, sacar las gerenciadoras, hacer concursos para que los jubilados tengan las mejores prestaciones con la participación de los hospitales públicos”. De hecho, durante el fin de semana adelantó a Página/12 que es su intención recuperar el hospital público en la prestación de los servicios del PAMI, por lo que buscará que éstos participen de las futuras licitaciones y así los hospitales puedan acceder a la cápita del PAMI.
Tras ese encuentro, la inminente titular del PAMI aseguró que “tengo claro el diagnóstico de situación de la institución y cuáles son los núcleos de corrupción, que vamos a ir desarmando uno por uno. Ese es mi objetivo y mi forma de trabajar, sin prisa pero sin pausa”.
Durante su estadía en el edificio del PAMI, Ocaña no tuvo contacto con las representaciones gremiales de los trabajadores. Sin embargo, la arista consideró que “las casi 11 mil personas que tiene la obra social trabajen para los jubilados y que no sean ‘ñoquis’ ni funcionarios políticos”. Al respecto, delegados gremiales de los empleados sostuvieron que si Ocaña se dedica a mejorar la prestación del servicio no habrá problemas, “ahora, si piensa en concentrarse en cuántas lapiceras se llevó tal o cual, la cosa cambia. Acá lo que se necesita es mejorar la calidad de la prestación”.