El jefe del Ejército, Roberto Bendini, debió volver sobre sus pasos en la designación del coronel Alfonso Oscar Vaquero como agregado militar en Uruguay, cuando el Ministerio de Defensa le bajó el pulgar por los cuestionamientos formulados sobre el pasado del militar por organismos de derechos humanos. Es el segundo traspié de Bendini con el Ejecutivo en menos de diez días: la semana pasada, el Gobierno separó de la Secretaría General del Arma al general Jorge Tereso, por gestionar que seis represores detenidos por violaciones a los derechos humanos pasaran las Fiestas con sus familias.
Bendini había propuesto a Vaquero para ocupar el cargo en Uruguay, pero al realizar las consultas correspondientes ante la cartera de Defensa y la Cancillería le exigieron que tuviera en cuenta hasta la “mínima sospecha” sobre la participación de Vaquero en la represión ilegal durante la dictadura.
La marcha atrás de Bendini se debió a los cuestionamientos de organismos de derechos humanos. En diciembre de 2000, Vaquero tuvo inconvenientes con su pliego de ascenso en el Senado, cuando la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) y el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) expusieron las sospechas sobre su pasado en los ‘70. El CELS reveló que el militar “participó en los vuelos de la muerte”, aunque aclaró que “la falta de colaboración impide confirmar esta información”. El dato fue más que una “mínima sospecha”, y el propio Bendini decidió rever la designación.