EL PAíS
› ALBERTO BALESTRINI, INTENDENTE DE LA MATANZA
“Un peronismo fuerte no puede ser bicéfalo”
Duhalde debería unificar el justicialismo nacional desde el bonaerense; Kirchner debería ser presidente del partido; la provincia debería elegir una nueva conducción “junto a Duhalde”. Así ve la interna del PJ el caudillo de uno de los distritos más masivos del conurbano, que no descuenta ser parte de esa conducción.
› Por Martín Piqué
Nadie podría decir que Alberto Balestrini hace algún esfuerzo por ocultar su pasado. Enmarcadas en la pared de la sala de conferencias de la municipalidad de La Matanza –un edificio de 1870, construido cuando en el Conurbano no existían los municipios sino los “comisionados”– se ven varias fotos que muestran su carrera política. En una se lo ve en el recinto de Diputados, en segunda fila junto a Alberto Pierri, mientras Carlos Menem hace un discurso y el entonces vicepresidente, Eduardo Duhalde, lo secunda con gesto serio. En otra foto, Balestrini aparece sonriente junto a Duhalde, en la Convención Constituyente de Santa Fe que modificó la Constitución y habilitó la reelección de Menem. Una tercera foto, infaltable para todo peronista de la provincia de Buenos Aires, lo muestra con Duhalde en una de las clásicas caravanas de campaña que recorrían el Conurbano.
Si en las paredes se ven fotos, en la gran mesa que domina la sala de conferencias se ve un enorme plano de la Municipalidad, con la ruta 3 atravesándolo de punta a punta. En ese lugar, Balestrini suele recibir a sus invitados cuando quiere que nadie lo interrumpa. Aunque siempre hay excepciones, como los llamados del presidente Néstor Kirchner, que de vez en cuando lo obligan a interrumpir todo para atender el interno que cuelga de la pared o el celular que le acerca algún allegado.
De pronto, Balestrini aparece por una puerta lateral, dispuesto para la entrevista con Página/12. Saluda con una mueca, y pasa junto a un cartel que se parece a una declaración de principios. “Las grandes obras las sueñan los locos visionarios, las ejecutan los luchadores natos, las aprovechan los cuerdos felices y las critican los inútiles crónicos”, dice el texto que entusiasma a Balestrini. Vaya uno a saber por qué. “Todos somos alumnos de Duhalde, y él, como maestro, quiere que a sus alumnos les vaya bien”, se define Balestrini en la charla, en la que sugiere que podría competir por la presidencia del PJ bonaerense dentro de cuatro años.
–Duhalde dice que hay que renovar el PJ bonaerense.
–En el caso del peronismo de la provincia, si Duhalde no quisiese conducirlo institucionalmente, tendremos que darnos una discusión interna quienes somos jefes políticos a ver quién tiene la mejor propuesta. La “renovación” a mí me suena como palabra hueca. Aquel que retome sus banderas de origen será el referente político. Será quien mejor se exprese frente al pueblo y lo defienda, porque para eso fue creado el peronismo.
–Duhalde dice que se retira de la política. Pero en la provincia no surge un liderazgo que lo pueda suceder. Se dice que Duhalde imagina una transición con una comisión de acción política (CAP) provincial.
–En esta primera etapa no se va a dar ese proceso. El peronismo de la provincia, junto a Duhalde, va a acordar una nueva conducción. Hoy no estamos en condiciones de ir a una interna de este tipo porque la situación del país, la situación de gobernabilidad de la provincia, hace que todo el peronismo esté trabajando atrás de Kirchner y de Solá. No nos podemos dar el lujo de pelearnos en una interna ahora.
–¿Usted es uno de los candidatos a presidente del PJ bonaerense?
–Más allá de Balestrini, cualquiera que sea el presidente del PJ de La Matanza, su nombre tiene que sonar para algo porque es un distrito que representa el 10 por ciento de los votos de la provincia. Y en una elección interna tiene mucha importancia, pero no porque sea mi intención ser presidente del PJ. Hoy el peronismo tiene muchos dirigentes, hay intendentes que vienen ganando elecciones y no las ganan de casualidad. Hay diez dirigentes que pueden ser presidentes del PJ bonaerense.
–Usted hablaba de honestidad y transparencia, ¿el PJ bonaerense administra los planes sociales con honestidad?
–Yo puedo hablar de mi distrito, La Matanza. Luego de la crisis, creamos 42 centros de inscripción de planes Jefes de Hogar en 42 escuelas. Empezamos en febrero de 2002 para darle transparencia a este tema, incluso para que cada uno no tuviera que trasladarse ni a una unidad básica ni a otro centro político. Y elevamos al Ministerio de Trabajo 90 mil pedidos de planes, de los cuales se otorgaron 52 mil. Y además, a partir de mayo de 2002, ningún municipio pudo dar más altas ni bajas de los planes sociales. Yo en su momento hice saber al ministro Atanasof y luego a la ministra Camaño que las cosas no se estaban haciendo bien. Descubrí que un comerciante de La Matanza figuraba en los planes.
–¿Pasan ese tipo de casos?
–Sí, pasan. Hace unos meses descubrimos que había empleados municipales que figuraban en los planes. Empleados transitorios a los cuales dimos de baja. Si uno cruza el padrón de La Matanza de policía, docentes o empleados de la provincia, va a mostrar a algunos que están en el de los Jefes de Hogar. Pero son 90 mil planes, se deben cometer errores.
–También hubo acusaciones contra su gestión en La Matanza, de que en las unidades básicas se repartían planes sociales.
