EL PAíS › CRISTINA KIRCHNER ENCABEZO UN ACTO EN LA FACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS
El acto fue organizado por Ciencia y Técnica Argentina, fundada por Daniel Filmus, para recordar los 50 años de la Noche de los Bastones Largos. La ex presidenta instó a los estudiantes a “reconstruir la fortaleza del espacio científico”.
“Que no haya presos políticos en Argentina”, dijo anoche Cristina Fernández de Kirchner. Una bandera de la agrupación Tupac Amaru levantada en el auditorio de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, que era pura multitud acalorada y enfervorizada por el contacto con la ex presidenta, dio el pie para que en su discurso aludiera al encarcelamiento de Milagro Sala, presa desde enero en Jujuy. “Cuanto más cortas tenga las ideas un gobierno más largos serán los bastones que usen para abollar, como decía Quino, las ideas. Los que usan bastones no son los responsables sino los que los mandan para implementar proyectos antipopulares, así que ahora ojo, porque la mano viene para bastones muy largos”, remarcó y desató la primera de varias ovaciones.
Fue en el cierre del acto organizado por Ciencia y Técnica Argentina, que fundó el ex ministro y diputado del Parlasur Daniel Filmus, y Científicos y Universitarios Autoconvocados, bajo el lema “la larga sombra de los bastones largos: de la fuga de cerebros, exilios y exclusiones, en una mesa debate de la que participaron Horacio González, Adriana Puiggrós, Jaime Sorín, Roberto Salvarezza y Jorge Aliaga, entre otros. González y Puiggrós repudiaron la orden de detención contra Hebe de Bonafini, y también la prisión contra Sala. “Estamos todos bajo libertad condicional ante semejante aparato judicial, tocaron con una torpe indagatoria el nervio más sensible de la sociedad”, apuntó el ex director de la Biblioteca Nacional. Y llamó “a las fuerzas de izquierda” a dar un gran debate por la unidad “para enfrentar la ofensiva reaccionaria del gobierno”.
“Hablar de libertad es todo un tema porque cuando se ha logrado un grado de inclusión y desarrollo social como el que hemos conseguido en los últimos doce años y medio”, destacó CFK. “Fue la clausura del futuro”, dijo para recordar la llamada Noche de los Bastones Largos.
“Para que haya disciplinamiento social tiene que haber gente que no piense, repita slogans y sólo pueda desarrollar no más de cinco minutos de discusión, todo aquel que pase de los quince minutos es considerado un enemigo público por aquellos que no manejan más de cinco mil palabras, aunque algunos comunicadores hablan media hora sin decir nada, porque el machacar también es una metodología”, afirmó Cristina Kirchner. Poco antes se había proyectado un video, producido por Tristán Bauer, con las imágenes de los universitarios pasando en medio de dos hileras de policías mientras los molían a palos. “Era como las horcas caudinas de los romanos, el imperio imponía así no sólo el castigo o el dolor, era lo simbólico de agacharte y abollarte las ideas de la cabeza a palazos”. En ese momento la ex presidenta aludió al “inmenso esfuerzo que hicimos para que volvieran los científicos, que necesitan tener el último aparato y también el salario, y ahora algunos puedan pensar en irse porque ya no las tienen esas cosas”, y de inmediato le gritaron “de acá no se va nadie”. CFK, de blusa de mangas cortas, se acomodó el pañuelo azul, y algo acalorada como todos los presentes, desplegó un enorme abanico.
“Les pido éticamente que hasta que logremos reconstruir la fortaleza del espacio científico e intelectual olviden todas las diferencias que tenemos, busquen dos o tres puntos de acuerdo, codo a codo, todos los claustros, los autoconvocados y los no convocados, tener unidad acá para salir a tener unidad en la calle, junto a los trabajadores, los obreros, los comerciantes porque se viene la precarización laboral”, dijo Cristina Kirchner. Poco antes de exigir que no haya presos políticos había dicho que hay que volver a diciembre. “No digo al gobierno”, avisó, y alguien del público le replicó, “sí también a ese gobierno”. Pero la ex mandataria se plantó tajante. “No, porque hay que ser respetuosos del voto popular”. Y agregó, en obvia referencia al malestar del macrismo ante las críticas y sátiras, que “si tuviera que elegir lo mejor de los doce años y medio es que todos pudieron decir y hacer lo que querían, prefiero ser presidenta en un país donde cualquier ciudadano pueda decir lo que quiera en la televisión, en las redes sociales, en el tren, me pueden decir yegua o lo que quieran pero nunca me van a decir que tuvieron que callarse o que los llevaron presos por algo que expresaron”.
Cristina Kirchner recordó a Manuel Sadosky, considerado el padre de la computación en Argentina, y a la primera computadora que, “como corresponde llevaba nombre de mujer, Clementina”. Y mencionó que Sadosky los enfrentó diciendo “yo soy el vicedecano, pero le partieron la cabeza, mientras que al tiempo Clementina, la primera computadora de América Latina creada en una universidad pública y gratuita quedó arrumbada en algún lugar, quedó en el olvido junto a lo que pudo haber sido un desarrollo científico y tecnológico de punta”. La ex presidenta destacó que en aquella época las mayorías estaban proscriptas, y recordó “las peleas en los centros de estudiantes a los que en los ‘70 les decíamos ‘islitas democráticas’”, pero enseguida llamó a “superar todo tipo de discusiones que dividan al campo popular”. Y pidió: “Déjenme recordar mis peleas de juventud con la Franja”, hubo silbidos y la oradora los retó. “Se va a lograr la unidad popular porque en algún momento los van a tocar porque estos gobiernos tocan a todos los que quieran pensar o imaginar una sociedad diferente”, dijo. La miraban atentos Bauer, Oscar Parrilli y Mariano Recalde, entre otros dirigentes kirchneristas que la acompañaron.
Para Cristina Kirchner, “como egresada de la universidad pública siempre sentí que había que tener el compromiso social, por los cientos que no pudieron entrar, y la obligación de devolver parte de lo que ese pueblo había pagado”. E instó a los estudiantes “no perder el tiempo con quien tiene la llave de la fotocopiadora sino a buscar juntos la llave para que la gente entienda el mundo y el país, para que pueda discernir ante tanto bombardeo mediático. Nosotros no teníamos redes ni celulares, sólo tele en blanco y negro y diarios, y no creíamos en nada, yo discutía hasta con los profesores de la secundaria”.
Había sido presentada por la decana de la facultad, Graciela Morgade, quien destacó que conduce esa casa de estudios “bajo los mismos lineamientos que su gobierno”. Cientificos y universitarios Autoconvocados hizo así su propio recordatorio de los 50 años de la trágica Noche de los Bastones Largos, cuando la dictadura de Juan Carlos Onganía desalojó con represión las universidades tomadas en repudio a su intervención. Durante el acto, Jaime Sorín contó que no asistió al acto organizado por la Universidad de Buenos Aires, aunque fue invitado, y que prefirió ir al cine. Minutos antes había trazado una línea de continuidad entre los golpistas del 55, del 66, del 76 y la actualidad al decir que “son los CEO del gobierno”.
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