Por Camilo Ratti
Desde Córdoba

Aunque se comprobó que no había cobrado el Plan Jefes y Jefas de Hogar en diciembre al momento de asumir como concejal, Armando Fernández, del Partido Nuevo, renunció ayer a su banca en medio de un clima de mucha tensión en la administración de Luis Juez. Abrazados y a los llantos, el intendente aceptó la decisión del edil, quien aseguró que la política es una “picadora de carne” y que “volverá a trabajar en el barrio y con la gente”.
Después de tres días de estar en el centro de la escena de la política cordobesa, Armando Fernández decidió dar un paso al costado y dejar su banca de concejal. “Renuncié al honor de tener el cargo, yo no estaba acá por el cargo y lo que hago no es para hacer un gesto ejemplificador de la cosa, es una convicción. Voy a colaborar desde donde sea, desde el barrio y con la gente”, señaló a los periodistas luego de abrazarse a los llantos con Luis Juez, que no tuvo más remedio que asumir una decisión que no tenía vuelta atrás. En diálogo con la prensa, el intendente dijo que aceptó la dimisión porque después de las sospechas “es muy difícil quitarse las manchas”.
“La política es una picadora de carne”, disparó Fernández, el hombre que cobró el plan Jefes y Jefas de Hogar, cuando su pareja cobraba 1600 pesos por mes, según la información que el ahora ex concejal aportó en su declaración jurada, antes de asumir en el cargo. “Revelé esa información a la prensa por una cuestión de honestidad”, aclaró ayer a la mañana en una entrevista radial que concedió a la Cadena 3.
“Estos son los riesgos que tenemos que correr”, sentenció Juez, a quien se lo vio muy dolorido por esta situación. Y no es para menos: a días de haber cumplido un mes al frente del Palacio 6 de Julio, de afrontar sin un centavo en sus arcas la catástrofe del tornado en varios barrios de la ciudad, tuvo que aceptar la primera baja en sus filas en el marco de una feroz disputa política con el gobernador De la Sota, que hace lo imposible para que al intendente le vaya mal en su gestión.