–Conozco la denuncia. Cuando en un programa televisivo salieron unas personas individualizando esto, nosotros fuimos a individualizarlos y estas personas no tenían nada que ver con el PJ de La Matanza. Y eso está documentado. Había algún interés para perjudicarme.
–¿Qué papel le ve a Duhalde, que dijo que se retira de la política?
–Hoy el único objetivo político que tiene Duhalde es ser el gran unificador del peronismo nacional. Para ayudarlo a Kirchner a hacer una muy buena presidencia. Y para que el peronismo no sea lo que es hoy, que son partidos provinciales con la sigla del PJ.
–Eso es contradictorio con la tradición histórica del PJ, donde quien gobierna es reconocido como jefe político.
–No se contradice. Duhalde es un gran estratega político, y como gran estratega que es, unificará a todo el peronismo del país a través del peronismo de la provincia, que significa nada más ni nada menos que el 40 por ciento del resto del país. Lo cual no se contradice con la idea –por la que muchos me criticaron– de que Kirchner debería ser el presidente del PJ. Un peronismo fuerte no puede ser bicéfalo.
–¿Qué opina del proyecto del kirchnerismo de construir algo por fuera del PJ a través de Cristina Fernández de Kirchner?
–No me la imagino a Cristina Kirchner en un cargo ejecutivo, y menos como gobernadora de la provincia. De todos modos, sería muy enriquecedor para la provincia de Buenos Aires la hipótesis de que ella quisiera ocupar un lugar importante. Porque es una militante política de letras grandes, con una sabiduría popular pocas veces vista, con el don de la ubicuidad y una claridad fenomenal en la concepción de las ideas políticas.
–¿Cómo se imagina la gestión de Solá con Arcuri y Mércuri presidiendo las dos cámaras de la Legislatura?
–No creo que haya ningún legislador que se oponga por el solo hecho de oponerse o porque pertenezca a una línea política opuesta al gobernador. Todo lo que sea en beneficio de la gente, los legisladores lo van a votar.
–Pero parece que hay temas que son medio tabú, me refiero a investigar hacia atrás por ejemplo los créditos del Banco Provincia.
–Eso está en plena investigación, hay gente detenida y el gobernador ha sido claro. Dijo que no va a interferir en la investigación que haga la Justicia hasta las últimas consecuencias.
–¿Qué es lo peor y lo mejor de Duhalde?
–Lo mejor de Duhalde es que es un estratega político fenomenal. Gracias a su sabiduría terminamos con una década infame y nefasta para todos los argentinos, posibilitando que un hombre que representa al movimiento nacional hoy conduzca los destinos del país. Y lo negativo de Duhalde se lo digo personalmente a él cuando estoy a solas.
–¿Habla seguido con Duhalde? Porque usted no tiene una buena relación.
–No hablo con la asiduidad con la que realmente a mí me gustaría hablar. Pero cuando tengo oportunidad y quiero hablar con él, hablo con él.
–Usted dice que cuando tiene diferencias con Duhalde se las plantea personalmente. ¿En el PJ bonaerense existen códigos, como que las críticas a Duhalde no se plantean en público?
–No, yo jamás le escuché decir a Duhalde nada semejante. Jamás. Lo único que me pudo decir Duhalde en algún momento es quizá que yo le habré dicho una frase desafortunada mía en algún momento político determinado. Pero me lo dijo como amigo, no como reproche. En definitiva todos somos alumnos de Duhalde, y él, como todo maestro, quiere que a sus alumnos les vaya bien.
–¿No será al revés, que Duhalde es un maestro que no deja crecer a sus alumnos, para que no le hagan sombra?
–No, no es sí. A cualquier dirigente político que quiera crecer, Duhalde no se lo va a impedir. De esto no me cabe ninguna duda.
–¿Qué es lo mejor y lo peor de Solá? Usted lo conoce bien.
–Fundamentalmente, lo mejor que tiene Solá es que es muy buen tipo, es muy buena persona. Yo en mi distrito tengo muchos amigos, compañeros y amigos, pero en la política de la provincia de Buenos Aires me sobran los dedos de la mano para decir quién es un amigo que no sea de La Matanza.
–De eso se infiere que en el PJ bonaerense no hay tantas buenas personas.
–(Se apura en contestar). No, no, para nada. Cuando uno habla con los intendentes, descubre que no hay uno solo de ellos que tenga una doble intencionalidad en cuanto a nuestras relaciones políticas.
–En el PJ bonaerense suelen decir que el gobierno de Duhalde fue “de salvación nacional”. Sin embargo, está todavía muy confuso el origen de ese gobierno, los saqueos. ¿Cuál fue la responsabilidad del PJ bonaerense?
–Hay mil testigos y cien dirigentes del peronismo de La Matanza que saben, porque estuvieron en la plaza de San Justo, que a mí, presidente del partido e intendente de La Matanza, me pidieron ir a la Plaza de Mayo. Y que yo salí de mi casa y dije: “Muchachos, cada uno vuelva a su casa, porque la situación no está para ir a la plaza sino para cuidar nuestros hogares. Viene muy compleja”. Y me consta que desde La Matanza no se hizo absolutamente nada para provocar los acontecimientos del 19 y el 20.
–En Moreno ese día se organizó una marcha a Plaza de Mayo. ¿Eso fue para precipitar los hechos que terminaron con la renuncia de De la Rúa?
–Habría que preguntárselo, en aquel momento, a Mariano West. Yo no estoy en la cabeza de Mariano West. Sí en aquel momento manteníamos diálogos telefónicos muchos intendentes, y nos comentábamos la situación que teníamos cada uno en nuestro distrito.