La hija de una agente de la SIDE que el viernes pasado declaró en el caso de los sobornos a senadores nacionales en el 2000 fue amenazada al día siguiente. “Cuídate”, le gritaron desde un auto azul grande. La joven regresaba del supermercado y se encontraba a metros de su casa cuando se encontró con el vehículo. Pudo ver que su patente tenía el número 671. Luego de consultar con sus jefes en el organismo de espionaje, la testigo denunció el hecho en la comisaría 4ª de Villa Martelli. A partir de ese momento tiene custodia policial. Para quienes siguen de cerca el caso, se trata de un mensaje dirigido a los agentes que todavía no declararon.
El viernes por la mañana, la agente de la SIDE, cuyo nombre no trascendió, declaró frente a dos funcionarios judiciales: Marcelo Sonvico, secretario del juzgado de Rodolfo Canicoba Corral, y el fiscal Federico Delgado. La testigo hace más de 20 años que trabaja como empleada administrativa dentro de la agencia estatal de espionaje civil. En el 2000 era la encargada de recibir los documentos en la puerta de ingreso del edificio de calle 25 de Mayo y tomar los registros de visitas. En su presentación judicial, esta mujer, de unos 45 años, confirmó que en la recepción cuando preguntaban por Gladys del quinto piso, no había dudas, buscaban a Gladys Mota, la secretaria de Fernando de Santibañes, el titular del organismo. Su declaración también corroboró otros puntos sobre el mecanismo de entrada y salida al edificio.
Alrededor de las once de la mañana del sábado, cuando volvía de un supermercado, su hija, que en el acta policial se la identifica como estudiante de unos 20 años, fue amenazada. Allí contó que venía caminando por la calle San Martín al 4100 y que luego de doblar por la calle Ameghino, la encaró una persona que estaba dentro del vehículo. La joven describió al conductor de ese automóvil como morocho de pelo corto.
El testimonio de su madre reforzó datos que figuran en la causa. En los próximos días declararán otros agentes. Algunos custodios y personal que estuvo de guardia el 18 de abril de 2000, la noche en la que Pontaquarto afirmó que salió del portón de la calle Alem llevando 5 millones de pesos en el baúl de su auto, escoltado por un agente, al que identificó como Luis Alberto Ruidia, chofer de De Santibañes.
Los choferes, los custodios, los agentes de guardia y quienes tomaban los datos de ingreso, como era la tarea de la testigo amenazada, reportaban a Daniel Medina, jefe de custodio de De Santibañes y, hasta hace poco, jefe de la custodia de Sergio Acevedo. Además de cuidar al ex titular del organismo, Medina y Rui Dia tenían cierta subordinación al ex mayor Alejandro Brousson, que por esos días estaba al frente de Contrainteligencia de la SIDE.
El viernes, luego de que declarara la testigo amenazada, ingresó en el despacho judicial Daniel Carpani, el director de Seguridad de la SIDE, que admitió haber incluido “por error” el nombre del senador José Genoud junto al de Pontaquarto en una ficha en la que quedó registrado el ingreso de este último al organismo. Carpani asumió como director de Seguridad luego del 20 de diciembre de 2001. Antes de ocupar ese puesto, había sido subordinado en Contrainteligencia de Brousson primero y después de Gustavo Presas, actual abogado de De Santibañes y amigo de confianza de Darío Richarte, su segundo. El juez Canicoba Corral se dio por satisfecho con la explicación. Para quienes conocen a los personajes involucrados, el error es inexplicable.